-NOTAS DEL DÍA Y RESUMEN DE LO PUBLICADO.
A-Recientemente fue mi cumple. Y se produjo un eclipse solar. Si fuera romano me hubiera cortado las venas.
B- Señor Rotter: en la CT no hay cambios generacionales. Hay cambios biológicos. Desaparece biológicamente un pollo y un pollo biológicamente parecido le sustituye. Algo, por otra parte, normal en una cultura que premia lo parecido y castiga lo diferente. Las grandes continuidades y los pequeños cambios en la CT se deben, snif, a lo que en el siglo XX denominaban el-hecho-biológico.
C-Me he columpiado unos días. No obstante, les estaba hablando del alto el fuego. Y de cómo se va a discutir en una cultura que no sabe discutir. Es más, cuya razón de ser es la no discusión. ¿Por qué nuestra cultura no discute? Humm. Porque no puede hablar claramente. Por eso se inventa palabras y conceptos que no existen en otras culturas. Por así decirlo, nuestra cultura trata a las ideas polémicas como sueños inconfesables. En ocasiones –el fascismo, la ultraderecha, el nacionalismo yuyu- lo son. Si les parece, por tanto hablaremos de sueños. Empezando, a modo de eixemplo, por el sueño recurrente que me golpea cada X meses. Ahí va.
-ANOCHE SOÑÉ QUE VOLVÍA A MANDERLEY. Hace unos días volví a ver a La Muerta. Estaba más viva que nunca. El terror se parece al humor en que es un espera frustrada. Un pollo camina, esperas que va a seguir caminando, pero se cae. Se frustra tu espera y te ríes. Son las doce de la noche. Llaman a la puerta. Abres. Esperas ver a alguien conocido. Se frustra la espera. Es un payaso. Ríe. Terror. Una muerta viva es, por tanto, el terror. O el humor. Terrible. Bueno. Su belleza era atroz. Se reía tal y como se reía. Estaba sentada sobre una silla, hecha un ovillo, como ella se sentaba. Sus piernas, que tantas veces besé, se escapaban por un rajote de la falda como la fruta de una bolsa. Su cabello era su cabello y olía como su cabello. Tanta belleza desaparecida era imposible, de manera que, mientras soñaba, sabía que soñaba, que tanto dolor sólo podía ser real. Y que, a través del sueño me estaba confesando a mí mismo algo terrible. Algo que sé. Y lo sé a diario. Por eso, quizás, los sueños son inconfesables. ¿Para qué sirven los sueños? ¿Sirven?
-UNO ES USUARIO DE LA TRADICIÓN INCLUSO CUANDO SUEÑA. Cuando uno sueña –y cuando no, pues, también- se remite a tradiciones milenarias. En tanto que post-romanos, que ya no se cortan las venas si tu cumple coincide con un eclipse, todo empezó con los griegos. Para los griegos los sueños eran territorio cherokee. Una zona a la que, cuando accedes, debes gastar cara de póker. No sea que se aparezca La Muerta. De hecho, los dioses sumen a un montón personajes en el sueño cuando menos se lo esperan -Argos, Filoctetes, Heracles-. A veces es para su bien pero casi siempre es para su mal. Linge hace que Io tenga un sueño. Si no se tira a Zeus, todo tipo de desgracias se abatirán sobre ella y los suyos. Sea como sea, Io, por un sueño, accedió a confraternizar con Zeus. Y acabó metamorfoseada en una vaca. Que por cierto, es como acaban muchas señoritas tras una historia de amor de sueño. Eros repartió peras con Psique porque no la soportaba, pero pronto se arrepintió - ¿a quién no le ha pasado?-. Viajó por todo el mundo en su búsqueda y la encontró sumida en un profundo sueño –es decir, no la encontró viva-, así que la despertó de un flechazo –quizás la única forma de revivir a un muerto es matarlo-, y se casó con ella. Con los griegos, en fin, los sueños tenían trampa. Algo parecido a los sueños en el siglo XX, cuando Freud dio un tute a los sueños. Es decir, a los griegos.
-ÉS QUAN DORMO QUE HI VEIG CLAR, O LA EDAD MEDIA ES PARA QUIÉN LA TRABAJA. Curiosamente, la relación con los sueños -esos sitios donde vive La Muerta- estadísticamente más difundida esta mañana a primera hora no es griega. Que es medieval. En la Edad Media el sueño es donde todo encaja. Los problemas de la realidad se solucionan en los sueños. Honoré Bouvet es quién le da el tute al asunto. En su Somnium Super Materia Scismatis, para solucionar un conflicto teológico, tiene un sueño, habla con Dios y resuelve el asunto. OK, hace lo que Dante –tiene un sueño, en el que aparece Virgilio y Su Muerta; entre ambos van y le ordenan el mundo a través de los muertos que en el mundo han sido, debidamente clasificados en el Infierno, Purgatorio, etc-. No obstante, la modernidad de Bouvet es más atroz. Para darle para el pelo a los vivos, sueña. Con el material revelado en el sueño, ataca. Impone una postura teológica a otra. Arremete contra los vivos.
-I HAD A DREAM. El puro postmodern, un giro más actual en el uso de los sueños, se produce en la Corona de Aragón, cuando la cosmovisión medieval se está llendo al garete. Sinopsis. Se muere Joan I. Con el cambio de funcionariado, se descubre un pufo. Que afecta a dos funcionarios. A) Ramon de Perellós y b) Bernat Metge. Para limpiarse el expediente ambos dos deciden hablar con el rey muerto, y exponer a los vivos la conversación. Lo curioso es que a) y b) optan por dos sistemas diferentes. Perellós apuesta por el medievo. Se va a Irlanda, al lago Derg, donde, como todo el mundo sabe, hay una cueva, en su día habitada por San Patricio, por la que se accede al Purgatorio. En el Purgatorio, Perellós se entrevistó con Joan I, que niega la posibilidad de las acusaciones de corrupción. Perellós, por tanto y a su vuelta de Irlanda, fue exculpado tras publicar todo eso en su Viaje al Purgatorio. Bernat Metge fue aún más chulo. Optó por realizar el mismo viaje sin desplazarse. No podía. El caso de corrupción le llevó a chirona, directamente y sin pasar por la casilla de salida. Allí soñó una entrevista con Joan I. En ella el rey le exculpaba indeed. Incluso le invitaba a un coco-loco. El resultado fue Lo Somni. Un texto radicalmente novedoso, fundacional del humanismo hispano. Y –tachán-tachán- el descubrimiento de una nueva manera de soñar. Los sueños ya no nos comunican con Dios, que nos dice como ordenar el mundo. Nos comunican con otros hombres, que nos dicen como hacer política. Muertos, debidamente manipulados, nos explican la política a seguir por los vivos. Ahora que caigo, eso me suena mucho.
-EN OCASIONES INSTRUMENTALIZO MUERTOS. De hecho, los muertos o Dios debidamente soñados son el gran qué en las políticas modernas. Han citado sueños para explicar políticas Mussolini, herr Doktor Goebbels, Hitler, José Antonio. Sí, pero también Luther King. Para que Luther King explicara su sueño, no obstante, fue necesario que los anteriores perdieran su guerra. O, lo que es lo mismo: hay sueños que, tras el siglo XX, son confesables y quedan monos para fabricar políticas –I had a dream, etc-, y otros que jamás, por ninguna razón y pase lo que pase, no pueden ser confesados. Si bien, snif, inspiran políticas. En España, como todos ustedes saben, no existen los muertos. Quiero decir, los muertos para el periodo 1936-1975, inclusive. Por lo visto, sólo inspiran políticas –debidamente traducidas al género I had a dream, con mayor o menor éxito y soltura-, los muertos del periodo 1975-2002. Los muertos no confesables se aparecen, por tanto, en sueños inconfesables. Son muchos como para que en los sueños que protagonizan no dicten políticas. Por lo que, también se deduce, las políticas que dictan son inconfesables. Quizás es esa una de las grandes originalidades de la cultura española. Sirve para no confesarse, sirve para no hablar de sueños inconfesables.
-FINALIZANDO, QUE ES GERUNDIO. En su entrevista con los Siete Sabios de Persia, Alejandro Magno –griego; un hombre que desconfiaba de los sueños-, hizo la pregunta del millón. Preguntó por los muertos. A través de esta pregunta: ¿Qué hay más, vivos o muertos? Una pregunta bestia. En ocasiones uno lo puede dudar. Sobretodo si uno se remite a sus propios sueños. La respuesta persa, en todo caso, fue la que sigue: “Vivos. Muertos no hay”. Lo cual explica que La Muerta no existe. Ya no existe. Y que cuando sueño con la muerta debo de comportarme como un griego. Y pasar de todo à la grec. ¿Hace lo mismo la derecha española con sus muertos y sus sueños? ¿Y la izquierda?
Esta semana les hablaré de ello. Señorita Zuriñe: la corrupción es uno de los sueños inconfesables de la derecha española. O/y de la izquierda. El mangoneo, en fin, es un sueño inconfesable de la CT. Dentro de un par de días, lo toco. Mañana les hablaré del fascismo -o algo parecido: la extrema derecha- como sueño inconfesable de nuestra derecha. Descrito en la única institución del Estado en la que ha dejado de ser un sueño para pasar a ser una realidad explícita. El CGPJ. En el CGPJ La Muerta del CGPJ ha pasado a ser una viva. Lo que, como les comentaba hace chorrocientos párrafos, sólo puede ser humor o terror.
Muachs. No se mueran. Mucho.
martes, abril 04, 2006
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3 comentarios:
Humm. La derecha española iluminada por una muerta inconfesable. Promete.
Insuperable
EXCELENTÍSIMO SEÑOR DON ALFONSO HERNÁNDEZ PARDO
Cuando en 1977 se aprueba la Constitución es Presidente de la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Barcelona. Y cuando en 1980 se denuncia el caso CONSORCIO DE LA ZONA FRANCA, el Gobierno Suárez ya lo ha nombrado PRESIDENTE DE LA AUDIENCIA. Más sutilezas y derivaciones paralelas.
Por Rafael del Barco Carreras
Si otros ya se manifestaban “demócratas”, o progresista, Eladio Escusol Barra (fiscal del caso), él se mantenía furibundo franquista. Sin aparente sintonía con otro de los miembros del Especial Tribunal que juzgará el caso, José Luis Barrera Cogollos (en cuya toma de posesión de Presidente de la Audiencia en el 2000 se elogia que en su época franquista se atreviera a clamar por los Derechos Humanos, e incomprensible la reelección en el 2005 cuando la Audiencia es un caos, los grandes casos con media de diez años hasta los juicios, y el 30% de bajas laborales según un estudio de la nueva Generalitat de izquierdas) o Adolfo Fernández Oubiña (“contratado” por el Bufete Piqué Vidal, y cuya vida y milagros merece un libro aparte). El futuro demostrará su especial talante, expedientados los dos, Barrera pasará a lo Civil, y Oubiña de Presidente de la Sección Primera a de nuevo juez de instrucción.
Don Alfonso, hombre de boina, pero su mujer luciendo brillantes en un Premio Planeta junto a Luis Pascual Estevill (por desgracia mi abogado). Otro letrado, en el colmo del cinismo, me espetó que por suerte para mí Don Alfonso me condenó solo a los dos años, diez meses y veintiún día pasados en prisión de los doce pedidos por Fiscalía, Ayuntamiento y Consorcio, pero yo nunca he sufrido el síndrome de Estocolmo, y desde entonces le he maldecido todos los días de mi vida, aunque nunca se me ocurrió el disparate de otra de sus víctimas que pistola en mano entró en el Palacio de Justicia dispuesto a matarlo. Lo abatieron antes de perderse por los tétricos pasillos.
A mi entender fue de los “duros” nombrados por Adolfo Suárez para mantener el ¨Orden”. Si el orden franquista como el de siglos del Imperio se basaba en Capitanía General, Virreinato, con el Ejército y sus ramificaciones Guardia Civil y Policía Nacional, la Audiencia formaba el segundo gran pilar institucional. El pilar de eso que Franco y los suyos definían el “Estado de Derecho”, donde la pirámide fascista del “ordeno y mando” funcionaba a la perfección. Los juicios se predeterminaban, los bienes se asignaban, y todo parecido con “Justicia” una burla. El Régimen lo abarcaba todo. Y si en lo Civil el Registro de la Propiedad nos descubriría sagas familiares acumulando fortunas (a pesar de los sueldos de miseria), en lo Penal, la Policía y Guardia Civil con sus torturas, y el “hábilmente interrogado”, decidían los sumarios y sus señorías firmaban las sentencias en juicios no más largos e inteligibles que una misa en latín.
Estrasburgo definiría la Audiencia de Barcelona revolcando los casos clave de aquella época, los asesinatos del ex alcalde franquista Viola, o del poderoso industrial Bultó, el incendio de la discoteca Escala, o la represión contra los alocados “rojos”. Sin olvidar los muertos en la Modelo entre los motines de 1977 y la represión hasta 1983. El Poder Absoluto degenera a quien lo ejerce. El “dolo” (voluntad de delinquir) no existía, el “desacato” mantenía firmes a cualquier, ya fuera abogados, testigos o culpables, los fiscales obedientes al Mando, y la SALA determinaba con su SOBERANÍA las pruebas que sustentarían el fallo (habitual que en los pasillos esperaran “testigos” profesionales a tanto la declaración), y la segunda instancia, pilar de la Justicia Democrática y obligada por la Carta de Derechos Humanos de la ONU firmada por España, no existía, pues el recurso al Supremo solo determinaría si el procedimiento se ajustaba a derecho, sin valorar las pruebas convertidas por la Sala en parte de su infalibilidad papal, y siempre se ajustaba, a menos que un “mando superior” entorpeciera el procedimiento.
Y Hernández Pardo, un fingido fanático de la divina procedencia del Poder, y cuando él solo debía mantener la maquinaria en funcionamiento (ya no juzgaba por Presidente de la Audiencia) se atribuye un caso “goloso”, el CONSORCIO DE LA ZONA FRANCA, para él solo, quitándoselo al juez legal y natural, el Presidente de la Sección Primera, Manuel Derqui Valbuena, como si la Constitución no existiera. Actuando a lo virrey se saca de la manga disposiciones del pasado siglo (referentes a sustituciones accidentales) y constituye una Sala para ese solo caso, y el “órgano colegiado” se convierte durante dos años en bicéfalo, firmando al mismo tiempo con dos composiciones. ¿Porqué?. Dinero, mucho dinero, aunque no era el caso más suculento del momento, 1.200 millones denunciados. La punta del iceberg, por debajo muchos miles de millones a mano, con el Banco Garriga Nogués y Javier de la Rosa Martí (y tras él el primer banco nacional, el Banesto, todo el franquismo de entonces y la Caixa…con su enorme Caja B, dinero negro). Sin olvidar que quien le nombra Presidente, el Gobierno Suárez, también está presente en el caso a través del Consorcio, y los suyos en Barcelona recibiendo créditos del Banco. Si los acusadores, Serra y Maragall con su abogado Rafael Jiménez de Parga (que también lo era de Banesto) ya lo habían descubierto, y hasta el instructor Ezequiel Miranda de Dios vivía en un hermoso piso del abogado de los De la Rosa, Juan Piqué Vidal (abogado también de JORDI PUJOL), el caso merecía su personal control, demostrando que el orden jerárquico franquista se hallaba por encima de la Constitución, y que el Presidente de una Sala (en teoría propietario de la plaza desde su nombramiento impreso en el BOE) era un simple muñeco de quita y pon. Y no solo se reservó el caso sino que nombró un Juez Especial, José Álvarez Martínez, para cerrar las peligrosas investigaciones que decretara Miranda de Dios ante mi insistencia. Y aquí, todos los abogados contestándome “se recurre al Supremo, al Constitucional…”, entre cretinos anda el juego… ya matizaré.
Con los años, considerando que Don Alfonso presidía la Junta Electoral Provincial de Barcelona, y en 1980 JORDI PUJOL desbanca a los alocados “rojos” con ganas de poner patas arriba todas las instituciones y máxime la Audiencia (sede de represión), imaginé la mano divina, no en vano, por encima de la LEY, obedecían al “Dios, Patria y Rey”. Si la alcaldía cayó en buenas manos, Narcís Serra del clan Samarach, y después Pascual Maragall del de Porcioles, olvidando el marxismo propio de los “hijos de papá” contestatarios, la incipiente y peligrosa Generalitat de Tarradellas, con vocación de Estado, es decir, de tragarse la Audiencia, debía librarse de rojos foráneos e incontrolados. Evidente que ante la izquierda furibunda y catalanistas nunca ganarían los corruptos de la Derecha Clásica, tipo Eduardo Bueno, el “bueno para Cataluña” (hombre de Banesto y por tanto de De la Rosa). Debía pues facilitarse la victoria a un banquero, que habría olvidado tres años de cárcel tras quince de ganar dinero con el franquismo, y de familia de “derechas de toda la vida”, o sea, fieles al Régimen. Un flautista para esa Cataluña de los sueños de un millón de catalanistas. Y ganó Pujol, y la Audiencia seguiría un largo camino sin ingerencias “rojas”, con tiempo para domesticar a las “ordas” a base de sueldos y chollos, y consolidar cargos, retiros y fortunas. Murió como su adorado Dictador, en la cama.
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