domingo, febrero 27, 2005

LA TEORÍA DEL ESCENARIO Y LA PRAXIS DEL DOMINGO

Domingo. Los domingos y el solitario de Windows quizás son dos de los objetos que más han hecho en contra de la comunicación escrita. Verbigracia: ayer les emplacé para hablarles del show de Maragall en el Parlament a la luz de la teoría Martínez de los escenarios. Pero hoy me aplazo hasta mañana. Lo único que he dado de sí / de mí ha sido una meditación más sobre la teoría de los escenarios. Ésta. Ahí va. Aparten a los niños. Si la teoría del escenario se define como esa región de la Cultura de la Transi que delimita la información y la política, y que consiste en que a) el poder político sitúa la escena y los márgenes de la realidad, y los medios deciden no sobrepasar esos márgenes ni cuestionar esa escena, ¿Cuál es el principal do de pecho de la teoría del escenario que en el mundo ha sido? ¿El 11-M? Norrr, jarl. El 11-M salió rana, supuso una abuso de la teoría del escenario, que posibilitó que la teoría del escenario quedara en pelota picada ante la mirada de sus consumidores. Un hipotético do de pecho de la teoría del escenario sería una delimitación de un escenario y de su información que no hubiera sido jamás cuestionada, aún a pesar de que sea falsa, o de que sea una formulación de la realidad endeble y canija. No sé. ¿El 23-F?

-LEÍDO HOY. EL PAÍS informa que el tripartito que gobierna Euskadi, si las elecciones fuera pero ya, sacaría mayoría absoluta. Juntando los votos de PNV, EA e IU, sale una proporción de ciudadanos mayor a la media ciudadana estatal que votó afirmativamente el texto de la Consti Europea. Todos los hombres del tiempo de por aquí abajo se felicitaron por el éxito del referéndum europeo, ¿se felicitarían también por el resultado de otro referéndum de índole constitucional que pudiera convocar el futuro gobierno vasco? Supongo que no. Ante ese hecho democrático rechazado, ¿quién sería más demócrata y menos nacionalista? Los hombres del tiempo, no.

-UNA METÁFORA. Bueno. Mañana les hablo de Maragall y el tema de las comisiones del 3%. Antes empero, una meditación. Urdaci, aquel gran ideólogo, se llenó de gloria por lo de Cé, Cé, Oh, Oh. A Maragall le están dando para el pelo por apuntar el cobro habitual del 3% en comisiones. ¿Qué tiene el concepto “comisiones”, que a todo el que lo pronuncia le supone una somanta de palos de forma instantánea?

sábado, febrero 26, 2005

LA MUERTE -O NO- DE LOS ESCENARIOS COMO CHOLLO-BOLLO

-RESUMEN DE LO PUBLICADO. La teoría del escenario es una forma de emitir política e información por aquí abajo. Es una poética de la política y de la información que debería poner la mosca detrás de la oreja pues, según descubrí ayer en mi laboratorio, con la teoría del escenario el periodismo se supedita a la política. Incluso se deja a huevo que el periodismo se supedite a la política gubernamental, ese fenómeno tan usual durante la Transi. Bueno. Ayer me descubría a mi mismo fumando y pensando si esa forma de construir política e información tan afortunada en la Cultura de la Transición, tenía alternativas. Es decir, si había algún político o periodista que se la pasara por el forro. Posible respuesta. Ahí va. Silencio. No hay muchos datos para pensar que ese político y ese periodista existan. Al menos, estadísticamente. Y como argumentación se puede citar, quedando como un señor, que en la pasada legislatura la capacidad para crear escenarios fue absolutamente gubernamental. Es decir, que ningún político de las izquierdas, y ningún periodismo ajeno a la Brunete Mediática y al entonces Urdacy System, se le ocurrió –o pudo-, crear otros escenarios. O reírse con la boca llena de dientes de los que se planteaban.

-LOS ESCENARIOS ANIMADOS DE AYER Y HOY. Pasada legislatura, sinopsis. En la pasada legislatura el gran escenario, la superficie sobre la que se desarrollaba la política, la información y, sobre ella, la difusión y la reiteración de la realidad, modulada en tertulias, ese género tan hispano, era el País Vasco. El-escenario-Euskadi consistía en entender el País Vasco como una amenaza a la democracia planetaria. Amenaza que sólo podía denunciar, formular y, glups, solucionar el lado PP de la fuerza. Las izquierdas jamás participaron en el diseño del escenario. Es decir, sólo participaron en las actuaciones sobre el escenario, sin poder –o, socorro, querer-, cambiar el escenario, o enviar el garete al escenario. El terrorismo, principal ingrediente del escenario-vasco, era tan llamativo y desparramado que era preciso establecer leyes más allá de la ley para calmar las mixed emotions que se producían en el escenario. Catalunya entró de lleno en el escenario con la metedura de pata de Carod. El PSOE, a su vez, al haber pactado en Catalunya con ERC, era parte, por esa extraña lógica, del escenario-vasco. La lucha non-stop y a grito pelado contra el terrorismo del escenario-vasco era por sí un escenario tan ganso que incluso se violó la legalidad internacional para luchar contra el terrorismo a chorrocientos kilómetros del escenario-vasco, que a esas alturas del partido ocupaba tantas energías y coreografías, que ya era, propiamente, el escenario-español. Si uno se fija, en la última legislatura, todos los escenarios posibles remitían a ese único escenario. La cosa, en fin, no era un problema de discurso único. Era peor. Era un escenario único sobre el que se situaba cualquier discurso. Y no cualquier discurso. A la que tuvieras un discurso extraño, a la que plantearas otro escenario, a la que tus palabras se salieran del estrecho margen de realidad posible, podías aparecer, ñaca, en el centro del escenario.

-UN NUEVO ESCENARIO, O COMO SE ENVÍA AL GARETE EL CHOLLO DEL ESCENARIO. En ocasiones tiendo a creer –es una creencia, es decir, algo intuido pero no verificado, como la Virgen de Lourdes o la Playmate de Mayo-, que la Cultura de la Transición se está muriendo. De vieja, en la cama, como todo lo yuyu por aquí abajo. En todo caso últimamente han aparecido escenografías colectivas que niegan los escenarios. Verbigracia: el pleno del Plan Ibarretxe. Pleno del Plan Ibarretxe, trailer. Contradiciendo las descripciones del escenario vasco que se habían producido durante los últimos años, un Lehendakari, absolutamente inmerso en la cultura democrática, explicó no tanto su reforma del estatuto, como la lógica democrática que lo inspiraba. Su lógica, democrática como una catedral, fue contestada por un Presi de Gobi que compartía su cultura democrática y que, en tiempo real, moduló argumentos y contra-propuestas democráticas a la propuesta democrática del Lehendakari. A este festival de la discusión democrática, a esa invalidación del escenario anterior, que iba a misa, se sumaron los portavoces de grupos nacionalistas minoritarios, usuarios de la cultura democrática, que aprovecharon la polémica para verter propuestas democráticas en la estructura de España. Todo este chollo-bollo democrático se vio contrarrestado en la participación del principal grupo nacionalista del Congreso. El PP. Cuando su portavoz hablaba y repetía alocuciones hechas, con las que intentaba volver a dibujar el escenario-vasco, todo lo que decía sonaba a viejo. Luego, en los medios vinculados a ese partido nacionalista, volví a sentir esa sensación de escuchar o leer algo antiguo e inoperante al escuchar o leer a los antiguos fabricantes de escenarios en el trance de analizar el nuevo escenario. Un nuevo escenario que les venía grande. Tan grande como que ya no había escenario. Ni hombres del tiempo que lo delimitaran. Se podía intuir –o, snif, no; yo creo que sí- que la cultura democrática local, en franca crisis hace unos meses, había enviado al garete los escenarios cerrados como explicación de todo. Se podría suponer –con un optimismo llamativo, sí-, que a partir de ahora, si alguien tiene que hablar de lo que pasa, no podrá describir escenarios, sino que tendrá que describir a la cultura democrática. Las discusiones, las propuestas, los pactos, los acuerdos. Acciones humanas, antes que guiones dramáticos, que es lo que sucede, si uno se fija, en los escenarios. Yo qué sé.

-DEBERES PARA MAÑANA. Periodismo no sustentado en escenarios. Hum... Er... Hoy me he leído el articulazo de Gregorio Morán en La Vanguardia. Un periodista con una biografía que indica que ha tenido problemas con la Cultura de la Transición. Un periodista que dibuja en su carne los límites, muy canijos, de la Cultura de la Transición. Su artículo –sus artículos-, no se remiten a un escenario. Los crea. Es lo que en Francia sería un maître à penser. Y aquí, un colgao, alguien que no quiere acceder a la segunda residencia dibujando escenarios de cercanías en una tertulia radiofónica. Por otra parte, antes de ayer, el President Maragall, en pleno pleno del Parlament destrozó un escenario y planteó un tema –el cobro de comisiones gubernamentales en las obras públicas- que ocultan los escenarios. ¿El President violentó la Cultura de la Transi? ¿El President es el político hipotético ése que, pasando de la política y la información a través de los escenarios, pasa de la Cultura de la Transi? La respuesta dentro de unas horas y veintipico pitos marlboros.

EL ESCENARIO COMO UNA FORMA DE FABRICAR POLÍTICA. Y, ÑACA, PERIODISMO.

La secuencia lógica de la que les hablaba el último día y que se resume, como pueden ver en la pizarra, en la ecuación: ola-de-frío-es-la-pera = hombre-del-tiempo-es-importante = la-realidad-son-escenarios-sucesivos, tiene su juego de piernas. Seguidamente, si deciden quedarse a ver qué, ejercitaremos las piernas, siguiendo ese pegajoso ritmo.

-CONSTRÚYASE SU PROPIO ESCENARIO. ¿Cómo se construye un escenario? Ni idea. No soy hombre del tiempo. Supongo, y corríjanme, que la cosa puede funcionar así. Para un político es fácil situar un escenario. Por ejemplo, haciéndose el longui en la concesión de entrevistas y en el control de la información que emite, y practicando el periodismo de declaraciones. Cuando le ponen una alcachofa cerca de la boca de la cara, el político va y empieza a dibujar un escenario. ¿Es el político el hombre del tiempo? Puede ser. En todo caso, diversos hombres del tiempo, y casi a tiempo real, recogen el escenario cutre que ha montado en un plis-plas el señor de las alcachofas, le dan una ITV y lo convierten en el escenario del día, de la semana, de la temporada. Si bajan sus ojos al siguiente párrafo, les cuento un caso práctico, a ver si les convenzo.

-EL ESCENARIO. UN CASO PRÁCTICO. Esta semana Bush y ZP han coincidido en una reunión de escalera. En ese encuentro, Bush le dio la patita a ZP y, mirando al horizonte, agregó: “Hola amigo, ¿cómo estás?”. ¿Esto es un escenario? No, es una XXXXX pinchada en un palo. No obstante, a los pocos minutos, Mariano Rajoy empezó a escenificar la escena proto-escenario. En Libertad Digital, ese medio de la ultraderecha que hizo un curso CCCC de informática, se empezó a definir la escena como escenario –escenario: usted se encuentra aquí: en un país sin política exterior, interior ni de entretiempo, con un Presi al que el Presi de los USA le trata en plan Tío Tom-. Paralelamente, diversos hombres del tiempo en diversas radios intensifican y dan los últimos retoques al escenario. En las siguientes 48 horas, los hombres del tiempo exprimen el escenario a lo largo de tertulias, artículos. Todos se ubican en el mismo escenario, si bien interpretan la obra –obra titulada Hola amigo, ¿cómo estás?-, desde una prosa antigubernamental y vinculada al PP, y desde una estilística más o menos gubernamental y vinculada al PSOE o a cierta izquierda. No hay, en todo caso, otra posibilidad de obra teatral. El escenario es igual para todos.

-MEDITEMOS, HERMANOS. Ahora que releo lo que he escrito, se me ocurren dos cosas en las que no había pensado. El hombre del tiempo, el verdadero rey del pollo frito de los hombres del tiempo planetarios en toda esta sucesión de hechos que han convertido un saludo en un escenario, ha sido Rajoy. Es decir, un político de un partido fuertemente vinculado con diversos grupos de comunicación a los que, para que lo entiendan los niños, se les ha dado en denominar Brunete Mediática. Estando en la oposición, en un periquete ha montado un escenario. Si estuviese en el poder, hubiera tardado menos. De lo que se deduce que la teoría del escenario, que puede explicar cierta teoría de la emisión y de la recepción de información por aquí abajo, dibuja un país / un por aquí abajo en el que el poder político influencia mucho al periodismo. Y en el que hay una determinada manera de construir política que, socorro, necesita una determinada de construir periodismo. La segunda meditación es esta: un político y un periodista nuevos, no vinculados a la Cultura de la Transición, deben de ser, por tanto, aquellos que no recurren a la teoría del escenario. Me voy a la camita. Antes, me fumaré un pito y meditaré si conozco, al menos, un político que cumpla ese perfil. Buenas nochezzzzzzz, amiguitozzzzzzz.

jueves, febrero 24, 2005

LOS INCREÍBLES HOMBRES ESCENARIO

Hace un frío que congela las ideas. Cuando yo era pipiolo, a este frío se le denominaba frío, con un par y como su nombre indica. Ahora se le denomina ola de frío. Ola-de-frío es algo que complica llamarme frío al frío. De lo que se deduce que ilustra un concepto más complicado. Por ejemplo, nos remite a un concepto complicado denominado hombre-del-tiempo, que es el que codifica las olas de frío.

Por aquí abajo, en un informativo televisivo, lo que más tira es el hombre del tiempo. El hombre del tiempo se diferencia de otros hombres al uso –verbigracias: el hombre lobo, el hombre bala- en que lo que dice va a misa. Y en que, con ello, fija escenarios. Escenario es una palabra clave del sign of the time. Ojo al palabro escenario. Tiene su miga. Miga, ejemplo: a) hace unos días, el hombre del tiempo fijó como escenario una ola de frío. De manera que b) el resto de hombres que aparecen en los telediarios antes de que aparezca el hombre del tiempo, hablaban sobre esa ola que tenía que venir, luego c) sobre la ola que ha venido y, en cuatro días, sobre d) las repercusiones de la ola que se ha ido. Como se ve, el hombre del tiempo es el hombre más importante del mundo. Es el que corta el bacalao. Fija las olas, es decir, los escenarios. De lo que se deduce que el mundo, por aquí abajo, son olas, son escenarios.

De un tiempo a esta parte, la realidad informativa –la realidad, vamos-, se parece un güevo a la realidad climatológica. Consiste, básicamente, en crear olas, escenarios. Que van pasado. Menos los tsunamis, que se quedan. La información depende tanto de la creación de escenarios que cuando, pumba, desaparecen los escenarios, cuando se producen noticias que no discurren en un escenario, la información se colapsa. Sucedió el 11-S, cuando nadie sabía en qué escenario se escenificaba el 11-S. Y sucedió el 11-M. Los escenarios deben de ser la pera, pues el 11-M, el mayor esfuerzo informativo jamás realizado en este país, consistió, por cierto, en un Gobierno modulando la información, haciendo de hombre del tiempo, para crear un determinado escenario.

Los escenarios son un chollo informativo. A) Simplifican la información, hasta el punto que, si no hay escenario, no hay información. B) La sitúan en un drama –los escenarios son fondos teatrales sobre los que se desarrolla algo en tres actos. Los escenarios, en fin, crean la sensación de que todo en la vida tiene tres actos. Algo más falso que un duro sevillano. Las realidades complejas, de hecho, casi nunca caben en un escenario. Y las más de las veces no tienen tres actos, como las pelis. Si usted gasta novia/o/lo que sea, habrá comprobado que hay días enteros en los que no hay escenario que valga. Ni hombre del tiempo que oriente un pijo.

martes, febrero 22, 2005

EL 11-M VISTO DESDE OTRA CULTURA

En abril de año pasado publiqué el libro Pásalo -la portada era más fea que Pichote-, un libelo en el que explicaba los sucesos del 11-M/13-M como a) la culminación lógica de la instumentalización del terrorismo por parte del PP, y ,b), el fracaso absoluto de la cultura de la Transición –trailer: los mecanismos de nuestra cultura, tendentes a eliminar conflictos, impidieron la percepción, la descripción y la solución de aquel conflicto; nuestra cultura impidió que los medios y los intelectuales tuvieran juego de piernas; nació un nuevo juego, de piernas, a través del SMS, esa cosa tan corta y que fue más larga que la aportación de nuestros medios-. Bueno el libro no se ha vendido mal –unos 15.000, me dicen-. Se supone que eso convierte al libro en un punto de vista influyente sobre la cosa. Lamentablememte, snif, yo no he visto mucha influencia ante la cosa. En Internet, por lo que veo, se viene utilizando en discusiones. No ha aparecido, empero, ninguna reseña o comentario en prensa. Es decir, en la realidad -la realidad es lo que usa tu madre; yo no tengo cybermadre-. Más allá de un par de líneas en varios artículos –verbigracia-, en el que se solventa la descripción del libro diciendo que es un líbelo –nota mental : nunca más vuelvo a definir un libro con una palabra en la solapa, esa cosa que se leen, estadísticamente, los periodistas para solucionar el problemote de un libro que les cae encima-. Francamente, sinf (yII), esperaba que el libro, en lo que tiene de descripción del funcionamiento de la cultura española, serviría para más. No ha sido así. Lo que puede indicar que no es cultura española. Por ejemplo, no es optimista.

Sea como sea, el otro día, una señorita llamada Camille Neveux, estudiante del último curso en el Institut d'Etudes Politiques de Estrasburgo, se puso en contacto conmigo para hacerme una entrevista para su trabajo de fin de estudios, una investigación sobre el 11-M desde otro ámbito cultural. Les paso algunas de las preguntas y algunas de las respuestas. Me gustan las preguntas de Camille porque a) son básicas, si bien b) no las he visto formuladas en ningún medio por aquí abajo. De lo que se deduce que a) Camille es una buena estudiante y que b), por aquí abajo tal vez aún no nos hayamos preguntado en voz alta y por escrito las cosas básicas. Ahí van. Alehop.

-En su libro « Pásalo », usted escribe pagina 58 : «había datos para creer que el gobierno mentía». ¿Cuales son estos datos ?

-Ya había mentido anteriormente. Mintió, por ejemplo, al decir que Irak tenía armas de destrucción masiva. Mintió a lo largo de la crisis del petrolero Prestige. Y practicaba una mentira non-stop, muy del estilo neocon/USA, consistente en, a partir de datos reales, introducir datos falsos, que falseaban todo el mensaje. Sucedió, por ejemplo, con el proyecto de Plan Hidrológico Nacional.

-El día 11 de marzo, El País titula en su edición especial «Matanza de ETA en Madrid». ¿Este título de portada no era peligroso? ¿Ya no se podía dudar de la autoría de un grupo islámico ?


-Era peligroso y antiético. El titular debería haber sido: “Aznar: ETA es la culpable de la matanza de Madrid”, o “Matanza en Madrid, ¿ETA o AlQaeda?”, por poner dos ejemplos. Desde que Otegi habló –entre las 10 :00 y las 11 :00-, y desde que se encontró la furgoneta con los detonadores y las cintas con mensajes islámicos –se hizo público sobre las 14:00-, había datos para dudar. Con esas dudas, la prensa extranjera fabricó diferentes titulares que la española. Sobre las 12:00-13:00, la web de la CNN informaba sobre la pujanza de la opción islamista. ¿Por qué la prensa española no hizo lo que debía? Repuesta: hizo lo que debía: desde la Transición, la prensa –y la cultura- española tiene, al parecer, el deber de no crear desestabilización. Cualquier información que pudiera conllevar algún tipo de desestabilización política era considerada como un peligro para la democracia, en los primeros momentos de la democracia española. Y, por lo visto, aún es así. La prensa española se ve en el deber de crear estabilización antes que información. La prensa española decidió creer al Presidente de Gobierno, como siempre ha hecho a lo largo del proceso de Transición política, para no crear desestabilización.

-El día 14 de marzo, El País titula : « Todos los indicios señalan a Al Qaeda ». ¿Cuando usted ya no creyó la tesis de la autoría de ETA ? ¿El día 14, o más bien antes ?

-El día 11-M, por la noche, nos reunimos varios compañeros periodistas. Algunos, de mi diario. Recuerdo un compañero que dijo: “No he encontrado ningún político que crea que haya sido ETA”. Se refería, por supuesto, a todo el arco parlamentario salvo el PP.

-Usted escribe también en su libro : «la cultura española –nuestros medios, nuestros intelectuales- no tenía grandes defensas ni capacidad de respuesta ante un gobierno que miente ». ¿No opina que los medios tenían canales directos de información diferentes del gobierno?

-Los medios tenían diferentes canales que el gobierno, pero estaban hipotecados por los mecanismos culturales españoles, que impiden arriesgarse en los posicionamientos y en las opiniones para –como le he señalado más arriba-, crear algo que pueda ser interpretado como desestabilización. Ningún –repito: ningún- intelectual cuestionó al gobierno de manera abierta hasta el día 15. Lo primeros artículos de opinión de los intelectuales fueron incluso lamentables. Se limitaban a, a), condenar el atentado e, incluso, b), darle la razón al gobierno al reproducir la ecuación informativa que estaba construyendo. Ecuación: Atocha = ETA = Nacionalismo vasco y catalán = Gobierno autónomo de Catalunya = PSC = PSOE = Zapatero.

-¿Opina que periodistas de le prensa escrita, como los de El Mundo, tuvieron contactos directos con la policía o el CNI ?


-Es posible. En todo caso, los tuvo el PSOE, y el PSOE los filtró a la prensa. EL Viernes 12, en EL PERIÓDICO de Catalunya se informaba que mandos policiales informaban al PSOE sobre datos no comunicados por el Ministro Acebes (...).

-¿Usted u algún periodista (...) habló con gentes del PSOE ? ¿O del PP ? ¿Creían en la pista de ETA o en la pista islámica ? ¿Cuáles fueron sus argumentos ?


-Hablé con miembros del Gobierno Autónomo Catalán. Nadie creía, a partir de la tarde del 11-M, en la posibilidad de ETA. Los argumentos eran la lógica, la información internacional y, posiblemente, informaciones policiales filtradas por el PSOE al PSC. Ni idea. No puedo confirmar esto último. El único miembro del PP con el que hablé fue con un exmilitar, que me llamó a mi domicilio y me amenazó por un artículo anterior –de hacía menos de un mes-, en el que señalaba la necesidad de ETA por parte del PP para elaborar políticas. Es decir, la capacidad del PP para instrumentalizar el terrorismo de ETA .

¿Qué opina usted sobre el comportamiento de los políticos del PSOE entre los días 11 y 14 de marzo ? ¿No estuvieron un poco ausentes de la escena política ? ¿Tuvieron una posición influyente « por detrás », una posición que los medios no mencionaron por interés o por desconocimiento?


-La cultura española les obligaba a estar ausentes. Si hubieran exigido rotundamente y públicamente información al Gobierno, si le hubieran criticado con contundencia y rotundidad, hubieran sido acusados por el Gobierno, y percibidos así en la calle, como desestabilizadores. Cuando el día 14 el PSOE decidió ser beligerante, no lo hizo en voz de su líder, sino de su portavoz, quizás por temor aún a ser tildados de desestabilizadores, en un momento en el que ya era del todo evidente que el PP mentía. En Catalunya hubo -¿se creó?- otra cultura política. El Conseller en Cap habló a los medios, abiertamente, de manipulación informativa. Para llegar a esa conclusión, el Conseller, o Pepito de los Palotes, debía de tener otra información y otra lógica diferente a la de los medios de información españoles –con la excepción de la SER-.

-¿Opina que los manifestaciones del 13 de marzo frente al sede del PP pudieron ser organizadas por medios de comunicación?


-No. Precisamente demostraban que los medios de comunicación, hipotecados por las reglas de juego de nuestra cultura tras la Transición, no habían estado a la altura. Los manifestantes exigían al PP la información a la que no habían tenido acceso en los medios –españoles-.

-Según usted, ¿el trabajo de la comisión de investigación permitió aclarar lo que pasó entre los días 11 y 14 de marzo ? ¿Qué opina sobre la comparecencia de Aznar y Zapatero en la comisión ?


-La comisión ha aclarado absolutamente que el Gobierno a) mintió y b) intentó instrumentalizar el atentado, como por otra parte venía haciendo con todos los atentados de ETA. Las únicas personas que en la Comisión defendieron la opción ETA y la opción de que el Gobierno no mintió son tres cargos del PP y un fiscal vinculado absolutamente al PP. El PP, no obstante, se ha instalado en la mentira, y defiende que la comisión ha demostrado lo contrario de lo que ha demostrado. El PP dispone de medios de comunicación que defienden eso cada día. La confusión de la sociedad es notoria. EN la Comisión me sorprendió gratamente la actitud de Zapatero. Su actitud contra la amnesia –y, posteriormente la actitud contra la amnesia de Bono en el pleno sobre el Yak-, supuso la primera ocasión en la Transición española –ese proceso fundamentado en la amnesia y en la irresponsabilidad de los hechos-, en el que alguien pedía y señalaba responsabilidades ante un hecho. ¿Era impostura? ¿Es una postura sostenible? ¿Es un cambio de tradición? ¿Es un exotismo puntual? Ni idea.

-¿Los eventos del 11 M todavía son importantes hoy, en la actualidad española ? ¿Todavía levantan una polemica ?


-Supongo que sí, pues no se han depurado responsabilidades. Depurar responsabilidades hubiera supuesto que todo el staff del PP hubiera desaparecido. Eso es “desestabilización” y eso es lo último que se desea en España. Recuerdo aquí que el último gobierno PSOE, presidido por Felipe González, fue acusado de practicar la guerra sucia. Jamás se han depurado esas responsabilidades en un nivel político. El PP, conocedor de la cultura española, sabe que con lo del 11-M sucederá lo mismo. Espera que pase el tiempo y, mientras tanto, intoxica con información falsa en sus medios.

lunes, febrero 21, 2005

UNA REGIÓN DEL NO

Conversación con Arcadi Oliveres (Barcelona, 1945), profe del Departamento de Economía Aplicada de la UAB y presidente de Justicia i Pau, una asociación cristiana, en la lógica del Concilio Vaticano II –“no queda mucho de él; algunos curas de la época y algunas honrosas excepciones sacerdotales jóvenes”; “el mapa diocesano local no es muy apetitoso, pero si el de los cristianos de base”-, fundada en 1968 y que dibuja como “una silla con cuatro patas: los derechos humanos, el desarrollo económico, la paz y el desarme, y la exclusión y la marginalidad. Presionamos a las autoridades en esos cuatro campos”. Ejemplo práctico: “La Comissió de Indústria del Parlament, con los votos a favor de PSC, CiU y PP, la abstención de ERC y la negativa de IC, aprobó en 2004 la instalación en Catalunya de la empresa EADS, que fabrica helicópteros de combate. La UPC ha iniciado la licenciatura en ingeniería aeronáutica, que nutrirá de ingenieros a la factoría, y Clos ha permitido que la primera empresa en instalarse en el Distrito 22@ sea INDRA, que fabrica simuladores de vuelo para el combate. Intentaremos presionar contra todo ello”.

Los primeros contactos de Oliveras con Justicia i Pau fueron, por cierto, en 1974, cuando lo de Puig Antich. Al año siguiente participó en la campaña contra la pena de muerte, aplicada a los 5 ejecutados en septiembre del 75. “La noche del 26 al 27, la pasamos en vela para conseguir que el Papa telefoneara a Franco. Lo conseguimos. No sirvió de nada. Al día siguiente, los abogados Magda Oranich y Marc Palmes nos trajeron un puñado de balas, que no habían impactado contra el cuerpo de Txiki. Aquello me llegó muy hondo. Cada año, en esa noche, tengo unas pesadillas terribles”. Estos días Arcadi Oliveres ha sido una de las cabezas visibles de la opción del NO en el referéndum para la Consti Europea. Hablamos del referéndum en el que ha ganado el SI, y el yo-no-sé-nada-yo-soy-el-músico “Es posible que el NO gane en Dinamarca, Polonia, Malta, República Checa y UK”. ¿Qué pasaría entonces? “La Constitución dice que si algún país vota no, el Consejo de Ministros actuará en consecuencia. Supongo que eso implicaría tres posibles actuaciones: 1) dejar ese país en la cuneta y crear la Europa de dos velocidades, 2) solucionar la cosa a la danesa –seis meses de propaganda televisiva y otro referéndum-, y 3) lo que sería para mi deseable: revisar el proyecto. Hablamos del hecho de que casi el 90% del electorado haya confesado que desconocía el texto de la Consti. “La gente votó tres cosas: si ama Europa, su simpatía hacia las personas y partidos que defienden el sí y el no, y el desconocimiento, por ejemplo, al hecho de que se cuele la pena de muerte por la puerta de atrás”. “La pena de muerte, que se prohíbe en el artículo II, se introduce en el Título B, Art II, protocolo 6”.

Apostar por un texto que posiblemente se desconoce, nos lleva a hablar de la fe, lo cual está a huevo con un creyente. La fe, para los que carecemos de ella, es un concepto difícil de traducir. “¿La fe? Yo creo en el espíritu evangélico, pero no en las cuestiones de dogmas”; “la fe es relacionarnos con el resto de la humanidad con solidaridad”. La Consti, no obstante, ¿puede ser un objeto cercano a la fe, que no necesitan la razón, sino sólo la creencia? “La gente no sé si vota por fe, pero sí por sentimientos”. La fe, en tanto que algo no canalizado por la razón, ¿no es un sentimiento? “Nunca me lo había planteado. La política, en todo caso, son sentimientos y pertenencia.

MEDITACIONES AL TRIUNFO DEL SÍ

En España siempre gana el sí a lo que sea. De lo que se desprende que el no a lo que sea es como de mala educación. En nuestra cultura hay pocos objetos consagrados a la palabra no. Por la misma razón que el no no se come un kiki en ningún referéndum hispano, debemos suponer que cualquier producto que quiera comerse un kiki –una novela, verbigracia-, debe de ser un producto que ofrezca a sus usuarios más síes que noes. Es decir, debe de ser simpático.

Una particularidad de los referéndums hispanos desde Franky Franco, aquel gran innovador de la disciplina, es que si en alguno de ellos hubiera ganado el no, no hubiera habido nadie capaz de gestionar ese resultado. Los referéndums españoles sólo cumplen su periplo democrático de consulta directa al pueblo soberano cuando, snif, gana el sí.

En el referéndum ha ganado un texto que, según los diarios que leo, era desconocido para cerca de un 90% de sus electores. La Constitución Europea es, así, como un premio Planeta. Un texto no leído por su jurado.

Ha ganado un texto al que nadie le ha echado un vistazo. Es como si la Duquesa de Alba se presentara a Miss Venezuela, nadie le echara un vistazo y, ñaca, ganara.

La paradoja de la UE es que es una asociación de Estados democráticos que, toma moreno, no es democrática. Quizás, ese es el único paralelismo entre la UE y Europa: es paradójica.

Lo que ha pasado en España pasará, al parecer, en toda la UE, con las dudas de Polonia, República Checa, Malta, Polonia y UK, que igual votan que no. España, pues, no ha sido especialmente original y ha mostrado lo que quizás es una tendencia europea, consistente en una mezcla de optar por el sí y de pasar de todo. Quizás el españolismo de todo esta dinámica ha consistido en los argumentos del sí. Muy hispanos. El último día de campaña escuché a ZP, por ejemplo, haciendo un discurso tan español que olía a lentejas: “la Constitución Europea nos servirá para luchar contra el terrorismo”. En España, todo lo que no se sabe para qué sirve –verbigracia: invadir Irak-, sirve para luchar contra el terrorismo. El terrorismo es el España como el arroz en los discursos de apertura de los congresos del PC chino. Un llenapistas. Y, por lo visto, nuestro pan.

Otro españolismo: la esquizofrenia. El PSOE ha optado por el sí, si bien en petit comité ningún all-star del PSOE te pudiera defender la Constitución. El PP ha optado por el sí, si bien en los foros de su página web –monumento a la particular esquizofrenia PP: el 13-M, en la página abundaban convocatorias para ir, sic, a Lavapies, a matar moracos-, los chicos PP reclamaran el no.

domingo, febrero 20, 2005

UE COMO CEMENTERIO DE ELEFANTES

La UE es como un cementerio de elefantes. Cuando en un Estado de la UE alguien se elefantiza –un elefante es un ser enorme, que vive chorrocientos años y que necesita comer chorrocientos kilos de lechuga al día-, se le envía la UE. Cuando un político no tiene, epistemológicamente, donde caerse muerto, se le envía a Europa, donde cae vivo. Salvo los partidos alemanes –el elefante Kolh dispone, gracias a una fundación chachi-piruli de su partido, de despacho oficial, secre y honor, es decir, la posibilidad de dar conferencias e inaugurar algún pantano periódicamente-, parece ser que ningún Estado europeo dispone de cementerios de elefantes locales. En lo que fue una buena meditación, Aznar le hizo una buena ITV a la fundación FAES, y el Ministerio de Cultura le dió suficiente pasta a la Georgetown, de manera que ambos dos cacharros hubieran sido un buen cementerio de elefantes para Aznar. No obstante, en todo el mundo no hay, hoy en día, ningún cementerio de elefantes lo suficientemente grande para el cadáver de elefante en el que se ha convertido Aznar. Bueno. Europa. UE. Cementerio de elefantes. Un elefante del cementerio, Giscard d'Estaigne, va y cobrar vida y redacta un texto, que hoy se vota en uno de los Estados de la UE.
Como es tradición en nuestro país, el 90% del electorado desconoce el texto. Posiblemente, el 190% desconoce quién es D’Estaigne, quién fue Bokassa, qué comía Bokassa, y qué regalos se gastaba Bokassa, pues el cementerio de elefantes tiene eso. Da una nueva identidad al elefante cuando va y se muere en su país.

viernes, febrero 18, 2005

UN PRECIO DE LA TRANSICIÓN

En la crisis de Carmelo los dos Gobiernos tripartitos usuarios de la crisis –la Gene, el Ajuntament-, se han hecho los morosos con la información. Es decir, han intentado canalizarla. Es decir, han intentado dominar el discurso de la información. Es decir, han hecho lo mismo que el PP en sus glory days. Es decir, han demostrado que las izquierdas y el PP comparten una misma cultura. Es decir, que el comportamiento de las izquierdas no ha sido aberrante. Ha sido cultural y normal dentro de la cultura en la que viven.

Esa cultura tiene mucho que ver con la Cultura de la Transición. Antes de la Transición, el patrimonio moral pertenecía a las izquierdas, en tanto que la derecha, gore, no tenía ningún asidero moral. Esta mañana a primera hora, las izquierdas y la derecha comparten una moral parecida. Que no creo que pueda definirse como un patrimonio. O, al menos, como patrimonio a conservar. Esta igualdad de expectativas morales entre las izquierdas y la derecha quizás sea, incluso, una descripción a lo bruto de la Transición. La Transición supone un enriquecimiento moral para la derecha –asume por primera vez unas reglas de juego y un límite del juego; el 11-M/13-M, jugando al juego con la misma táctica que en los últimos seis años, se superó el límite-. Pero también supone un empobrecimiento moral para las izquierdas –comparten con la derecha las mismas reglas del juego y, posiblemente, un mismo límite; las izquierdas, al parecer, saben que pueden elidir información, que pueden ser deshonestas, siempre que no lleguen al límite estético del 11-M/13-M-. Visto así, la Transición, ese proceso consistente en instaurar una democracia efectiva sin desinstaurar nada, ese proceso cuyo vértice está en construir futuro a toda leche para no pensar en el pasado, tuvo un precio. La honestidad de las izquierdas.

miércoles, febrero 16, 2005

LA EGIPTOLOGÍA Y USTED

Ayer los diarios que leo me informaron de la aparición de cuatro o cinco novelas. No me informaron si valían un pito. Simplemente se me informó de que, de las chorrocientas novelas que se publicaron antesdeayer, sólo cuatro o cinco aparecieron en los diarios que leo. Con toda la mili que llevo en el ramo, puedo intuir que esas cuatro novelas se diferencian del resto de novelas no aparecidas en los diarios en, precisamente, que aparecen en los diarios. Es decir, a) están publicadas en alguna editorial de la commonwealth empresarial del diario, b) las ha escrito alguien que tiene que ver con el diario, c) las ha escrito un colega de alguien del diario, o d), y estadísticamente más probable –créanme-, simplemente, esas cuatro o cinco novelas se colaron en los diarios por azar. O por algo parecido.

En los diarios aparecen libros como aparecen crucigramas. Porque toca. No hay ninguna poética –y si la hay, no tiene nada que ver, snif, con la poesía-, para que un libraco aparezca en los papeles en lugar de otro. De lo que se deduce que, cuando aparecen, no aparecen porque tengan algún valor, o porque sirvan para discutir, priorizar, contraponer o atacar ningún valor. Aparecen porque forman un valor en sí. Son libros, los libros son cultura y la cultura, así lo hemos acordado, es chachi. La cultura es así un valor que no es preciso, al parecer, valorar. Es decir, no sirve para nada. Es curioso que, junto a esa exposición caótica de libros, en las páginas de cultura españolas aparezcan, cada vez más, noticias sobre egiptología. Esas noticias -desde hace cinco años o así aparecen como setas-, igual explican la clave del concepto de cultura que hemos decidido consumir. Esas noticias explican por qué explicamos así –sin explicar, vamos-, los libros.

Cuando era pipiolo, en verano pillaba un megabillete de tren y me iba al Este, el único sitio al que me podía ir por cuatro duros. Llegué a verlo por los pelos. El último viaje fue en el 89, cuando al Este le quedaban dos telediarios. No hablaba ninguna lengua del Este. Por divertimento, ojeaba los diarios del país en el que estaba. No entendía un pijo, pero las fotos tenían juego de piernas. Una cosa curiosa de los diarios de los países socialistas era su sección de cultura. Un día sí y otro no estaba plagada de artículos sobre egiptología, con foto de momia o de egipcio de canto al uso. En mi primer viaje a Cuba, ya como periodista, me sorprendió volver a ver en el Gramma soberbios articulazos sobre egiptología. Al principio llegué a pensar que el Egipto faraónica era una metáfora del socialismo real, a reivindicar en las secciones de cultura. Posteriormente he construido esta otra cadena lógica. A ver qué les parece. La egiptología, como la filatelia, es un valor en sí mismo. No existe la egiptología alternativa, como no existe la filatelia alternativa. Ambas especialidades son cultura, un valor en sí como el carajo de una vela, por utilizar el sistema métrico decimal hispano. Y permiten –fin de la cadena lógica, amiguitos- a culturas con serios problemas para vertebrar una cultura real, una cultura con valores, una cultura que discuta consigo misma, una cultura que canalice mal rollo, problemas y discusiones, llenar las páginas las secciones de cultura. Sin decir verse en la obligación de decir absolutamente nada.

martes, febrero 15, 2005

LAS ENTREVISTAS POR AQUÍ ABAJO

Ayer me telefonearon de Presidencia de la Gene. Piticlín-piticlín. El tema era desconcederme una entrevista solicitada hace un añito para mi revista. Inciso. El lector se estará preguntando si esos plazos son normales. Respuesta: sí. Fin del inciso. Bueno. Maragall. Entrevista. Un año. Son chorrocientas llamadas telefónicas a lo largo de doce meses. La gestión de esa entrevista que no se va a realizar habrá supuesto a algún ejecutivo de Telefónica su acceso a la segunda residencia. Que te digan al final que no, incluso se agradece. Estoy por pensar que es hasta de izquierdas –la izquierda, en un alto porcentaje, consiste básicamente en decir las cosas por su nombre; me lo enseñó mi papá-. La palabra no es un nombre de muchas cosas. Generalmente, nunca se te dice que no en el país del sí. El PP, subsector Génova, nunca te dice que no si careces de antecedentes de inquebrantable adhesión. Telefoneas cada semana y te dicen que sí, que no les consta que no. Hasta que te cansas. El único all-star PP que he entrevistado, ahora que lo pienso, es Piqué, en una entrevista gestionada en 24 h. Un exotismo, que igual ilustra que el PP de Catalunya, a la que rascas, tiene poco que ver con el PP, ese partido aperturista –abre vías de investigación a gogó-. Me estoy desviando. La llamada para negar la entrevista fue divertida. La chica PSC utilizó todo el léxico disponible en el mercado para no utilizar la alocución “no”. Yo me hacía el tonto –me sale tan bien que algún día debería tomar medidas-, y buscaba algún asidero retórico para que la chica me depositara en mitad de la frente la particula “no”. Pero no. Después de darle la brasa, optó por el extremismo políticamente correcto –agárrense fuerte-, que a continuación les transcribo, alehop: “la entrevista no serà possible a curt termini, ni a un termini mitjà, ni crec a llarg termini”. Posteriormente, me rogó no ser más explícita, dado que “li estava fent passar un mal moment”.
La entrevista la pedí en enero pasado. Cuando el 2004 Carod Rovira Perpignan Tour. El Urdacy System, pieza clave en la teoría de la realidad desde 1996, a esas alturas del partido ya utilizaba el terrorismo para explicar la política vasca y cada vez más políticas españolas –algún día le explicaré a una sueca que, para proteger España de ETA, invadimos, ñaca, Irak; quedará tan sorprendida que lo demás será coser y cantar-. En aquel momento se iba a proceder a ampliar el negociado a Catalunya, donde empezaba en ese instante a construir la ecuación dadá, pero con juego de piernas, ETA = ERC = Tripartit = PSOE = ZP, con la que los palabros ETA y ZP quedaban unidos en cada telediario. Y en todos sus productos de merchandising –COPE, ABC, El Mundo, La Razón, esa mezcla sorprendente de diario y de boletín del Club Mickey, etc- Un filón, vamos. Con la entrevista –se subestimó hacerla inmediatamente; se me dio un plazo de 15 días, luego otro de un mes y así hasta ayer-, pretendía neutralizar la ecuación –dentro de lo humano; es decir, poco-, a partir de una información que el lector peninsular podía no disponer. No fue posible. Tras un año de espera por una entrevista para un medio de 2.000.000 de lectores, finalmente van y me dicen que no, aunque pasando “una mal momento”. Lo cual me lleva a pensar en la pertinencia de las entrevistas.
Un político tiene derecho a decir que no a una entrevista –como yo, je, je, tengo derecho a que lo diga en un plis-plas-. Acostumbra a no decirlo. O a dilatar su no un año, hasta que el solicitador de entrevistas, en un golpe de genio, se pone flamenco. El político no dice que no para, ha quedado visto, “no pasar un mal momento”. Es decir, por un fósil parecido a la vergüenza. Una vergüenza fósil que tal vez tiene que ver con otro fósil: el deber de contestar a los medios. Que quizás sea el fósil más antiguo –un fósil es, se mire por donde se mire, un cadáver de algo-, de toda esta cadena lógica de conceptos jurásicos.
El político prefiere las declaraciones a las entrevistas. En las declaraciones domina él el discurso. Nuestra cultura, de hecho, está repleta de genios de la declaración. Por el mismo precio, podrían ser genios de la entrevista, pues es un género que no es especialmente brillante por aquí abajo. En una entrevista nativa, un político nativo, si ha cursado el bachillerato, tiene muchas garantías de dominar el discurso. En el caso de que crea que, a lo largo de una entrevista la ha cagado, siempre le queda el recurso de pedir la entrevista al periodista antes de publicarla. Un uso no tan común como en Alemania –aquí, por mi experiencia, puedo decir que los jefes de prensa de los políticos, esta mañana a primera hora, sólo piden la entrevista al periodista que ven predeterminado a entregarla; unos la entregan tan ricamente, otros no y otros negocian alguna información a cambio-. La pregunta es, por tanto, ¿por qué ese rechazo colectivo a la entrevista en una cultura que vive consagrada a elidir los problemas, incluso en las entrevistas?
La respuesta tal vez es que el político, que quiere dominar el discurso, que lo domina, que para dominarlo dispone de una cultura que jamás polemizará con el político –una cultura que le permite el periodismo de declaración, que le permite entrevistas light-, aún quiere más. El 11-M/13-M fue un intento –conseguido con éxito-, de un partido para dominar el discurso de la realidad. El único fallo fue que se pasó de vueltas y no contó que en la crisis de aquellos días participarían medios extranjeros, que no participaban de la Cultura de la Transición. Por lo demás, el PP actuó dentro de la normalidad cultural. Intentó dominar el discurso de lo que sucedía. Como se intentó en el Carmelo. O como diariamente se intenta y se consigue en toda nuestra geografia cultural. Y ahí estamos. Bueno, les dejo, que he telefonear para conseguir nuevas entrevistas.

lunes, febrero 14, 2005

EL NO DISPUTADO VOTO

En un rincón de un diario, subtipo rincón en el que quedarían a huevo noticias el tipo hombre-muere-perro, se suicidó-porque-hacía-calor, me topo con una información sobre aquella votación en el Parlamento Vasco que ganó el Gobierno porque una diputada socialista tuvo problemas con su desplazador de partículas. El tema es que al sistema informático de votaciones de aquel Parlamento se le han practicado tres ITV, y no se ha encontrado defecto alguno. La diputada podía haber votado. La información no explica por qué no votó la diputada. Supongo que sólo pudo no votar porque a) era tonta, b) era malintencionada, c) una mezcla de a) y b), o d), que sería una suerte de ni a), ni b), ni c) ni, posiblemente d). La noticia fue muy comentada en su día. Supuso un filón para el colectivo de tertulianos-con-la-vena-del-cuello-hinchada. Y supuso una imagen muy utilizada para explicar quién tenía la razón y quién no la tenía en Euskadi, ese país, sociedad o como quieran llamarlo donde -tengo datos para pensar eso, después de leer la noticia que les he comentado-, no sólo no sabes quién tiene el patrimonio de la razón, sino que tampoco sabes quién tiene el patrimonio de la honestidad. Supongo que ambos patrimonios estarán muy repartidos, como se dice del Gordo de Navidad cuando no toca.

domingo, febrero 13, 2005

URDACY SYSTEM

Entrevista con Urdaci, ese gran ideólogo. Fiel a mi papel de último mono, soy el último periodista de mi ciudad en entrevistarle. Último-mono, sinopsis: soy el último periodista de mi ciudad en llegar a la actualidad. Que yo recuerde, en toda mi vida, jamás he escrito o dado una noticia. De una forma inconsciente, al principio de mi carrera, y de una forma netamente consciente después, intento ¿simplemente? llegar a los sitios y a las noticias y verlas e imprimirles una mirada. Ahora que lo pienso, glups, eso de imprimir una mirada a la información me aproxima al Urdaci way of life. La diferencia entre aquí el menda y Urdaci puede ser el diálogo. Lo que digo no va a misa. Comunico que es una mirada. La mirada, se diferencia del objeto contemplado en que no existe. No se puede tocar. Lo que digo intenta invalidar, en fin, la información como misa, esa ceremonia cuyo único diálogo es con el más allá. Usted, cuando lee estas líneas, verbigracia, sabe quién le habla, de manera que puede discutirle y cuestionarle. Cuando me discute o me cuestiona, por otra parte, no es necesario que crea en mi como dogma. O que me odie, esa derivación de lo anterior. O que, snif, me ame.

Bueno. Entrevista. Decidí hacerla un tanto cañera. Urdaci se fue por los cerros de Úbeda. No polemizó. No se defendió. No se mosqueó. Su única reacción consistió en que, una vez desconecté la cinta, me dio la patita y se fue arreando, con cara de perdonarme la vida. Supongo que hacia otra entrevista. En fin. Meditaciones sobre la entrevista. Urdaci se parece a Aznar en que a) no tiene lugar en el mundo, salvo en su pequeño mundo, b) ha escrito un libro que no aporta nada, salvo reafirmación ante su pequeño mundo de usuarios –pequeño mundo de, socorro, 11.000.000 de usuarios- afirma que no mintió, c) culpa de su suerte a las malas artes del PSOE y, d) se ve víctima de un linchamiento. Lo más llamativo de ambos –Aznar, un político; Urdaci, un periodista-, es que no tienen ninguna autocrítica que dedicarse, y que, sinceramente –yo lo vi a tiempo real con Urdaci-, creen que han cumplido con su deber. Un deber que, se supone, no se situaba en la política –Aznar-, ni en el periodismo –Urdaci-, dos campos en los que, respectivamente, fracasaron sin paliativos. Supongo que, por tanto, el deber de Aznar y Urdaci se situaba en otra esfera. Superior.

En mis últimos contactos profesionales con la derecha -¿ultraderecha?- nativa, me he encontrado cada vez más esa actitud. No hacen política –los políticos-, ni periodismo –los periodistas-, ni historia –los historiadores yuyus que defienden que la Guerra Civil, por ejemplo, la inició la izquierda en el 34; con un par-. No hacen nada aplicable a este mundo, nada que tenga que ver con las leyes de la realidad. Cumplen designios superiores. Los designios superiores, como las misas, admiten poco diálogo. La derecha nativa es absolutamente peligrosa. Pásalo.

sábado, febrero 12, 2005

LAS IZQUIERDAS

Barcelona. Carmelo. Mil habitantes desplazados. Lo cual da a la tragedia del Carmelo una entidad de tsunami en California. Es decir, de catástrofe en el primer mundo. Las catástrofes explican qué talla gastan los seres. Una señorita, un caballero, un gobierno, sólo se miden ante las catástrofes. Ante las catástrofes es cuando uno –señorita, caballero, gobierno- descubre si es un héroe o un chivato. Por otra parte el tsunami/tragedia Carmelo es la primera catástrofe local con Gobierno de izquierdas en el Estado en seis añitos –en Catalunya, el primer Gobierno de izquierdas en chorrocientos años-. La gestión de la crisis puede, por tanto, orientar un poco sobre qué es la izquierda. O, al menos, la izquierda en el trance de gobernar. Así, a lo bruto, la izquierda se ha dibujado a sí misma durante el tsunami como a) amable. En lo que es un detalle, la izquierda sacó a los vecinos de las casas antes de que se cayeran, les ha ubicado en hoteles y, parece ser, les va a dar pasta. En el anterior tsunami Barcelonés –Turó de la Peira; unos edificios con aluminosis se autodisolvieron-, el Presi Pujol dibujó a las derechas ante los tsunamis en la frase, dos puntos, “los ciudadanos deben de empezar a considerar que un piso no es para toda la vida”. Es decir, sálvese quién pueda. Es una izquierda que b) conoce las escenografías del poder. De hecho, el gobierno consistorial y el de la Gene –dos tripartitos-, han hecho piña durante la crisis, que es como resuelven las crisis los gobiernos planetarios con ganas de seguir siéndolo –la última crisis de un gobierno de derechas por aquí abajo, 11-M/13-M, se solventó desde el PP, y se sigue solventando, haciendo piña, negando la existencia de cualquier tsunami-. Es una izquierda que c) no dimite ni por casualidad. Algo normal en un país donde todos los políticos son de la escuela Obiang N’guema. No obstante, la izquierda ha ensayado un nuevo modelo de no-dimisión, consistente en prometer dimisiones para dentro de un futuro variable. Los posibles candidatos a ser dimitidos participan, pues, en una suerte de OT de la dimisión. Por último, es una izquierda con d) problemas con la comunicación, tal y como han demostrado las quejas de los vecinos del Carmelo, a los que no se les ha explicado nada, y del Col.legi de Periodistes de Barcelona, que ha formalizado las dificultades encontrada para explicar algo. Como la derecha, las izquierdas no se fían un pelo de los medios de comunicación. Eso sucede, socorro, en el país de Europa donde, por otra parte, los medios de comunicación son más amables con sus gobiernos –recuerden que, por aquí abajo, los tsunamis se pueden paralizar tres días llamando a un director de periódico-.

EL TAPÓN GENERACIONAL

Han pasado chorrocientos días desde el pleno Ibarretxe y ayer, en un cenorrio, aún oí hablar de él. Y escuché el comentario más común que he oído tras el pleno. Comentario más común que etc: Rajoy obsequió al mundo con el mejor discurso de su trayectoria política. Es un comentario tan reiterado que merece la pena pensar en él unos instantes, hermanos.
La génesis del comentario surgió en la Brunete Mediática a tiempo real. En 24 horas apareció, incluso, en mi diario. Esta mañana a primera hora, los sucesos más llamativos de aquel pleno han desaparecido, zas, como ninjas. Sólo queda como suceso el discurso de Rajoy, el mejor de su trayectoria –nota: si bien, con una trayectoria jalonada por discursos como el los hilillos, lo tenía a huevo, el hombre-. Bueno, sucesos llamativos acaecidos en el pleno y hoy extinguidos. Dos. A saber: a) Ibarretxe, dentro de la cultura democrática, presentó una lógica democrática en contraposición con la legalidad, pero no con la democracia; b) ZP, dentro de la cultura democrática, y con nuevo vocabulario y novedosos conceptos, argumentó brillantemente a favor de la legalidad y, toma moreno, a favor de la transformación de la realidad. Transformar la realidad en ese contexto, supone, digo yo, cambiar el concepto de España hacia la multiculturalidad y multilingüismo, palabros raros que, traducidos significan federalismo. Y federalismo, señora, significa Estado Vasco y Estado Catalán. Todo ello significa, a su vez, otra Transición. O, lo que es lo mismo y en menos fino, enviar al garete la Transición, aquel proceso que tuvo lugar en los tiempos de Tony Ronald, cuando el Ejército, como recordarán, no se caracterizaba por ir por el Tercer Mundo repartiendo magdalenas.
El discurso de Rajoy para mi fue el discurso un millón de Rajoy. Ningún concepto nuevo, ninguna argumentación nueva, posicionamientos inamovibles y una idea de España y de la democracia estrecha. Tanto que su prolongación conduce, por fuerza y por estrechamiento, a la colisión. El discurso de Rajoy fue el más skin del pleno, y el más alejado estilísticamente y en su sign-of-the-time del resto de los discursos que pronunciaron el resto de usuarios del Congreso. Aún así, del pleno sólo pasará a la historia –submodalidad, historia a corto plazo-, el discursete de Rajaoy. ¿Por qué? Los informantes de esta Segunda Transición, curiosamente, son los mismos informantes de la Primera Transición. Tipos y tipas de cincuenta y pico que llevan casi treinta informando. Se funden con la cultura de la Transición. Son, de hecho, una parte importante de la cultura de la Transición, una concepción de la cultura que esquiva los problemas, porque los problemas, en los 70’s, eran pura desestabilización en un proceso de democrático frágil y muy sensible a los problemas. Ese tapón generacional no vio las novedades del pleno, porque no eran cultura de la Transición. Sólo vio como novedad el discurso clónico de Rajoy, porque se ubucaba en la cultura de la Transición –subsector al fondo a la derecha-. Esa generación explica, al no explicar, lo que está sucediendo. Está sucediendo algo nuevo y fuera de la lógica de la Transición. Se va a tocar la palabra mágica que no se tocó en la Transición: España. Es el fin de la Transición. No creo que aquella generación pueda explicarlo. De hecho, esa generación no consiguió explicar el pleno Ibarretxe.