martes, noviembre 29, 2005

INTERMEZZO: EL DESENCUENTRO (4)

-HAGA COMO YO Y NO SE META EN POLÍTICA. Hola. Soy un Intermezzo spontsorizado por Martínez. Mi función es ir interrumpiendo la discusión Bértolo –que nos ha dejado-, Echevarría y Martínez. Y dar la hebra con el tema del Estatut. Desde el punto de vista de la ecuación que aquí sigue: Estatut = no-CT = algo menos que anti-CT = algo no consciente de la CT, si bien está ubicado en sus Quimbambas. Ver como le va a un objeto no-CT en la sociedad tiene su cosa didáctica. Las meditaciones de este Intermezzo de hoy darán vueltas al hecho de que el Estatut no tiene quién le escriba. Es decir, que el progresismo español no se ha acercado al Estatut. Lo que puede ofrecer un dibujo CT del progresismo español, el gran hacedor de CT durante los últimos 30 años. La CT, una cultura apolítica, antipolémica, de cohesión social, no sabe como tratar el Estatut. Salvo como un objeto político, polémico y que pone el peligro la cohesión. Tres cosas, por otra parte, ciertas. No se vayan, amiguitos.

-EL CASO DE LA COSA. EL otro día entrevisté al Conseller de Participació Ciudadana, Joan Saura –por cierto, en enero dispondremos de él en el blog, para lo que ustedes quieran-. Trailer: hay problemas de comunicación. Problemas de comunicación: a) “medios de comunicación instalados en la mentira” –ejemplo de mentiras: la propuesta de financiación catalana es unilateral, existe y tiene cifras, la Gene no reconoce el Tribunal Supremo ni el Tribunal Constitucional, el palabro nación equivale al palabro Estado, el catalán será de uso obligatorio en Soria, el castellano será prohibido en Reus, ETA está detrás de todo esto- y b) “el PSOE no combate, ni explica ni contraresta las mentiras” ni “el progresismo español ha tomado la palabra” para analizar dos puntos clave del Estatut. Punto 1) “Catalunya busca una mayor implicación en el Estado”, un Estado, eso sí, más descentralizado, federal. Punto 2) “un partido independentista, que no votó la constitución, está participando en la reforma del Estado desde un marco constitucional”. “No ver esas dos cosas es un caso peligroso de miopía”.

-LA INTERPRETACIÓN. De hecho, si se fijan, últimamente aparecen muchos artículos interpretando el silencio de los intelectuales. Que a un intelectual, esa máquina de interpretarse en público, se le tenga que interpretar, es la pera. Y es, por le mismo precio, algo que explica el carácter endeble del intelectual CT. EL intelectual CT es algo que acompaña a la CT. Y que sirve para abogar por la cohesión, el apoliticismo, y un mundo si más polémicas que las políticamente correctas –un mundo sin niños que lloren, sin chapapote, si señoras maltratadas y consagrado a la diosa Democracia, Divina Providencia que tutela España, su país favorito-. Los intelectuales CB / Cultura Brunete, en ese sentido, están haciendo lo que se espera de ellos. Pura CT. Pura defensa de la Consti como valor y del nacionalismo español como no-nacionalismo, y pura exposición del Estatut como objeto extraño incompatible con todo lo anterior. Los intelectuales CB lo están haciendo bien. Están haciendo lo que los intelectuales CT vienen haciendo desde referéndum de la OTAN, momento histórico en el que, tal vez, se inventó el invento. Están haciendo lo que un intelectual CT ha venido haciendo hasta el 11-M, inclusive. Estar al servicio del Estado. ¿Qué les pasa a los intelectuales progresistas CT? No sé. Supongo que por estética no pueden ubicarse en el mismo nicho ecológico que los pollos CB. Nicho ecológico –la defensa del Estado y del pack apoliticismo-cohesión-aproblematismo- en el que, por otra parte, están ubicados. EL intelectual progresita no opina sobre el Estatut porque a) ya opinan por él los chicos CB, b) no tiene nada más que decir, c) le aterra mirarse en el espejo de la opinión y ver un pollo CB.

-OTRA INTEPRETACIÓN. Por otra parte, un intelectual por aquí abajo no puede vivir de su obra. Necesita otros complementos. Esos complementos son los que ofrece la CT. Y son los que deniega la CT, en forma de castigo, si eres un chico malo. La CB, que por primera vez dispone de grupos de comunicación cachas, de medios de comunicación públicos allá donde gobierna, posee un sistema de premios efectivo, que se traduce en posicionamientos efectivos y unitarios de sus intelectuales ante el Estatut, la LOE o cualquier cosa. El PSOE, a su vez, tal y como está el patio informativo, y con el recuerdo latente de corrupción a secas y de corrupción intelectual pasado –ningún chico CT vio a los GAL, por ejemplo-, no tiene un sistema de recompensas resultón. Es por eso que los intelectuales no recompensados sensibles de ser recompensados, no hacen nada. Igual están de huelga por un convenio justo como los de CB & Sucesores.

-OTRA INTERPRETACIÓN. Un hecho llamativo de la CT es su nacionalismo. La CT, OK, es una formulación de la industrialización de la cultura y bla-bla-bla. Pero también es la solución concreta de estabilidad a un país concreto que accede a la estabilidad, sin juicios ni catarsis, tras una guerra civil y chorrocientos años de fascismo y limpieza étnica –los malos españoles fueron limpiados, zas, así como suena-. Que aporta, lo dicho cohesión. Quién está en la CT recibe premio. Quién no está en la CT es el enemigo de todos. Que cohesiona, por otra parte, a todos. La CT se parece mucho al nacionalismo. Tanto que nadie lo dice. Ahora mismo es difícil criticar al Estatut –un objeto aún no nacionalista, un objeto que nace como respuesta y como defensa no identitaria ante nacionalismo español de las dos últimas legislaturas-, sin ser emisor de nacionalismo CT. En un país en el que nadie es nacionalista, en el que los nacionalsitas son los otros, es lógico que sea difícil el paso del nacionalismo implícito al explícito. De hecho, las pocas críticas progresistas al Estatut, son ejercicios de ingeniería, en los que el emisor CT intenta el imposible de no ser nacionalista. El intelectual progresista CT, que tan poco ha hablado ante el Estatut, en ocasiones ha revindicado frente a él el no-nacinalismo, esa palabra que nació para maquillar el nacionalismo español extremo en Euskadi. En el trance de opinar sobre el Estatut desde esa tesitura se ha declarado ciudadano del mundo e internacionalista. Palabras chachis, que en España sólo se utilizan para aludir al problema vasco o catalán. Jamás para aludir al nacionalismo español, uno de los más bestias en la plaza. Y el que más políticas modula. Empezando por la idea misma de CT. Las discusiones no acaecidas ante el Estatut por parte del progresismo CT son una ocasión perdida de dibujar un no-nacionalismo efectivo, algo que por aquí abajo se necesita como el agua. Las discusiones no han existido, por que el no-nacionalismo -el que no existe-, no es CT. Lo CT es puro nacionalismo. EL no-nacionalismo -en el Estatut hay elementos que meditan sobre el concepto- es anti-CT.

-Y OTRA. Hasta diciembre, y en lo que es una rancia tradición parlamentaria española, el Estatut se están negociando en secreto y lejos de cualquier parlamento. Es posible pensar que ese proceso secreto y discreto es, también, un proceso de domesticación de esa cosa pública, hecha con luz y taquígrafos denominada Estatut. En febrero se iniciarán las discusiones parlamentarias. De un objeto asumido, tal vez más CT que no-CT, como lo es ahora. Quizás en ese momento será cuando el intelectual progresista CT opine sobre el Estatut, pieza de cohesión, apolítica, no problemática. Y se parta la cara por él. Ni idea. Hasta mañana.

viernes, noviembre 25, 2005

TAMBORES DE PAPEL

Hola, disculpas a todo el mundo y, especialmente, a mamá, que ayer me invitó a comer y no fui. La explicación es la explotación de uno mismo por uno mismo –o de uno mismo por los bisontes, que no lo sé-. El caso es que ha sido una bonita semana para irse a la mierda, que he trabajado más horas que un rolex y que ahora mismo me estoy quedando ceporroZzzzzz. Bueno al tajo. Tajo = Constantino.
a-Dices que te vas despidiendo. Supongo que la traducción de ese galleguismo es que coges y te vas. Te agradezco, en todo caso, tu presencia. A continuación dejas unos puntos abiertos que, seguidamente cerraré o abriré más para ir tirando hacia adelante. Alehop:
1-“CT= entretenimiento”. Yo supongo que CT= ideología. Una sola ideología, por otra parte. Tu ecuación da pie a pensar que Anti-CT = aburrimiento, coñazo, plomo. Y elimina el libre albedrío en el consumidor de cultura. Que tiene derecho a elegir sus lecturas y sus recepciones. Incluso tiene derecho a ser tonto del bote. Siempre que tenga derecho a lo contrario. La Ct no da ese derecho. La literatura, por otra parte, debe explicar LA verdad. Horacio decía que LA verdad aburrida no era literatura. AL carecer, digo yo, de lectores. Amplía el adjetivo aburrido y, supongo, estaremos de acuerdo.
2-Izquierda. OK. El objetivo de la izquierda es la socialización de los medios de etc. Como el objetivo del Barça es la Copa de Europa. O como el objetivo de Miss Venezuela es Miss Universo. Pero tu definición de mínimos le impide al Barça jugar la Liga, a una miss venezolana ser Miss América, y a la izquierda participar de la realidad cotidiana. Que es lo que, en su extremo izquierdo, ha hecho desde los 70’s. Tu programa de izquierda queda bien, pero se parece al programa de una Miss Venezolana cuando adquiere el título –“pienso ayudar con mi reinado a que los niños del mundo no lloren”-. Los mensajes izquierdistas de miss que rechazan la basura de lo cotidiano, en la CT han culminado con una izquierda sentimental, en la que la izquierda sólo es una propuesta chachi de miss. Loable, pero irreal. Por otra parte, ha impedido a la izquierda española criticar, o incluso percibir, la mierda en los países cuyos medios de producción etc. La izquierda española a la que aludimos –a la izquierda del PSOE, vamos- ha pasado en 30 años de ser un tigre de papel, a tener el papel de bueno entrañable en las novelas CT. Ojo.
3-Sujeto Revolucionario. Recuerda que, como en gramática, el sujeto en ocasiones es lo contrario a (lo) predicado. Por otra parte, insisto. Tengo dificultades para ver el sujeto histórico actual. En el mundo, verbigracia, hay personas –incluso continentes enteros- que ni siquiera pueden vender su trabajo. El Presidente de tu grupo editorial, por otra parte y en otro ejemplo, es un asalariado. Quedan muy pocos no-asalariados en el (primer) mundo. En mi trabajo, por ejemplo y en lo que es una autobiografía condensada, sólo me dan por el culo los asalariados.
4-“Ideología de la CT = ideología de la democracia”. Yo, aquí, agregaría el palabro “española”. La CT, si bien bebe de una dinámica intenacional, es una respuesta genuinamente española -como el gasójeno- a una problemática española. Una problemática, por otra parte política. La CT es la apuesta, frente a otros modelos de democracia, por un sólo tipo de democracia que, además, va y se le llama Democracia con mayúsculas. Otras democracias tienen otros contactos con la realidad. Y sus izquierdas, incluso, otros discursos más atractivos y unas culturas más subversivas. La ideología de la CT es el apoliticismo, el inmovilismo y la cohesión social –dos objetos cargados de ideología, de política-. Otras democracias poseen culturas con herramientas que les permiten mirarse el ombligo y, además, otras partes del cuerpo. Incluso otros cuerpos.
5-Violencia. Utilizas una frase críptica / gallega, que no sé lo que significa. Por lo que es posible pensar que no significa nada. Te agradezco, en todo caso, haber hablado en este blog de la violencia sin utilizar el ceremonial CT para aludir a ese palabro.
7y8-“Anti-CT = Revolución”. Y eso = maximalismo. Los maximalismos –“te quiero más que a mi vida”, “o tú o nada”, “no negociaré el Estatut”-, no significan nada salvo para los que entienden lo que significa en realidad. En realidad, por cierto, acostumbran a significar lo contrario. Supongo que la opción más abierta de propuesta sigue siendo Anti-CT= Problemática.
9-Blogs = autoconsultorio + tam-tam. Ni idea. Si el autoconsultorio es bueno –EL hombre sin atributos es un buen autocnonsultorio, por ejemplo- y el tam-tam está templado, estás definiendo un objeto cultural cachas. No te voy a defender los blogs. Intento defenderme el mío a mi mismo varias veces al día.
10-“Literatura CT = simulacro.” OK. Es más, todo lo CT –política, información, arte- es simulacro. Tanto que ya da como risa.

Ejemplos:
a-No importa que el gato sea blanco o negro, lo importante es que los ratones no se lo zampen.
b-“Tu posicionamiento es individualista e inútil para acabar con el odioso servicio militar” -un señor muy de izquierdas me dijo eso cuando me declaré insumiso y me expuse a una condena de dos años a cuatro años-
c-“Habéis acabado con el servicio militar y ahora un chico pobre no tiene oportunidad de socializarse”-el mismo pollo, varios años después-.

Si bien la izquierda real me asusta mucho, me asusta mucho también la izquierda irreal. En ocasiones dicen lo mismo. Nada. La izquierda, como lo Anti-CT, deben de ser razonablemente o/y ferozmente problemáticas. Una miss, para ser problemática no debe hablar de niños llorando. Debe hablar de la noche que pasó con el presidente del jurado. O que la mujer más bella del mundo -la conozco; la veo cada mañana en una cafetería- tiene paralísis cerebral y cada paso que da te duele hasta a tí.

Bueno. Lo dicho. Te agradezco sinceramente, Constantino, tu presencia y tus aportaciones. Y te agradezco que no te hayas limitado a calidicar la CT con los palabros "alienación", "estructra" y "superestructura", con los que se puede dar carpetazo al asunto si uno cree behementemente en el significado de esos palabros. Echevarría, si estás entre nosotros, manifiéstate.

lunes, noviembre 21, 2005

TAMBORES LEJANOS

Me voy despidiendo aunque permaneceré en el gallinero. Intento resumir algunos puntos abiertos:
1- CT = entretenimiento. Entretener: Distraer a alguien impidiéndole hacer algo.
2- Izquierda: programa mínimo: acabar con la propiedad privada de los medios de producción, pero para ir abriendo boca no estaría mal exigir a los socialdemócratas que gobiernan que las declaraciones a Hacienda vuelvan a ser públicas.
3- Sujeto revolucionario: todo aquel que vende su fuerza de trabajo en el mercado (por tanto incluye autónomos e intelectuales). Parece que muchos siguen teniendo una visión costumbrista del sujeto revolucionario: si no le ven las alpargatas y la boina creen que ya no existe.
4- Ideología de la CT (aunque verdaderamente la CT es la ideología de la democracia): repartir la tarta entre los invitados (Se ruega confirmación. Imprescindible Invitación)
5- Violencia: si no vendes no existes.
6- La Libertad fase superior del Capitalismo: la explotación de uno por uno mismo.
7- Posibilidad de una no-CT: mientras no se organice y construya un espacio de revolución cualitativamente significativo, ninguna.
8- Posibilidad cultura anti-CT: construir revolución.
9- Blogs: les veo dos posibilidades.
Una: autoconsultorios sentimentales.
Dos: Tan-tan.
Pero la que más veo es la primera. Los tambores apenas se oyen.
10- Literatura CT: si en el acto literario la responsabilidad no tiene lugar y el único pacto entre escritor y lector es el precio, no hay literatura sino industria del ocio y entretenimiento en plan simulacro literario.


Y ahora tres Eixemplos:

a) ¡Comunista el último! Santiago Carrillo 1976.
b) No importa que el gato sea blanco o negro: lo importante es que cace ratones. Ratones del mundo, ¡engordad! Felipe Gónzalez 1983.
c) He visto a los mejores cerebros de mi generación arrastrándose de noche por las calles en busca de una colaboración en la sección de deportes de El País (Edición Nacional o Autonómicas) Allen Ginsberg 2005.


Salud


Fdo: Constantino Bértolo

domingo, noviembre 20, 2005

UNA CULTURA DE ESTADO

Hacía días que el profesor Echevarría no se caía por clase. Como siempre que regresa de una ausencia prolongada, pone cara de circunstancias. Hoy al menos se ahorra el chistecito con que, en estas ocasiones, suele dar comienzo a sus clases, aquello de "Como decíamos ayer"... En lugar de eso, empieza a pasar lista:
-Anonymous...
-¡Presente!
-Anonymous...
-¡Presente!
-Anonymous...
-No ha venido.
-Anonymous...
-¡Presente!
Cuando llega a Bértolo se interrumpe y dice:
-Así que tenemos en clase a un pequeño Lenin...
-No, señor. En todo caso, a un pequeño Stalin.
La clase estalla en risas y cuchufletas.
-Y encima, contestón y graciosillo. Muy bien, Bértolo, así me gusta, ya tendremos ocasión de hablar usted y yo.
Y el profesor Echevarría sigue pasando lista.
Cuando llega a Martínez, se interrumpe de nuevo y dice esta vez:
-¿Recuerda usted, Martínez, lo que nos dijo un día sobre la CT como cultura de Estado?
-Sí, señor. Decía que la CT...
-Bien, bien, Martínez, no siga, muchas gracias. Sólo quería retomar ese concepto para decir hoy alguna cosa que le concierne a usted muy especialmente...
Y ahora el profesor Echevarría, dejando la lista a un lado, se quita las gafas con gesto solemne, como suele, aspira profundamente -signo inequívoco de que se dispone a soltar una perorata- y empieza:
-Permítanme que retroceda hoy unos pasos para situar el interesante debate de días pasados en una perspectiva clarificadora. Veamos. Nos decía Martínez días atrás (y lo soltaba como si cualquier cosa) que la CT es una cultura de Estado. Considero imprescindible, llegados aquí, ahondar en este punto, determinante de una de las cuestiones que asedian (y cuestionan) constantemente la reflexión emprendida. Me refiero a eso de hasta qué punto la CT, como ha conseguido Martínez que la llamemos todos, es un fenómenos específico de la actual cultura española o el simple afincamiento, en el marco de la cultura española, de la más global cultura de masas. Mucho me temo que en los argumentos que unos y otros sacan a colación se desliza a menudo la ambigüedad a la que nos arroja el insuficiente deslinadamiento de estos dos conceptos, por otro lado indudablemente conectados. Es para contribuir a este deslindamiento que propongo reparar en eso de la cultura de Estado, ya que es en este punto en el que la CT revela su más genuina especificidad. Para mí tengo que, pese a las muchas veces que se lleva dicho, no se ha tomado suficiente nota de un hecho que me parece esencial: la CT surge al amparo de un proyecto de Estado que se traza como objetivo primordial la superación de los conflictos latentes desde la Guerra Civil con vistas al asentamiento y la consolidación, en suelo español, de un régimen democrático (y deigo régimen con toda la intención). Este proyecto tiene el concurso de la gran mayoría de las fuerzas políticas operantes en España a la muerte de Franco y, lo que es determinante para el tema que nos ocupa, tiene también el concurso de la mayor parte de la clase intelectual, que por primera vez en más de siglo y medio deja a un lado su actitud por lo general crítica y rezongona para enrolarse con entusiasmo a la tarea, dice, de modernizar el país y reverdecer su erial cultural. Así ocurre, sobre todo, a partir de la victoria en las elecciones del PSOE, en 1982, momento en el que esta nueva alianza entra los intelectuales y el poder político dibuja la mayor parte de los rasgos de lo que aquí entendemos por CT, conforme a una dinámica que, como ya he tenido ocasión de recordar múltiples veces, fue denunciada precozmente por Rafael Sánchez Ferlosio en un artículo de 1984 titulado, vaya por dónde, "La cultura, ese invento del Gobierno". Desde entonces hasta aquí, muy poco es lo que ha ocurrido de nuevo en este campo, a pesar de los años del PP y de los escarceos nacionalistas. La razón es que, de entonces hasta aquí, el invento del Gobierno ha funcionado perfectamente, para la izquierda tanto como para la derecha. Y ello a pesar de que la CT es, propiamente, un invento del gobierno socialista. En este punto, a la derecha no le importa de quién sea la patente. La CT es un invento demasiado útil para que esta cuestión sea relevante. Por otro lado, fue la izquierda la que, en esto como en todo, hizo las concesiones. Ni siquiera tuvo que hacerlas: sencillamente, se vació de su contenido para llenarse otro nuevo. Con lo que llego, un poco abruptamente, a la cuestión que más me importa tratar. Me refiero a la usurpación de los contenidos propios de la izquierda, contenidos de sesgo ideológico, por lo que en sí mismo no debía ser un contenido, sino un simple recipiente. Hablo ahora de la democracia. Lo característico de la Transición española es que en ella la democracia asumió las funciones de una ideología. Y que esa nueva ideología no desplazó el discurso de la derecha, sino el de la izquierda. El único contenido de la izquierda española, hoy como hace veinte años, es la democracia, con toda su estela léxica: diálogo, consenso, diversidad, talante, simpatía... O dicho de otro modo: la democracia -y con ello se describe la Transición- se ha convertido en la ideología de la izquierda española. La traducción de este fenómeno aberrante al campo de la cultura constituye y explica la CT. De lo que se desprende que la CT es un efecto colateral de lo que nuestro admirado ideólogo, Juan Luis Cebrián, bautizó en su día, con mucho tino, como 'fundamentalismo democrático'. La no beligerancia, la no problematicidad de la CT, querido Martínez, es reflejo y secuela de su servidumbre democrática. Por donde la importancia de revisar el concepto mismo de democracia en el campo cultural. La importancia -y la gravedad- de criticar la fraseología democrática como primera condición para terminar -si tal cosa cupiera- con la CT, que se nutre de ella. Sólo a partir de aquí podremos adquirir el instrumento esencial para toda crítica: el lenguaje adecuado para ejercerla. Un lenguaje en el que, por ejemplo, habrá que llenar de nuevo contenido, de nueva problematicidad, uno de los términos más demonizados por nustra cultura de Estado -y esto va por usted, Bértolo-: la violencia. Pero ya está bien por hoy. Vayan ustedes pensando en lo que les he dicho y, por favor, los de las últimas filas, dejen de una vez de armar jaleo. Los hay que parecen tontos del culo: les pones una mascarita de Anonymous y se piensan que son el Zorro.

Posted by Ignacio Echevarría.
@ EL BLOG DE GUILLEM MARTÍNEZ. Derechos internacionales reservados.

sábado, noviembre 19, 2005

VERY LITTLE BIG HORN

Hola a todos. Y al tajo:
-Sobre la marmita: en efecto, el porrazo fue notorio. Consistió en ver como una herramienta que debía leer la realidad no leía la realidad –o sí, la leía; y poco más-y se quedaba en la cuneta mientras la realidad nos daba para el pelo. Cuando era peque los mayores eran así. Eran mayores pre-Blade-Runner, ese pollo que improvisa un dibujo de la realidad a tiempo real. Y con cierto arte. Arte: el blade runner de la peli, al final, no mata a la chica. Que es de lo que se trata.Y que es lo que tu haces, Bértolo, cuando, a tu despacho CT gestionado por un blade-runner, acuden las chicas del colectivo Todoazen, por ejemplo.
-Sobre el hecho de que lo anti-CT es izquierda. Sí. Es -¿es? ¿existe?- izquierda. Es decir, cultura de la izquierda. Lo cual es algo amplio, de una amplitud que ignoraban los mayores de la marmita. Va desde los usuarios de la marmita hasta los usuarios de Blade Runner. Por decir algo. No obstante, supongo que el palabro mágico de lo anti-CT no es Revolución. Es el palabro Problemática. Lo anti-CT, y eso ya sería la pera, consiste en devolver a la cultura su capacidad problemática, su dibujo de otras realidades y su capacidad de cuestionar la realidad. Vamos, se trata de recuperar el mal rollo. En ese trance, algunos de los chicos anti-CT podemos optar por practicar algo parecido a la hegemonía de Antoñito Gramsci. No creo que esa sea, empero, la única vía hacia lo anti-CT.
-Sobre el hecho de que la CT es entretenimiento. Ignoro lo que es o no entretenimiento. Para unos es pescar salmones, esa cosa que para otros es un oficio cabrón. ¿Lo anti-CT puede entretener? ¿Puede ser ocio? Ni idea. Lo anti-CT es una emisión, no necesariamente la totalidad de sus recepciones. Lo anti-CT consiste, también y posiblemente, en darle un tute a las recepciones y hacerlas libres. La CT, por lo contrario, es una única recepción posible. Me inclino por pensar que lo CT queda mejor formulado si en vez de denominarlo Cultura del Entretenimiento, lo denominamos Cultura de lo no-problemático. Lo CT, emitido como ocio o como arte-y-ensayo-que-tira-de-espaldas es una misma opción cultural: lo no problemático, la cultura como valor, lo bonito.
-Sobre el hecho de que la CT se destroza sola. La CT hace años que está destrozada. Durante los fastos del 11-M lo confirmó por todo lo alto. No emitió durante tres días, no explicó la realidad, con un par, al sobrepasar la realidad tres pueblos los límites –no problemáticos- de la CT. La actual cultura española es una herramienta que sólo sirve para crear ocio y para crear apoliticismo. El apoliticismo es una gran ideología. “Hay apolíticos de derechas y apolíticos de izquierdas”, decía Gramsci, aquel señor que aporreó la marmita. La CT sólo satisface a los apolíticos de derechas y de extrema derecha. Crea un canon de lo políticamente normal y lo políticamente aberrante. Quién me haya seguido hasta aquí es, por ejemplo, un pollo políticamente aberrante y anormal para la CT. A mi me cae muy bien el Estatut, Constantino, porque es aberrante para la CT.
-Sobre las señales de humo. En mi trabajo, desde hará un par de años, sólo escucho quejidos, que no análisis, ante la falta de juego de nuestra cultura. Os explico la cosa: los políticos de izquierda –no me atrevería a calificarlos como anti-CT- empiezan a ser críticos, en petit comitè y tras la segunda copa, con la forma de dibujar la realidad por parte de los medios, forma en la que, a menudo, no aparece la realidad. Escritores jóvenes –no me atrevería a calificarlos a todos como anti-CT-, empiezan a quejarse cada vez de forma más abierta –aunque con precauciones y con terror a ser los primeros- sobre los límites de la cultura española, contra los que chocan de narices en pocos movimientos. La CT está destrozada. Lo cual no significa nada. Nuestro país puede vivir años y años –los ha vivido ya- sin una cultura operativa, con una cultura que sólo es un valor. Lo llamativo son los dibujos de los últimos años –o meses-, en los que incluso sectores culturales CT evidencian el poco margen de maniobra de la cultura española. Una cultura oficial, como la CT, puede sobrevivir en completa degeneración. Pero no puede vivir sin prestigio y con pitorreo. Los quejíos a los que aludo son una evidencia de falta de respeto hacia la CT. Os tiro aquí un ejemplo. Se trata de una descripción de la CT con mucho juego de piernas, bella y certera, emitido por la cultura de masas, posiblemente por la cultura como entretenimiento. En verdad os digo, oh Ignacio, oh Constantino, que es una de las mejores descripciones de la CT a la que he tenido acceso. Ahí va:


Hay un hombre en España que lo hace todo
hay un hombre que lo hace todo en España
Es el que escribe las canciones de la radio
El que te sirve las copas, el que te vende el diario
Hay un hombre en España que lo hace todo
hay un hombre que lo hace todo en España
Es el que te coge los bajos del pantalón
Era el cura que te dio la primera comunión
Hay un hombre en España que lo hace todo
hay un hombre que lo hace todo en España
Es el que escribe todos esos libros
Es el critico literario más leido
Hay un hombre en España que lo hace todo
hay un hombre que lo hace todo en España
Es el genio visionario que se inventó el Colacao
Es el dueño de Forlasa y es Secretario de Estado
Hay un hombre en España que lo hace todo
hay un hombre que lo hace todo en España
Es el que que pone anchoas dentro de las aceitunas
Es amante de la infanfa y lo es de más de una
Hay un hombre en España que lo hace todo
hay un hombre que lo hace todo en España
Traduce los artículos de “Le Monde Diplomatique”
Es el que hace los masajes en “Masajes a Mil”
Hay un hombre en España que lo hace todo
hay un hombre que lo hace todo en España
Se inventa los debates que hacen en Antena 3,
Es cajero del Ikea, y es teniente coronel.
Hay un hombre en España que lo hace todo
hay un hombre que lo hace todo en España
Es el que redacta y responde las encuestas
Es el gilipollas que reparte las becas
Hay un hombre en España que lo hace todo
hay un hombre que lo hace todo en España
Es el que programa el Teatro Real
Es la maxima autoridad en derecho penal
Hay un hombre en España que lo hace todo
hay un hombre que lo hace todo en España
Es el que ha pintado en todas las esquinas
“otro mundo es posible” y “menos policía”
Hay un hombre en España que lo hace todo
hay un hombre que lo hace todo en España
Es el hombre que da todas las propinas
Es un verdadero artista, os voy a dar una pista...
...os voy a dar una pista
Hay un hombre en España que lo hace todo
hay un hombre… en España
-Astrud-

Humm. La CT es un solo hombre. Cuando no hay tensión problemática, una cultura es un solo hombre. Muy bueno.

jueves, noviembre 17, 2005

SEÑALES DE HUMO

Creo que el maestro Echevarría ha marcado una buena senda para tratar de discutir y no sólo de intercambiar opiniones. En realidad casi la ha cerrado con su clarividente caracterización de la CT pero podemos intentar seguir avanzando ( o retrocediendo, que lo importante es saber a donde se quiere llegar). Pero antes me gustaría aclarar algunas cuestiones que Guillem y Anonimus planteaban.
1º - Lucha armada: recientemente el cubano Armando Hart – participe en la Revolución Cubana que llegó al poder a través de la lucha armada - señalaba con enorme agudeza que la violencia era para un marxista”la partera y no la madre” de la Historia. Es decir la lucha armada tiene su momento y su circunstancia pero nunca puede sustituir, ni crear ni arrogarse el papel que en una revolución cumplen las condiciones objetivas y la revolución organizada. Más claro: puede ser el forceps necesario pero no es el elemento generador. Dicho esto, Guillem, una colleja: yo no he escrito que la lucha armada creara cultura. Lo que si digo es que en las culturas en las que la lucha armada tuvo cierto grado significativo de existencia (no es el caso del GRAPO) se planteó una cultura no-entretenimiento, no CT y ello, creo, en razón a que su propia presencia generaba un sentido de la responsabilidad que impregnaba a la acción cultural. Cuando esas circunstancia variaron el entretenimiento y el sentimiento entraron a saco, para dar nombres: Manuel Rivas o Suso de Toro y la estética “gallegueira” que acompaña a su éxito han desalojado la posibilidad de una cultura gallega anti-CT que encarnaba alguien como Méndez Ferrín o Manuel María y algo semejante ocurrió en Cataluña aunque a mi me cueste poner nombres en ese mapa pero aclaro que la defensa al derecho de autodeterminación al que me sumo en nada es lo mismo que la presentación de un Estatuto elaborado por la burguesía y sinceramente esa discusión intraburguesa e intranacionalista por la gestión de las plusvalías me aburre un poco aunque como “ciudadano” inserto en el sistema me interese y no deje de parecerme bien que haya dado ocasión para ver como se pelean (espero que en medio de la pelea el ciudadano Bértolo no reciba demasiadas bofetadas porque se pelean entre ellos pero las tortas siempre las recibimos los mismos). En el País Vasco la inclinación del Movimiento Revolucionario hacia el nacionalismo (aunque algunas de las fuerzas abertzales al menos en la teoría no hayan renunciado a la transformación revolucionaria) ha distorsionado (véase la ausencia de lucha de clases en la última literatura de Atxaga o léase el postmodernismo cursi de Unai Elorriaga) aquella cultura anti-CT donde Forest y Alfonso Sastre encontraron acogida. Pero aún así su persistencia ha funcionado como síntoma de una resistencia a la banalización (las novelas de Aingeru Epaltza o Pablo Sastre siguen siendo novelas que nacen de la necesidad de narrar “responsablemente” lo personal y lo colectivo) en un grado inexistente en el resto del Estado.

2º- Propiedad privada de los medios de producción: Su desaparición es la piedra de toque para decir quien está o quien no está por hacer revolución, y otra colleja Guillem: cuando te caíste en la marmita marxista debiste de darte un golpe contra el fondo vacío porque sino no se entiende que al igual que el anonymus que por tener ordenador se cree que ya es el dueño de Google tu también confundas un bien de consumo – el libro electrónico- con un bien de producción. No digo marmita que ahogue pero una cucharadita de marxismo reconstituyente dos veces al día a nadie le vendría mal (aunque sea a granel).

Pero vayamos a Ignacio:
De acuerdo en casi todo: la anti-CT o es de izquierda o no es y ya he dicho donde está en mi opinión “la delgada línea roja”. En la cultura anti-CT tanto puede entrar el destrozar lo CT como construir (organizar) revolución. Dos matizaciones: la CT se está destrozando sola: cuando Ruiz Zafón es sentado en la misma jerarquía que Vila-Matas, Marías o Muñoz Molina (el rey de la “profundidad horizontal”) la cosa va bien: ellos sólitos se denuncian aunque la aristocracia cultural se lleve las manos a la cabeza quejándose de un premio Planeta que ellos mismos contribuyeron a legitimar (Benet, Marsé, Montalbán, Semprúm, Muñoz Molina). Se está destrozando sola pero efectivamente un empujoncito sigue siendo anti-CT. Pero de lo que se trataría es de ir algo más allá de ese empujoncito, se trataría de intentar ir hacia delante y eso ya es más complicado, exige como dije, organizarse pero ahí me quedo: yo sólo no llego a más y entiendo que ni este blog, ni un libro ni una conferencia anti-CT dejen de ser apenas nada si no hay un lugar organizado a donde vayan a parar y desde donde cobren fuerza y sentido.
Gracias Ignacio por los encomios al libro del Colectivo Todoazen pero (y contesto a Guillem en parte) mi trabajo como editor es un trabajo dentro de la CT y no podría ser de otra forma. El capital siempre es CT aunque no sea tonto. La tarea que estratégicamente el grupo para el que trabajo ha marcado para Caballo de Troya es la de explorar el campo literario emergente y esos son mis límites: esa frontera entre el salir y el entrar que no deja de ser un lugar de privilegio. Si el libro llegase a funcionar señalaría una tendencia y pronto, en las circunstancias actuales en las que no existe un espacio de revolución capaz de otorgar significados propios, sería ocupada y explotada por el Séptimo de Caballería. Mucho me temo que sin ese espacio sólo somos pieles rojas haciendo señales de humo. Personalmente hace tiempo que dejé de justificarme con aquello tan cristiano del “granito de arena”. Como final un momento de optimismo en plan realismo social (para seguir alimentando la autogratificación de los irónicos): en la pelis del Oeste las señales de humo eran claro presagio de que la batalla iba a empezar pronto.

Firmado: Constantino Bértolo

miércoles, noviembre 16, 2005

EL AÑO QUE TAMPOCO HICIMOS LA REVOLUCION

Hola, Martínez. Hola, Bértolo, tú por aquí. ¿Y Pep, por cierto? ¿Dónde coño se mete Pep? En fin, esto va camino de parecerse al camarote de los Marx. Bienvenidos sean todos. Les habla Echevarría.

Se pregunta Martínez que cómo se hace un ménage à trois. Verás, bonito, tú ponte así. Así, eso es... Mmmhh... Y ahora di lo que quieras.

Bértolo, ¿y qué hago yo ahora con la presentación tan cojonuda que venía preparando? Y encima vas y, de buenas a primeras, te me declaras materialista dialéctico, espantándonos a los pocos Anonimous Sayd que se asoman por estos pagos. Hay que joderse, contigo.

Está bien, hablaré entonces del libro que Bértolo está por sacar uno de estos días en Caballo de Troya, la editorial que él mismo dirige. El libro se titula así: 'El año que tampoco hicimos la revolución', y se presenta firmado por el Colectivo Todoazén. Se postula como novela, y lo es en buena medida, por las razones que se dan en el prólogo. Pero más exactamente el libro consiste en un collage de noticias recortadas de la prensa diaria, entre mayo de 2004 y mayo de 2005, ordenadas por meses y tendentes a ilustrar, con impasible objetividad, las ruedas de molino con que cada mañana nos desayunamos. Se trata sobre todo de noticias económicas, relativas a los beneficios obtenidos por las mismas empresas que, simultáneamente, se ven obligadas a despedir a su personal, congelar salarios y reducir costes a cualquier precio. Todo ello condimentado con la salsa de la corrupción más flagrante y la violencia que, aquí y allá, no deja de estallar sobre la cabeza de los más desprevenidos, generalmente las esposas de los interfectos, en lo que bien puede ser entendido como efectos colaterales de la mansedumbre y de la resignación generalizadas.

Repito que se trata de un collage, lo cual significa que los recortes de prensa no han sido intervenidos ni manipulados, únicamente ‘montados’; tendenciosamente, eso sí, pero también escrupulosamente, sin distorsión ni engaño. El resultado es una lectura que empieza siendo divertida y termina siendo apabullante. Un auténtico memorial de agravios cometidos con absoluta impunidad delante de nuestras propias narices, a costa de nuestra dignidad y de nuestro sentido de la decencia, y frente a los cuales nadie parece dispuesto a reaccionar, como no sea enzarzándose en la enésima discusión en torno al Estatut o en torno al último partido de la liga.

‘El año que tampoco hicimos la revolución’ me parece a mí un perfecto modelo de activismo anti-CT. Aprovechando la plataforma que le brinda su puesto dentro de un gran grupo editorial (Random House-Mondadori), héte aquí que Bértolo cuela un paquete bomba, un libro arrojadizo, destinado a movilizar la conciencia de quienes lo lean. Nombres propios, cifras concretas. Y una elevada dosis de mala leche. Humor, tal vez, pero gris oscuro. Y simpatía cero. Beligerancia en estado puro, sin idealismo pero sin concesiones. Y beligerancia sobre el propio terreno. Caballo de Troya he dicho que se llama la editorial que Bértolo. Para entrar o salir —dice el propio lema de la casa— de la ciudad sitiada. Con lo cual me adelanto a responder una de las preguntas que Martínez hacía a Bértolo, la de si es posible, desde su puesto de trabajo en una gran multinacional, emitir anti-CT. Sí, es posible.

Y ahora voy al grano que me pica. Sugiere Martínez que la CT es una opción ideológica. Propongo que nos esforcemos en calificar esa opción ideológica. Sugiero que lo hagamos tachándola abiertamente de conservadora. Me da igual que sus principales artífices, protagonistas y usufructuarios se proclamen de izquierdas. La CT es el jardín plantado por la izquierda española en el terreno donde debía estar su campo de batalla. Es la fraseología de su impostura. En cuanto a la anti-CT, será, a su vez, una opción ideológica, practicable únicamente desde la izquierda, y cuyo primer objetivo ha de consistir en hacer destrozos en el jardín de la CT a efectos de recuperar el campo de batalla en el que ella ha prosperado. La anti-CT, pues, será de izquierdas o no será. Aquí no valen bromas. De hecho, el concepto de izquierda, entendida ésta en su sentido cabal, es el fiel que determina el paso de la no-CT a la anti-CT. Es el que determina neta y positivamente la noción de beligerancia, más allá del esnobismo o del simple espíritu de contradicción. ¿A vosotros qué os parece?

Quiero entender que es en esta dirección en la que apunta Bértolo cuando, después de preguntarse si se puede enfrentar hoy una cultura al entretenimiento se responde categórico: “Sí, haciendo revolución”. Conforme. Y yo lo sigo cuando añade: “Y hacer revolución hoy es organizarse, romper con la CT, porque eso es lo que caracteriza a la CT: el miedo que nos da dejar de ser el ombliguito que somos”. Otra cosa es que yo tenga criterios mucho más amplios que los de Bértolo a la hora de determinar cómo se rompe con la CT. Hablar como lo hacemos en este blog es una forma —humilde, casera— de hacerlo. Lo es también publicar un libro como ‘El año que tampoco hicimos la revolución’. O colar, en una rutinaria convocatoria CT, una conferencia como la de Gopegui en Barcelona o la de Martínez, el otro día, en el acto de Lateral. En eso estamos.

Deberes del día: politizar el concepto de CT. Politizar el concepto de anti-CT. Responder a la pregunta de si lo que llamamos CT no entraña el secuestro de lo político en la vida cultural, que se convierte de este modo en encubridora de las relaciones de fuerza que ordenan nuestra sociedad.

Enseguida respondo


posted by Ignacio Echevarría.
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lunes, noviembre 14, 2005

BERTOLING

Bértolo: Mis velicomes. Y mis puntualizaciones, que te chorreo a toda leche en beneficio de un hipotético lector. Antes, una meditación: ignoro qué genero es todo esto –esto=3 pollos dibujando un objeto, en este caso la CT-. Algo me dice que es una suerte de Diálogo de las Cosas Acaecidas en Roma. Pero sin autor/cierre centralizado. Te ruego que te/nos ayudes a crear la cosa. Ignacio, danos un tute estructural.Bueno. Al tajo.

a-En efecto, un Blog es un territorio inestable.

b-La cultura de la beligerancia es o puede ser una Cultura del Sentir antes que del Hacer, tal y como -guau- señalas. Ejemplos: a) los cantautores –es decir, los intelectuales CT de la izquierda, siempre dispuestos a hacernos sentir cosas bellas ante el chapapote o la guerra-, b) la Cultura Brunete. Que no es una intelectualización de la derecha. Es una sentimentalización de la derecha. De lo que se deduce que la CT puede asumir dos beligerancias –la a) y la b)-. La izquierda y la derecha CT, que se definen ante la agenda CT de lo cotidiano. Otras beligerancias –por ejemplo, la tuya en tu articulote-, no son entendidas como tales, al salirse de la CT y, como su nombre indica, no entenderse.

c-Difiero de tu diagnóstico de la cosa Communewealth euskocatalanogallega. Las armas no han creado cosa anti-CT en esos lares. Metáfora: en Euskadi no hay, entendámonos, una CUltura diferenciada. SI me fuerzas, es donde la CT, incluso, ha hecho las piruetas más arriesgada. La violencia no ha creado culturas. Como los GRAPO no crearon nada intelectualmente en España DF. Salvo Pío Moa / CT. Y EL tazón de hierro, una fantástica ¿novela? ¿biografía? nacida a modo de seta de la cabeza de todo lo contrario, formalmente, a un intelectual. Lo cual puede ilustrar lo que ha resbalado a los intelectuales ese tema/metáfora de lo anti-Transi. Por lo que veo y sé, los intelectuales nativos que en su día han participado de esos accesos locales al pim-pam-pum, en sus obras no se han alejado de lo CT en sus propuestas estéticas. Se han alejado los intelectuales más o menos madrileños que, hasta los 80’s, intelectualizaban a ETA. Pollos como Sastre, Forest. O Marisol. Con esas apuestas anti-Transi, desaparecieron de la CT. Y con ellos, todo debate posible sobre el tema. Lo que puede ilustrar el hecho de que la CT tiene un límite político. La CT es, posiblemente y básicamente, un límite político, como apuntas. La Transi. Lo anti-CT es, desde luego, anti-Transi.

d-Las ETAS varias no han participado nada en crear anti-CT. Es más, estoy por decirte que han desprestigiado, con su ausencia de pensamiento –formalmente, desde la desaparición de Pertur- el pensamiento radical. Un pensamiento anti-Transi que no cuaja. Salvo como Cultura del Sentir Beligerancia. ETA no es –no ha sido; ya no existe, contrariamente a lo que dice la CB- la Baader-Meinhof. Ni los Fassbinder locales –en el caso de que los haya habido-, han hecho nada interesante sobre ella. Es más, ETA, el gran fenómeno anti-Transi –lo que puede dibujar la escasa contestación ante la Transi-, carece de las obras que en su día suscitaron el IRA, el Ejército Rojo o las Brigate Rossi. Contrariamente a las dos últimas ONG citadas, ETA hace mil años que no ha ocasionado un debate en las izquierdas nativas. Ni ha servido desde hace mucho tiempo para crear un debate anti-Transi. Sólo sirve para crear adhesión o rechazo. Esas cosas tan CT.

e-Sobre tu análisis materialista: a) desconozco y me hago la picha un lío sobre cual es el sujeto histórico de la época que vivimos, lo que me hace ver los análisis marxistas desde dos pasos atrás. Y créeme que lo siento. Por mi. Y por el sujeto histórico, esté donde esté. Que igual era yo. Ni idea.B) De pequeño, en casa, me caí en la marmita del marxismo. Por lo que cuando escucho análisis marxistas, por lo general, siento lo que siente un exniño del ex-Opus cuando escucha hablar del Opus. Por otra parte, y es curioso, el marxismo se parece al catolicismo en que tampoco es un lenguaje universal. Como con el catolicismo, no hay dos marxistas iguales. Salvo en los países en los que es obligatorio. C) Sobre una cultura que socialice los vienes de producción, me arriesgo a comentarte que estamos muy cerca. El otro día, en la casa madre de tu editorial, lo vi. Era un libro digital. Cuesta un millón de pelas. Dentro de nada lo regalará ABC los domingos. Cuando exista, los chinos venderán a precio de regalo los chips de los libros CT –nadie querrá piratear otros-. Como ahora regalan las pelis o las rosas. La cultura sufrirá un cambio absoluto. Pero no su estructura. Snif. Que igual aumenta.

f-Ignoro –lo dicho-, cómo se hace una discusión a tres bandas. Propongo iniciarla en positivo y desde los llenapistas de tu articulete. Que supongo que son los siguientes: la CT es la cultura del entretenimiento. Y es una opción ideológica. Y, aquí, me lanzo. Lo anti-CT, por tanto e independientemente de que sea o no entretenimiento, es lo contrario a esa opción ideológica. Condenar una cultura a ser sólo una cosa requiere una violencia extrema. Lo que puede orientar a que la CT no sólo es entretenimiento. Es una violencia extrema y diaria para que sólo sea eso. ¿Percibes esa violencia diariamente? ¿En qué consiste? ¿En tu trabajo puedes emitir anti-CT? ¿Cómo se hace?

sábado, noviembre 12, 2005

BLOG-UP

Pues sí, estoy aquí. Me siento llamado a intervenir en este espacio ante vuestro generoso reclamo. He de decir que sin demasiada ganas porque no acabo de acordar con los blogs. Como si no supiera que tipo de parquet estoy pisando: de madera maciza o de conglomerado y flotante, es decir, tengo la sospecha de que el blog es un espacio privado “que va de” espacio público. Entiendo que el nuevo formato de comunicación que supone puede alterar, perturbar e incluso cuestionar el poder de los otros medios de comunicación de masas pero recelo porque hasta el momento me parece que en el blog se hace realidad una de las falacias de nuestro tiempo: que desde lo privado – sin romper ni manchar el poder- se puede tener acceso a lo público.

Primero dos delimitaciones de sentido para que esto no se convierta en un “dialogo de ciegos” que es bastante más confuso que el típico “diálogo de sordos”: CT, cultura y transición.
Cultura: Para no hacer de antropólogo propongo una hipótesis: supongamos que después de duros esfuerzos por librarme del existencialismo donde la cultura es un sentir he logrado ser un marxista, es decir, un materialista dialéctico y propongo: la cultura es un hacer. Y voy aclarando: la Cultura con Mayúscula, la C de la CT es un sentimiento que encamina el hacer hacia una meta terrible: la salvación personal. ¿Salvarse de qué? Me diréis: cada “Cultura” construye su peligro y así el humanismo construyó la Muerte, el Capitalismo la Carencia y el Capitalismo humanista se sostiene sobre la Muerte y sobre la Carencia. Y voy (y me voy) dando pistas para esta intervención: la beligerancia si se queda en sentimiento es Cultura con C. Luego podría verse si es también CT.

Transición: Acción y efecto de pasar de un modo de ser o estar a otro distinto. La Transición como un desplazamiento y por tanto habría que intentar ponerse de acuerdo sobre cual es el punto de partida y cual es el punto de llegada, si se admite que el desplazamiento ya ha finalizado. Por supuesto que los existencialistas dirán que el hombre es un ser en permanente transición hacia no se sabe donde (el hombre es una pasión inútil) pero no tengo ganas de discutir y biográficamente no estoy para perder mucho el tiempo hablando con ellos (los existencialistas están bien para tomar copas y reírse un poco pero ahora estamos a lo que estamos). Bien, desde el supuesto de que soy un materialista histórico y simplificando (que no significa distorsionando) propongo el siguiente recorrido para la Transición en España: Comienza en 1968 con el Mayo francés y la entrada de los tanques soviéticos en Praga y termina en 1973, con el golpe de Estado de Pinochet contra el gobierno de Salvador Allende. Y me explico: Hasta 1968 la cultura era hija directa de las vanguardias artísticas que en clave de revolución propusieron una lectura de la cultura como un hacer la revolución: acabar con la cultura aristocrática – la expresión de lo superior – que la burguesía había tomado como botín legitimador al pie de las guillotinas. En 1968 la cultura (los cultos: productores, distribuidores y consumidores de productos culturales) descubre que efectivamente que su quehacer sigue siendo hacer la Revolución pero ya no la Revolución Soviética (se queda sin espejo) y ya no sabe qué Revolución hacer. En 1973 con el golpe contra Allende la cultura descubre, con cierto desahogo, que no hay nada que hacer y si no hay nada que hacer adiós a la cultura y bienvenido sea el entretenimiento, es decir, el sentimiento. Esta es la Transición: del hacer (Revolución) al sentir (se). Y esa es también la Transición española y no nos engañemos: en la superficie histórica y dada la anomalía política de la España en Dictadura pudiera creerse por ejemplo que la Transición empieza con la muerte de Franco y termina con la victoria del referendum de la OTAN. Pero no, en 1975 ya todo y todos estábamos transitos, desde Juan Luís Cebrián haciendo músculo en los Servicios Informativos de RTVE hasta Santiago Carrillo anunciando encantado tener vela propia (el eurocomunismo) para ir a su propio entierro, pasando por Felipe González con la sonrisa del avaro feliz que acaba de contar los marcos que la socialdemocracia alemana le ha regalado para que se cobre su libra de carne sin derramar una sola gota de sangre. Todo y todos con la excepción de tres culturas donde la no aceptación del pacto del nada que hacer ha generado o degenerado en estrategias de lucha armada: la cultura en Euskadi (con ETA dando calor), la catalana (con Terra Lliure dando calorín hasta que se extingue) y la cultura gallega (apenas entrevista en la chispa del Exército Guerrilleiro). Sobre el tema de los nacionalismos mejor entrar en otra ocasión si ha lugar pero por ir finalizando este
blog-up sólo recordar que aquella cultura gallega ha desaparecido al igual que la catalana (aunque indudablemente donde hubo fuego por débil que fuere quedan rescoldos) y aclarando que su desaparición no significa que no exista una cultura en lengua gallega o una cultura en lengua catalana que ya casi totalmente transicionadas y según mi hipótesis ya enunciada, ya no son cultura (un hacer) sino entretenimiento (un sentir).
Dicho de otro modo: Cautivo y derrotado el ejército revolucionario (en mi hipótesis el muro de Berlín empieza su caída entre 1968 y el golpe de Pinochet con el tiro de gracia que recibiría el cuerpo estrangulado de la Revolución portuguesa como coda) la burguesía suelta el lastre de la Cultura que había venido necesitando como instancia legitimadora desde la revolución Francesa y comienza su auténtico Siglo de Oro viendo colmados su deseos de sentirse la clase universal una vez que logra globalizar su filosofía: soy lo que tengo, soy lo que compro: la tarjeta de crédito acabó con la Carencia. Salvarse es consumir y ser consumido y la muerte no existe y si acaso existiere sería un sitio donde no se puede comprar nada, (esa reiterada imagen burguesa de la imagen de tedio y cementerio de las tardes de Domingo cuando las tiendas están cerradas, ese desagrado ante las ciudades del socialismo donde los escaparates no brillan).
Lo que Guillem llama CT es entretenimiento, un estado de ánimo. Ya en clave Gironella ya en clave Jardiel Poncela, ya en clave Alfredo Landa ya en clave Balarrasa, ya en clave Boris Izaguirre ya en clave Boris Izaguirre. Y eso es lo que hay y la nostalgia por la pisoteada Cultura es simplemente una nostalgia aristocrática, la molesta sensación de que las masas, tarjeta de crédito en mano, están invadiendo y destrozando los parterres de Versalles. Y ser beligerante contra esto no es ser beligerante porque la fiebre es un síntoma y la infección es otra cosa
¿Pero sé puede enfrentar hoy una cultura-un hacer- al entretenimiento? Sí, haciendo revolución ¡Vaya!, puede decir alguien: ¡tanto rollo! y ahora Constantino ¿vuelves a proponer el paraíso comunista como salvación? Pues no, los paraísos para los ángeles: propongo hacer revolución – y el primer objetivo necesario aunque no suficiente es acabar con la propiedad privada de los medios de producción- como único camino para que sea posible una vida razonable donde nadie esté condenado a ser, en el mejor de los casos, un depredador sin reposo. Y hacer revolución hoy es organizarse, romper con la CT, porque eso es lo que caracteriza a la CT: el miedo que nos da dejar de ser el ombliguito que somos. Porque hacer nada hacemos ni en este blog que acaso sólo nos sirve para malgastar nuestro malestar, nuestra frustración, nuestra ira o nuestro rencor, es decir, lo mejor que nos queda si es verdad que nos queda.
No se si alegrarme Guillemé de que vayamos a coincidir en participar en un mismo programa de tele. En mi caso me lo tomé como parte del mantenimiento de mi sueldo y status (que Bourdieu llamaba Capital simbólico en su afán de transicionar las categorías marxistas hacia un lenguaje más fino como si pudiera distinguirse entre el sueldo y la “posición”). Por cierto, Marx tenía razón : el sueldo es el pilar de la CT. El estipendio. Mientras haya amos la Cultura sólo será CT: la cultura servil.

Firmado: Constantino Bértolo

viernes, noviembre 11, 2005

LA SENDA DE LOS ELEFANTES QUE EN EL MUNDO HAN SIDO

Me alegra, Echevarría, el destierro del concepto payaso. De eso se trataba. Yupi. Me alegro también de abandonar, ante tu propuesta, la posibilidad de inmiscuirnos en lo no-CT e ir, con un par, hacia la anti-CT. Y aquí voy y te explico mi experiencia anti-CT de la semana. Por el mismo precio, te contesto a una intervención tuya, de hace unos días, en la que aludías a mi presencia en unas Jornadas sobre Periodismo y Ficción, organizadas por la revista Lateral, que ambos dos contribuimos a fundar en el Jurásico. En aquel articulete me preguntabas que qué hacía yo allá. En mi presente articulete te lo digo. Trailer: hacía de payaso tonto. Con todas las letras. Lo cual es algo dramático para alguien que, como señalabas, no cotiza en el sindicato de payasos tontos.

-LA CONFERENCIA. Un paralítico, un ciego o un anabaptista puede ir a todas partes si así lo desea. Por eso mismo, un anti-CT puede ir a cualquier acto cultural –es decir, CT-. Pero a su cuenta y a su riesgo. Y sabiendo que se va a llenar de gloria. Es decir, que no va a realizar el acto esperado, y que la reacción del público será, por lo tanto, también inesperada. Bueno. En mi caso voy a esos parajes –un par de veces al año, por lo general-, a vender la moto. Es decir, a insertar una página extraña en un libro no extraño. Ahora que lo pienso, hago un poco lo mismo con mis libros. Velo personalmente para que lleguen a las bibliotecas donde mi interesa que estén. Donde supongo que se quedarán durmiendo hasta que un pollo, cada E=mC², los pille. Vamos, que si bien creo que lo anti-CT no debe de ser nunca un producto con marginalidad vocacional –de payaso tonto o listo-, sí que tiene una presencia diferente. Como los aviones. No ves aviones en la carretera. Para verlos, debes desplazarte a un aeropuerto. O, simplemente, mirar el cielo y dejar de mirar hacia la carretera. Lo mismo que me invita a ir a esos parajes, me impide haber aceptado trabajos como comentarista o tertuliano en algún medio. Lo anti-CT puede aparecer en cualquier modalidad de esos géneros CT. Tranquilamente. Pero el precio es que el pollo anti-CT, que no es un comunicador y posee arrugas en el cerebro en las Quimbambas de la simpatía o el tertulianismo, carezca de un discurso competitivo y se vaya a la casilla del payaso en 3”. No obstante, en ese par de actos a los que voy cada curso, se produce algo parecido a lo que se produjo el martes en mi conferencia. Que voy y te lo digo.

-LA SOLEDAD. EL título del cacharro era “Los límites del periodismo literario en España”. En la conferencia, por tanto, intenté explicar la CT. Es decir, la teoría cultural, las conductas culturales, los pactos tácticos que modulan lo que es posible plantear o no en nuestra cultura. Independientemente de que explique bien o mal todo eso –por cierto, lo expliqué de pena-, al explicarlo dejas de explicar otras cosas. Por lo que dejas de ser otras cosas, por las que, posiblemente, alguien ha pagado y quiere ver. Por ejemplo, dejas de ser un intelectual CT. Es decir, un comunicador, Es decir, un sacerdote cultural, ungido por el glamour de toda una Cultura. Conforme vas hablando y esbozando una idea poco épica de libertad y otra, aún menos épica, de gestión oportunista de tu trabajo –ante una CT tan cachas, los goles nunca son épicos; son goles de Eto’o robados al portero-, vas notando como las caras van cambiando. Como eres un pollo antipático. Luego, raro. Posteriormente, vas viendo en el careto de la gente como te va naciendo la nariz roja de payaso. Y aquí, matización. EL payaso no es el simpático que necesariamente hace reír. Es una cuota. En un circo siempre debe de haber un par de tipos con lógica rara. De lo contrario, los circos son irreconocibles. Bueno. Cuando finaliza la conferencia, se suceden las preguntas. Es decir, no se suceden. Salen con sacacorchos. En las preguntas puedes observar lo que el público ha observado. Si bien el silencio es orientativo de lo observado, las pocas preguntas emitidas te orientan a que se ha percibido un discurso de izquierdas raro –es decir, no entrañable- y no constitucionalista –por usar una palabra que utiliza cierta extrema derecha y cierta izquierda para dibujarse-. No se producen muchas más asideros sobre los que formular preguntas. Lo que indica que tu conferencia ha sido emitida desde un lugar sin asideros. La CT es, en fin, el único asidero por ahora. Por lo general, la percepción es de un plato poco apetitoso. Un lugar al que nadie quiere ir. Ni siquiera yo. La soledad. Lo anti-CT es un sitio donde, en estos momentos, hace mucho frío.

-LA PREGUNTA. En estos momentos, si los informes de la NASA no me fallan, estás perpetrando una serie de conferencias en el Puerto de Santa María. ¿Has modulado anti-CT? En ese trance, ¿has intuido algo parecido al proceso que te he dibujado precariamente? Constanino: ¿estás entre nosotros? Si estás entre nosotros, manifiéstate. Y ya puestos, manifiéstame lo siguiente: la próxima semana me voy a la tele, a un programa en el que participaste hace unos días. En ese sentido, lo que he dicho, ¿te suena a chino?

jueves, noviembre 10, 2005

EL ELEFANTE Y LAS RANAS

¿Y quién ha decidido, Martínez, que yo soy el payaso listo? ¿Y por qué te adjudicas tú, Martínez, el papel del payaso tonto? Te voy a decir un par de cosas:
Una: con ¡hips! o sin, mi última intervención era una colleja. La típica colleja, pongamos por caso, que el payaso listo le propina al payaso tonto. Al payaso tonto se le habían escapado varias naranjas del cesto al que él denomina CT. Eran palabras. Bonitas palabras redondas y coloradas, como naranjas. Palabras huecas pero prestigiosas, de esas que a uno le gusta colgarse de la boca porque no pesan, sólo lucen. Plaf.
Dos: no quiero ser el payaso listo. No quiero que tú seas el payaso tonto. No me gustan los payasos. Cuando uno se pone una bola roja en la nariz, o una caperuza con cascabeles, puede decir lo que quiera, porque ya no importa. Ojo con la risa, Martínez. Te lo digo a ti, que en tu día me ilustraste muy bien acerca de la diferencia entre el humor y la simpatía. Los payasos son simpáticos. Nosotros no queremos ser simpáticos.
El humor, la simpatía: dos buenas ventanas para hablar de la CT. Pongámonos de deberes hablar un día sobre estos dos conceptos. Prometo hacerlo en mi próxima entrega.
Por lo demás, esto de la CT y de la no-CT empieza a mosquearme. Yo hice la primaria en un colegio de monjas, ¿sabes? Era mixto. Por entonces se iba de un lado a otro desfilando. Uno, dos. En fila. Recuerdo el pavor que nos causaba a los más pequeños cruzarnos con una fila de los mayores. Siempre había una niña, generalmente la más bonita, que, rodeada de sus amigas, se dedicaba a tasar, uno tras otro, a los niños de la fila: guapo, feo, guapo, feo, feo, feo, guapo...
A veces me parece que aquí estamos jugando a lo mismo. Los feos, en este caso, son los CT, y los guapos los no-CT.
CT, CT, CT, no-CT, CT, no-CT...
Y no es esto, Martínez, no es esto.
Lo que vengo a decirte es que, si ya es jodido tratar de caracterizar un concepto tan líquido y escurridizo como es la CT, sólo nos falta, para confundirlo todo, contrastarlo con un concepto tan escurridizo y tan líquido como el de no-CT.
Una naranja es una naranja. Para definirla de muy poco me sirve ir señalando una mesa, y luego una pera, y luego un cuchillo, y decir que nada de eso es una naranja.
Que la CT no tenga recursos para describir al Estatut, pongamos por caso, no convierte al Estatut en un producto no-CT. O sí, pero da lo mismo. Sobre esto discurrí inútil y temerariamente en alguna de mis primeras intervenciones. Si la CT es una naranja, el estatuto es una mandarina. Vale que una mandarina no es una naranja, pero, joder, pensaba que no íbamos a seguir comiendo fruta.
Sin metáforas: está claro que lo que no es CT es no-CT, pero con eso no llegamos a ningún sitio. Podemos tratar de describir un elefante nombrando, uno tras otro, a todos lo animales que pueblan el planeta, diciendo en cada caso —tigre, mosca, sardina, lagartija— lo que no es un elefante. Pero no es un buen sistema. Mejor tratar de describir directamente el elefante. Lo cual me recuerda la vieja parábola hindú en la que se pide a cuatro ciegos que describan un elefante. El primero palpa una oreja y lo describe como una gran alfombra. El segundo palpa la trompa y lo describe como una gran serpiente. El tercero palpa el cuerpo y lo describe como una gran mole rocosa. El cuarto palpa las patas y lo describe como un bosque o un edificio con columnas... Cualquiera de estas definiciones es más ajustada a la realidad que la de afirmar que un elefante no es una rana.
Puede que nosotros — croac, croac— seamos ranas. Pero nuestra tarea no es ponerle al charco un portero de discoteca para decidir quién entra en él, sino describir al elefante. Otra cosa es que, para divertirnos, nos pongamos a describir a las ranas. Tú de pronto te pones a hacerlo y me gusta lo que dices. Dices que nos vas a dar “una definición de lo no-CT”. Conforme a ella, “lo no-CT somos nosotros. Los payasos. Si la CT es la cohesión, los puntos de vista, las tendencias y las opiniones gregarias desde la Transi hasta esta mañana a primera hora, orientados a defender y a mantener los valores políticos, estéticos y artísticos de la Transi, la no-CT es, simplemente, la beligerancia. La cultura como beligerancia”.
Martínez, ya te lo he dicho: ni tú ni yo somos payasos, qué más quisiéramos nosotros. Somos ranas. Croac, croac. Ser beligerantes supone convertirse en un incordio, y los payasos no incordian, simplemente —ja, ja— hacen reír. Dejemos esto claro. La beligerancia no está reñida con el humor, pero sí lo está con la simpatía, y sobre todo con la inocuidad. Croac, croac. De repente pasa una mosca y, ¡zas!, la rana se come a la mosca. Pobre mosca. Ella era mi heroína. Le obligaba al elefante a mover la cola y a zarandear sus orejas. A la mierda —croac, croac— las ranas. Me paso al bando de las moscas.
Dicho lo cual, volvamos a examinar al elefante. Una tarea para la que reclamo la asistencia de nuestro común Constantino Bértolo, mencionado aquí mismo unos días antes.
¿Constantino? ¿Estás ahí? ¿Lees esto?
A Constantino lo describí como uno de los ejemplares más genuinamente no-CT que conozco. Con Constantino me río mucho, como con Martínez. Pero Constantino —como tampoco tú, Martínez, mal que te pese— no es un payaso. Es más bien lo contrario que un payaso. Cuando uno habla con Constantino intuye mejor lo que es la CT. Y lo intuye gracias, entre otras cosas, a que comprende muy bien lo que significa ser no-CT. Lo que significa, Martínez, la beligerancia, la verdadera beligerancia.
A Constantino le voy a hacer yo unas preguntitas un día de estos, si me recibe. Entretanto, resolvámonos de una vez a complicar las cosas, para aclararlas luego mejor. La disyuntiva CT/no-CT es estéril por inoperante. Si de lo que se trata, vuelvo a decirlo hoy aquí, es de combatir a la CT, entonces no basta no pertenecer a ella —¿y quién se jacta de tal cosa?—, se trata de actuar eficaz o al menos significativamente en contra de ella. Me parece que esto último ya se ha dicho aquí, pero no está de más repetirlo. La disyuntiva, entonces, sería CT/anti-CT. De este modo nos entenderemos mejor. La no-CT es un concepto tan extenso como el de la CT, y aquí se trata de un islote donde unos pocos se apiñan, empujándose entre sí y, como tú dices, Martínez, metiéndose de hostias. Como ranas en una charca. Socorro.

martes, noviembre 08, 2005

LA PERSPECTIVA DEL PAYASO TONTO

Echevarría, pollo, no se entera. Usted es el payaso listo y yo soy el tonto. Si repasa los DVD de Popov y Teddy que le regalé para su puesta de largo, verá que el payaso listo jamás dice hips. Se lo explico con un bello ejemplo escenográfico. En tanto que payaso tonto, ahora estoy en el centro de la pista. Tengo un cesto de naranjas a las que denomino CT. Cuando me agacho a recoger una naranja CT del suelo, se me cae otra de cesto. La gente se parte el pecho, comprende algo de las naranjas, de las cestas, de los payasos y, en algún caso, de la CT. A su vez, el payaso listo –en ese preciso instante, recuerde el canon del payaso listo-, me debe de dar una colleja. Y jamás, repito, jamás, decir hips. Por otra parte, confío plenamente en usted y en los chistes que hará con mis naranjas CT. EN tanto que payaso, sabe, al contrario que el público, que las naranjas son en realidad CT. De hecho, sólo lee la CT en una, pongamos, naranja –o un libro, o un diario, o un pleno parlamentario-, un payaso. Es decir, un tonto. Es decir, un ser con problemas con la realidad. Los protagonistas de las novelas y los protagonistas de la realidad, esa cosa consistente en catástrofes –gente tonta que quema coches, o gente tonta que se los queman-, son tontos. Usted y yo somos una catástrofe cultural. Submodalidad payaso listo, en su caso. Payaso tonto en el mío. Sólo yo puedo decir, hips. De hecho, voy y lo digo hips. Usted es el de las collejas. EL listo. Bueno. Al tajo.

-TEORÍA DE LA NARANJA. Le/me resumo lo que he hecho solo y lo que, ahora, hago en su compañía. He dibujado una patología después de un periodo en el que he convivido con ella, pensando que esa convivencia era algo normal, una regla del juego eneludible. He llamado a la patología CT. AL hacer eso, me he inventado algo que voy y que llamo no-CT. Lo no-CT es algo fuera de la lógica CT. Lo cual no es ni bueno ni malo por sí mismo. Falange Española y de las Jons, por ejemplo, no es CT. Curiosamente, un concejal del PP aporreando a un ciudadano en el pleno de Getafe de hace un mes, sí. La CT es algo que puede dibujar a Falange como lo que es. Pero no tiene herramientas para describir al usuario de un partido democrático practicando el falangedelasjoning. De hecho, el domingo estuve con el alcalde de Getafe hablando sobre aquel pleno, en el que entraron los chicos PP aporreando al personal para votar una moción contra el desmembramiento de España en Getafe. Me explicó que sacaron una foto en la que se veía a varios cargos públicos PP metidos en el papel de skin. La foto fue rechazada por todos los medios. Apareció, de rasqui, en la edición madrileña de El País, que no en la nacional. El Estatut, a su vez, será lo que usted, hips, quiera, pero es algo que se resiste a ser descrito por la CT. De hecho, la CT se ha aplicado a no describirlo, sino a farsearlo. Ejemplos: es un texto que permite la poligamia, no reconoce al Tribunal Constitucional, obligará a hablar catalán en Ávila, descapitalizará Badajoz, o romperá la unidad de mercado. LA CT tiene recursos para, pongamos, no hablar de un cargo público PP quemando el Bundestag en Getafe. Pero no tiene recursos para describir o encauzar una discusión del Estatut –déle tiempo, la CT es lenta; es posible que acabe, incluso asimilando la cosa-. Mi deber como payaso es, en este momento, ponerlo en la cesta no-CT. Y luego, al intentar coger otra naranja no-CT, que se me caiga, usted me pegue una colleja y el público se ría. Menos un par de niños tontos, como usted y yo, que esa noche no podrán conciliar el sueño pensando en lo tristes que son los payasos en realidad.

-LOS PAYASOS Y EL SINDICATO NO-CT. Y aquí le lanzo una definición de lo no-CT. Lo no-CT somos nosotros. Los payasos. Si la CT es la cohesión, los puntos de vista, las tendencias y las opiniones gregarias desde la Transi hasta esta mañana a primera hora, orientados a defender y a mantener los valores políticos, estéticos y artísticos de la Transi, la no-CT es, simplemente, la beligerancia. La cultura como beligerancia. En tanto que beligerantes, lo no-CT no está cohesionado. Y no puede estarlo. Debemos no tragarnos. Debemos discutirnos. Debemos, por ejemplo, no tragar, por ejemplo y también, el Estatut. Pero desde una lógica no-CT. Porque de hecho eso es lo que reivindicamos como programa cultural. Verbigracia. Gregorio Morán, un monstruo que no es de su devoción –ni usted de la suya; lo ha dejado a caldo en, al menos, dos ocasiones-, el otro día publicó un artículo en La Vanguardia absolutamente no-CT. Es más, yo diría que es lo más no-CT que he leído en años. Usted y yo lo leímos juntos, como leen los diarios los payasos. Aquel artículo, repleto de gestos estilísticos que a usted o a mi nos pueden desagradar, nos agradó. EN tanto no-CT. Lo CT es discutible. Y eso es lo que lo une –precariamente-. Y lo que le separa de la CT. Lo no-CT, insisto. Somos los payasos. Que fabricamos productos como el de Moran. Que, desde luego, no hace amigos. La CT es una fábrica de hacer amigos y mercado de favores, por lo contrario. LO no-CT es, simplemente, el riesgo anti-epico de recoger una naranja en público. La colleja en público. Lo no-CT, así, somos lo contrario de los domadores, los chulo putas del circo.

-LOS PAYASOS Y, TODO LO CONTRARIO, LOS DOMADORES. En la CT, por ejemplo, sólo se posicionan épicamente los chulo putas de la empresa circense. Es decir, los cantautores. Y todo bicho que se le parezca. Es decir, los cantautores, aunque no canten. Es un posicionamiento CT. Es decir, políticamente correcto, innecesario, redundante, sin riesgos y que colabora a la cohesión, esa cosa tan CT. Sólo los cantautores han opinado, desde hace veintipico años, sobre Euskadi. La última remesa de cantautores sobre el asunto –Juaristi, Muñóz Molina, Savater-, llevó la disciplina de la cohesión a unos límites que ya son indescriptibles dentro de la CT –esa cosa que, le recuerdo, no sabe describir un fascista en Getafe-. Usted –haciendo uso de su papel de payaso listo, que borda en ocasiones-, se escandaliza ante el hecho de que a estas alturas del partido me extrañe por la inexistencia de posicionamientos progresistas simpáticos ante el Estatut en España. Yo no me escandalizo. Soy el payaso tonto, le recuerdo. Es más, veo en ello CT. Veo la imposibilidad de que un cantautor se moje ante el tema, en tanto el tema no es sensible, a corto plazo, a ser CT, a ser un posicionamiento premiado. Ya lo será. Nos hartaremos de cantautores que glorifiquen el Estatut. Tiempo al tiempo. Por ahora, los cantautores entonan aquel rollo de que un pollo de izquierdas no puede interesarse por temas que no sean la abolición de la propiedad privada y la conquista del palacio de invierno. En los inviernos, empero, cuando hace frío, los cantautroes no están por la labor. Recuerdo, snif, cuando la reconversión industrial. A mi me pilló sin bigote y en el cinturón. Aquello era un infierno y estaba lleno de charlis. Pero no hubo cantautores que levantaran su voz contra aquel texto legal, en lo que es una norma CT. Pero cuando ves lo que dicen –o mejor, lo que no dicen-, ante un texto no-CT como el Estatut, parece que lo hubieran hecho.
Evhevarría, aquí tiene mi nuca y mis cestas de naranjas para lo que usted quiera. Un fuerte abrazo. A ver si, por fin, mañana cuelo la primera entrega de palabros del Diccionario Martínez-CT de vocabulario periodístico-político. Hips.

domingo, noviembre 06, 2005

¡HIPS!

No pienso dar ninguna explicación. Me refiero a lo del retraso. No sé si pasa con todos, pero este blog es como un bar de mala muerte, frecuentado por tipos de aspecto dudoso, y ya empiezo a estar harto de pasarme las noches hablando yo solo con el camarero. Aquí no hay manera de ligar, y encima —¡hips!— te sirven ginebra de garrafa. A la mierda es lo que yo digo. Y que se metan el estatuto por el culo.
Y ahora, Martínez, sírvame usted —¡hips!— otro gintónic y cambie de una puñetera vez la casette, que ya estoy hasta las napias de oír himnos republicanos. La izquierda de este puto país sólo se pone cachonda y se acuerda de que lo es cuando ve documentales de la guerra civil y se identifica con los milicianos guapos de Robert Capa. Catorce años en el poder, y tiene que ser a propósito de un nuevo estatuto catalán, respaldado por la plutocracia pujolista y maragalla, que suene en el Parlamento un lenguaje nuevo.
¿Nuevo? ¿Y cuál es ese vocabulario —¡hips!—nuevo? Le cito a usted, Martínez: “Azaña”, “república”, “republicanismo-civil”, “fascismo”, “presiones-militares”, “federalismo”, “Estado-plurinacional”. Vaya. ¿Y por qué no —¡hips!—, puestos a desempolvar los bibelots lingüísticos del abuelo, “revolución”, “impuestos”, “expropiación”? ¿O, ya que se discute tanto de nación, “nacionalización”? ¿O, subiendo al desván y despanzurrando los baúles, de “libertad”, “igualdad” y “fraternidad”?
Esto último me trae a la memoria algo que he leído hoy mismo en El País, a propósito de los disturbios que están conmoviendo Francia. “Xavier Marester, de 18 años, fue detenido en Clichy-sous-Bois la tercera noche de violencia y posee un historial delictivo considerable, incluidos tres meses en prisión preventiva por un supuesto delito de agresión a un policía con arma de fuego, por el que debe ser juzgado el mes que viene. Aunque ya tiene un hijo de un año y medio, vive con su madre. Cuando el juez le preguntó qué hacía al ser detenido, respondió: ‘Libertad, igualdad y fraternidad. Tengo el derecho de ir por donde quiera’”.
Bien por Xavier. Confieso que la revuelta de los misérables de París me pone más que las reivindicaciones del Tripartito. Será un problema de educación. De afrancesamiento. Para que en este país se quemen coches se necesita llevar una ikurriña. Aquí la racaille esa con la que los políticos franceses deben andarse con pies de plomo, se traduce jarrai, y en ella —¡hips!— no caben los metecos.
Pero qué mal suena todo esto. Suerte que —¡hips!—estamos solos usted y yo, Martínez. Póngame usted otra copa. Será la garrafa esa que me sirve. Y el turre que no dejan de darme los himnos de la FAI y de las Brigadas Internacionales, que —¡hips!— terminan por soliviantarlo a uno. Pero es que resulta que a estas alturas del curso, y cuando se lleva aquí dicho lo que se lleva dicho acerca de —¡hips!— la CT o como quiera que se llame esta sopa boba que nos cocinó la supuesta izquierda ibérica, venimos a reclamar al “intelectual español” que se pronuncie “ante el linchamiento de lo vasco en la anterior legislatura o el boicot a productos catalanes en la presente”. Hay que —¡hips!— joderse.

posted by Ignacio Echevarría at 00:45 AM
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viernes, noviembre 04, 2005

DICCIONARIO MARTÍNEZ POLÍTICO-PERIODÍSTICO (THE PROLOGUE)

-SAPIR ERA, OBVIAMENTE, SUIZO. Las lenguas no son esencia de nada. Pero sí los lenguajes. Independientemente de que el mundo llegue o no a las manos, el mundo se aporrea con el lenguaje. Hasta el advenimiento de la CT –la CT es la ausencia de beligerancia hasta en el lenguaje; la CT es, también y fundamentalmente, una construcción lingüística para pintar de blanco las estridencias; las estridencias españolas fluyen por debajo de un lenguaje automatizado, que ya empieza a ser hora de ir traduciendo-, la cultura española era, como cualquier otra, un tute de lenguaje. En aquel tute, la lucha en tiempos de maríacastaña era por la hegemonía de la Academia. El diccionario de la RAE –o, snif, AE, durante el periodo 1931-39-, sella las beligerancias. Así, en la edición del Diccionario más próxima a la revolución de 1868, se define Libertad como “bien preciado del hombre”, mientras que en la edición más cercana a la Restauración se define el palabro como “Libertinaje. Exceso”. Hoy en día la Academia pinta un pito –metáfora: para la megaedición del Quijote del IV Centenario de la RAE, la RAE, con un par, ha recauchutado una edición del Gobierno de Castilla-La Mancha. Ningún medio se ha reído, porque reírse no es CT, no crea cohesión. Ni siquiera ha habido rumba con el colofón de la edición, en la que el editor se pitorrea del presidente de la RAE-. Bueno. La lucha por la hegemonía del lenguaje se realiza en los medios -que son la post-Acedemia: fija canon y fija quién es un all-star y quién es un friqui-. Y, aquí, recuerdo que los medios, en la CT, dibujan en sus discursos la verticalidad de la CT. Si la cúspide de la pirámide de la CT abre dos vías de investigación, considera la Transi un proceso ejemplar, cree que la cultura española es una mina, que es normal que el Rey tenga un yate a nombre de Patrimonio Nacional, o considera que los tanques deben pasearse por Bilbao, los medios, por lo que sea –por-lo-que-sea = CT-, tienden a reproducir esas creencias. A través del lenguaje, ese verbalizador de creencias desde los tiempos, como su nombre indica, de maríasantísima.

-HISTORIA DEL LENGUAJE DEL CULATAZO. Me hablas, Echevarría, de / con Mairena. “Nuestros políticos llamados de izquierda, un tanto frívolos —digámoslo de pasada—, rara vez calculan, cuando disparan sus fusiles de retórica futurista, el retroceso de las culatas, que suele ser, aunque parezca extraño, más violento que el tiro”, dices/dice. Te matizo a Mairena. Los políticos de izquierda locales y mundiales, carecen de retórica futurista. Sólo un poco en Korea del Norte. En lo que quizás es una buena noticia. Al menos para Maiakovski. Lo paradójico es que la derecha española aún posee el músculo de la culata como muy cachas. Como es perceptible. De hecho, estamos en pleno culatazo, en efecto. La pregunta es, ¿ante qué disparo? El culatazo no empezó esta legislatura. No lo empezó el Estatut. Ni tan siquiera el Tripartit. Estaba presente en la anterior legislatura. Y, en forma de partido sin mayoría y con retórica yuyu, estaba presente desde la primera legislatura democrática. Es posible que el culatazo estuviera presente, a su vez, antes de aquella legislatura. Incluso en los años sin legislatura. El culatazo estaba presente en la guerra civil. Incluso antes. Y, ahora, me pongo demagogo, te cito a José Somoza, un escritor del XVIII, presente en las Cortes de Cádiz como liberal, y que, mientras se redactaba el primer texto constitucional, va y escribe: “Sé que la Constitución acabará en fusiles, pero no sé si en ballonetas, o en culatazos”. Vamos, que la fuerza del culatazo es enorme y viene de lejos. Es, de hecho, una de las dos fuerzas que, en su tensión, dibujan la cultura española moderna. Hasta que la cultura española opta por un lenguaje único, que dibuja posibilidades únicas. Y ese proceso unidireccional, pero no obstante ejemplar, sin precedentes, maduro y bla-bla-bla denominado Transi. El culatazo presenciado el día 2 en el parlamento, a través del lenguaje de The Culatazettes, quizás es la prueba de que la CT se está quedando pequeña para explicar lo que pasa. EL Culatazo ha crecido tanto –ha dejado de ser una opción política para volver a ser un culatazo-, que el traje CT no lo puede cubrir por entero. Como a un portero de discoteca, se le ve la culata a través de una americana que ya no se puede abotonar.

-LA JUBILACIÓN DEL LENGUAJE ÚNICO. En el pleno del día 2 se asistió a lo que uno quiso. Pero también a la existencia de dos lenguajes. Un lenguaje nuevo en la sala, en el que, a parte de construcciones CT que nadie sabe lo que significan al ser utilizados para cualquier cosa –solidaridad, constitución, etc.-, aparecían palabros como “Azaña”, “república”, “republicanismo-civil”, “fascismo”, “presiones-militares-en-la-Transición”, “federalismo”, “Estado-plurinacional”, “integración-europea”, “mentira”, “mentira-informativa”. Y un lenguaje viejo. CT. SUbsector CB –Cultura Brunete, la gran reivindicadora actual de la CT. Curiosamente, el nuevo lenguaje tiene menos difusores en los medios que el viejo. AL día siguiente del pleno, por ejemplo, el pleno fue explicado, estadísticamente, a través de palabros CT. No sé qué está pasando. Igual no está pasando, snif, nada. Pero es posible que en la política suceda lo mismo que en la literatura. Unos profesionales –Bonald, Marsé- ya no pueden seguir moviéndose dentro de un traje pequeño, por lo que lo rompen puntualmente. Más del 50% del Congreso, en todo caso, utilizó palabras diferentes, incluso opuestas, a la CT. Algo lógico, si pensamos que el Estatut es lo que uno quiera, salvo un objeto CT. Anyway. Mañana te suelto una parte del diccionario.

Ah. Sobre lenguaje. No se pierdan este pequeño análisis de lenguaje CT. Aparece en la red. ¿Por qué no hay webs como estas en castellano? ¿Por qué cuatro partidos catalanes, en el pleno del día 2 se quejaron de que el progresismo española no ha hecho ninguna manifestación de su existencia antes las campañas del nacionalismo español contra el pack Estatut? ¿Por qué los posicionamientos más colectivos y beligeantes contra el nacionalismo español y las meditaciones sobre el no-nacionalismo se producen en otras lenguas? ¿Por qué el intelectual español no tiene nada que decir ante el linchamiento de lo vasco en la anterior legislatura, o el boicot a productos catalanes en la presente? Vaya, igual estoy chupando espacio del próximo INTERMEZZO. Bueno. Corto y fuera. Hasta la próxima, Echevarría, un abrazo, me debes una cena, etc.

INTERMEZZO: EL DESENCUENTRO (3)

-EL PODER MÁGICO DE LAS PIRÁMIDES LINGÜÍSTICAS. Hola. Estos intermedios se llaman el-desencuentro porque, como su nombre indican, aluden a cosas que no se encuentran. Tal vez porque no se buscan. Desencuentros, verbigracias: a) en este blog desaparecen como ninjas los usuarios de Madrid cuando aparece el tema Estatut –el contador, snif, no engaña y me chiva datos como este-. Cuando Echevarría vuelve a abrir la boca de la cara vuelven a aparecer. Hasta que, ñaca, aparece otra vez otro intermezzo y el Estatut. Y adiós muy buenas. Verbigracia b), el otro día, cuando se pidió permiso en el Congreso para tramitar lo del Estatut hubo una apariencia de encuentro. Pero también hubo un desencuentro lingüístico. Es decir, hubo dos teorías del lenguaje, lo que hacía imposible aludir a lo mismo. O, incluso, hablar de lo mismo. Bueno, mañana se lo explico. Que hoy toca Pep. Pep, por cierto, ha practicado una gamberrada y, en cierta manera, ha jugado con el desencuentro lingüístico. Gamberrada: ha colgado el algunas webs de la Caverna fragmentos del Estatut -el de 1979, si bien no lo ha comunicado a sus lectores, que han interpretado que se trata del proyecto de Estatut actual, el que permite la poligamia según la FAES, egregia ONG-. Ha aderezado su texto con uno de los dos lenguajes –a los que hace un plis aludía- que se excluyen mutuamente. Y ha dejado a los trolls de la Caverna opinar sobre el asunto. Lo peor de todo es que han opinado sobre el asunto. No se pierdan la Pepaventura.



-LAS PEP-AVENTURAS. HOY PRESENTAMOS: PEP HACE EL GAMBERRO.

Hola. Aquí Pep. Vuelvo con el Estatut. Disfrazado. Hoy, con todos ustedes, El Carácter Pre-Constitucional del Movimiento Nacional-Constitucionalista. A por ello.

Son las once de la mañana. Llevo desde las seis metido en un taxi, indocumentándome a través de la radio. Tengo un brote psicótico de tres pares. Mientras voy abriendo vías de investigación, voy y me saco de la manga un texto. El texto es un refrito del Estatut de Sau (el del 79), aderezado con comentarios en la línea de los tópicos de la kale borroka con corbata. Lo he presentado como si fuera un resumen del Estatut aprobado por el Parlamento catalán el pasado día 30. Henchido de tertulianismo, me he dado una vuelta por Internet, con preferencia por los foros que están tratando el tema desde un punto de vista neocon –verbigracia: neoconstitucionalista-.

Primero meto el texto, y acto seguido voy con los comentarios que ha suscitado. Ahí va (entre paréntesis figuran los artículos del Estatut de Sau, el de 1979, el vigente, el que no quieren modificar los chicos de la Consti, del que están sacadas las disposiciones que enumero):

“Hola, soy un ciudadano catalán y español asustado por todo el lío gordo gordo que nos han montado los nacionalistas catalanes para ocultar sus corruptelas en lugar de trabajar para solucionar los problemas reales de los ciudadanos que les pagamos para ello. Aquí la cosa se está poniendo fea, con todos los medios difundiendo el odio a España y abrazando el pensamiento único –ni siquiera el PP de aquí se atreve a denunciar la gravedad de la situación-, y por eso prefiero no poner mi nombre. Eso sí, en cuanto encuentre un trabajo más o menos igual al que tengo ahora en Terrasa en cualquier punto de España, hago las maletas pero ya. Ya estoy HARTO. Como ciudadano demócrata y español, creo que es mi deber difundir lo que creo sobre el nuevo estatuto, que se carga la constitución y el estatuto que pactamos TODOS en la transición. He hecho un resumen de los principales puntos del estatuto y los más anti-constitucionales, haciendo unas valoraciones sobre ellos y sobre sus motivaciones cada vez menos ocultas.

El estatuto es una expresión de la identidad colectiva de Cataluña y define sus instituciones y sus relaciones con el estado en un marco de libre solidaridad, hablando además de los derechos de las personas y los pueblos (Preámbulo). --> Derechos de los pueblos, ensoñaciones identitarias, jerga nazionalista, nada nuevo.

Se afirma el catalán como lengua propia (Artículo 3). --> Pisando, por supuesto, los derechos de la mitad de la población catalana.

Se definen competencias exclusivas, incluyendo la ejecución de la expropiación forzosa o la intervención de empresas en asuntos incluidos en las competencias de la Generalitat (Artículos 9 y 10). --> Asomando por todo lo bajo el hocico del tripartito y su RADICALISMO de extrema izquierda. Es lo que me da más miedo de todo el estatuto.

Se reclama la competencia de planificación de la actividad económica. Además, la generalitat participará en la gestión del sector público estatal “en los casos y condiciones que corresponda” (Artículo 12). --> Más de lo mismo: ¿¿¿qué es eso de planificar la actividad económica??? Como todo el estatuto, es una oda al intervencionismo.

Se considera de competencia plena de la Generalitat la regulación y la administración de la enseñanza en toda su extensión, niveles y grados, modalidades y especialidades en el ámbito de sus competencias(Artículo 15). --> O sea, que las escuelas catalanes serán un mundo aparte. Y por supuesto, fabricando niños que odien lo español y que no sepan escribir dos frases en español, perdiendo oportunidades laborales en el futuro cuando ya tenemos el segundo idioma en América y creciendo.

En cuanto a la administración de justicia, se exige que la Generalitat ejerza todas las facultades que las leyes orgánicas del poder judicial y el CGPJ reconocen al Gobierno del Estado (Artículo 18). Además, el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya será el órgano en el que culmine la organización judicial en Cataluña, ante el cual se agotarán las sucesivas instancias procesales(Artículo 19). --> Más nazionalismo, en este caso para montarse un cortijo violando las competencias del Gobierno de España y poder hacer lo que quieran sin someterse a ningún control COMO SI FUERA UNA DICTADURA.

Pero hay más. La competencia de los órganos jurisdiccionales se extenderá en el orden civil a todas las instancias y grados (¡incluyendo el recurso de casación!), y en penal y social a todos excepto el recurso de casación y el de revisión(Artículo 20). Además, el derecho catalán será el aplicable en el terruño con preferencia sobre cualquier otro(Artículo 26). --> En otras palabras, se rompe en pedazos la igualdad de los españoles ante la ley, creando ciudadanos de primera y de segunda. Y pregunto: ¿si una empresa aragonesa tiene un contrato con una catalana –en el caso que queden, porque tienen más razón que un santo los que están impulsando el boicot contra los insolidarios-, qué ley se aplica? Todo sea para complicarlo todo y tener más y más funcionarios y vivir del chollo.

La Generalitat, además, se reserva el derecho de solicitar al Estado la transferencia de competencias no asumidas en el estatuto(Artículo 28). Las leyes catalanas estarán excluidas del recurso contencioso-administrativo y sólo se someterán al escrutinio del Tribunal Constitucional(Artículo 40). --> Por si fuera poco, se cubren las espaldas para poder seguir sacando tajada de los chantajes a que puedan someter a los gobiernos centrales de turno gracias a su sobrepresentación en el parlamento de un país que no consideran suyo, REFORMA DE LA LEY ELECTORAL YA!!!

Se pretende facilitar la comunicación cultural con otras comunidades autónomas y provincias, prestando especial atención a todas aquellas que hayan tenido vínculos históricos, culturales o comerciales con Cataluña(Disposición adicional quinta). --> No podían faltar unas gotas de imperialismo catalán, después de todo el victimismo y de las quejas contra los opresores, van y salen con el imperio catalán.

Se crea una comisión mixta paritaria Estado-Generalitat. Además, el estado tendrá que garantizar la financiación de los servicios transferidos(Disposición adicional tercera). Por supuesto, la generalitat se reserva la participación en los impuestos del estado, recargos sobre impuestos estatales, ingresos del Fondo de Compensación Interterritorial y otras asignaciones a cargo de los Presupuestos Generales del Estado(Artículo 44).--> Esto es lo más importante. Además de la ridícula pretensión de crear comisiones mixtas de igual a igual –como si fueran un estado-, los nazzzzionalistas muestran su verdadera cara de hacerlo todo por el dinero, y se les acaba todo el asco a España a la hora de meter la mano en la caja de los impuestos de todos. Y encima, diciendo que son solidarios.

Bueno, espero que paséis este mensaje a vuestros amigos con conciencia, lo que está pasando aquí es muy serio. Además, si creéis que se puede clarificar algún aspecto o añadir alguna cosa que mejore el mensaje, os lo agradezco por anticipado. Lo que nos hace distintos a los no-nacionalistas de los paletonazis es que nosotros debatimos sobre ideas y no tenemos el cerebro lavado y nos limitamos a repetir consignas, y debemos seguir por ese camino a pesar de que a veces parece que no sirva para nada, porque al final venceremos porque tenemos más y mejores razones.

¡Un abrazo, y abajo el nazzzionalismo!”


He colgado el texto en los siguientes sitios: un blog del periódico Expansión, el foro de debate de la página en la que colaboro, un blog de informativos Telecinco, un foro de Antena3tv, un foro del periódico ABC, el foro del Foro Ermua, el foro “Zapatazo” de la extrema derecha, el foro del Grupo Risa, el blog de Arcadi Espasa, el foro nacional-católico de hazteoir.org , el blog de Aleix Vidal-Quadras, el blog de Victoria Prego en El Mundo y, cómo no, el foro de debate de la Asociación de Víctimas del Catalanismo que nos están montando Boadella y compañía . El spam ideológico anti-estatutario ha sido vetado en las páginas web del Diario Vasco y del Partido Popular. Los links a todas las páginas mencionadas, así como una selección de las mejores jugadas, se encuentran en el blog que mantengo en lapaginadefinitiva. No se lo pierdan. Vayan ahora mismo.

¿Ya han vuelto? Las reacciones han sido variopintas. Básicamente, se ha impuesto la solidaridad con mi falsa condición de pre-exiliado. Algún nacionalista (catalán) me ha discutido el tema de la lengua –zzzzzzz-. ¿Saben cuántas personas se han dado cuenta del cambiazo? Nadie. Enternecedor.

“Cuando van a oír a alguien, no van a oír lo que se les diga, sino lo que se figuran que les iba a decir. Y son inútiles sus esfuerzos”. Yo me he acordado de esta frase de Unamuno, y de un amigote constitucionalista vasco que siempre anda diciendo que los nacionalistas [vascos] son incapaces de leer y de aprehender razonamientos. Qué cosas.

¿Encuentran sorprendente que nadie se haya dado cuenta del cambiazo?; ¿creen que ello es debido a que los sesos de los españoles han sido convenientemente masajeados por presuntos defensores de los pactos de la transición?; ¿cómo es posible que, pese a estar todo el día leyendo y escuchando desde la complicidad a férreos defensores de dichos pactos de la talla intelectual y moral del oprimidisísimo Francesc De Carreras o la neocarlista Gotzone Mora, los españoles muestren esos niveles de disconformidad con el contenido real de dichos pactos?; ¿a todo ello, creen que alguien que honradamente ha tragado con las surrealistas equiparaciones entre Sabino Arana y el PNV puede tener algún problema a la hora de identificar al Partido Popular -el de Aznar, Rajoy y el animal que ayer le gritaba a ZP desde la bancada con las dos manos rodeando su boca como si fuera un entrenador de regional acordándose de la mamá del linier- con nuestros cuarenta años de paz?

jueves, noviembre 03, 2005

DE MAIRENA (DEDICADO AL PEP)

“En España —no lo olvidemos— la acción política de tendencia progresiva suele ser débil, porque carece de originalidad; es puro mimetismo que no pasa del simple excitante de la reacción. Se diría que sólo el resorte reaccionario funciona en nuestra máquina social con alguna presión y energía. Los políticos que pretenden gobernar hacia el porvenir deben tener en cuenta la reacción de fondo que sigue en España a todo avance de superficie. Nuestros políticos llamados de izquierda, un tanto frívolos —digámoslo de pasada—, rara vez calculan, cuando disparan sus fusiles de retórica futurista, el retroceso de las culatas, que suele ser, aunque parezca extraño, más violento que el tiro.”

Sabias palabras del bueno de Juan de Mairena, que se me antoja recordar y traer aquí al poco rato de cerrar la televisión, tras haber visto, llegando tarde a la retransmisión en directo del debate parlamentario que hoy tenía lugar, las intervenciones de Rubalcaba y Zapatero (¡santa paciencia!) y los turnos de réplica de De Madre, Carod y Rajoy.

Ahora me voy a la cama, con la idea de dar algunas vueltas. A las palabras de Mairena, que no al debate sobre el Estatut.

posted by Ignacio Echevarría at 00:25 AM
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miércoles, noviembre 02, 2005

LA ÚNICA MANERA POSIBLE

-RESUMEN DE LO NO PUBLICADO. Mil disculpas por la interrupción de nuestras emisiones, debido a una avería en Martínez, nuestro repetidor. Por lo demás, estoy en Empordà DF, desde donde te saludo. Hola, Echevarría. Y desde donde te explico dos vivencias. Vivencia a). El personal por aquí practica desde hace dos o tres años halloween. Vi como lo celebraban unos niños moros. No iban disfrazados de nada. Llegaban a una puerta. Se subían la camiseta hasta taparse la cara. Tocaban el timbre. Salía a abrir una mamá mora. Los niños decían en árabe algo que acababa con el palabro halloween. Posteriormente, todos se reían con la boca llena de dientes. Y la mamá les daba pastitas marroquíes. Otra descripción de lo que vi, ahora que lo pienso, puede ser esta otra. Los moros y los cristianos celebran segregados una fiesta WASP. Lo que puede ser un buen dibujo del presente. Vivencia b). Lo de Leti y Cía.

-VIVENCIA B). La vivencia b) de halloween consistió, como su nombre indica, en ver como por los medios que consumo se colaba el fantasma de la interrupción informativa. En este caso, a través de algo parecido a información sobre lo del nacimiento. Meditaciones. Meditación a): cuando supe que tuvieron una niña, por un momento esperé que Rajoy declarase que lo que habían hecho the Bourbons hace nueve meses no fue un polvo, sino una reforma constitucional encubierta. Meditación b): la vivencia informativa del nacimiento me pone a güevo el trailer del trailer que colgaste, Ignacio, de la conferencia de Belén Gopegui. Que supongo que es el que sigue a continuación. Ahí va. “Por eso entendemos por retórica -ojo con esta palabra en negrita- algo vacío, hueco, falso. Pues si sabemos que en este sistema político y económico no existe posibilidad de que (los) hechos puedan resolverse de dos maneras, sino que hay una sola manera posible, entonces ¿cómo no desconfiar de quienes hablan como si deliberaran, como si en verdad tuvieran algo que proponer?”.

-MÁS DIFÍCIL TODAVÍA. Y aquí, donde pone retórica –lo he puesto en negrita para que cante más-, se puede sustituir tranquilamente por cultura. Española. Pruébenlo. A mi me encaja. El caso es que con esa manipulación el texto de Belén se convierte en una descripción de la información y la literatura modulada a través de lo CT. Suponiendo que sea una manipulación. Es decir, suponiendo que Belén no crea lo mismo.

-VAYAMOS A BELÉN. La manipulación del texto de Belén consiste en presuponer que su análisis –brillante-, no es sólo un análisis internacional. Supongo, en ese sentido, que es un análisis internacional, al analizar un mundo cuyo único orden es a través de la plusvalía, ese desorden violento. Ignoro, por tanto si, previamente a mi manipulación, Belén tenía alguna intención de hacer una descripción local. Conozco a Belén brevemente y, paradójicamente, a lo largo de mucho tiempo. He hablado con ella muy poco de lo CT. Y, menos aún, desde que verbalizo la cosa con esas dos letras. La última vez fue por teléfono, comentándome un articulete que envié, a su propuesta, a una revista cubana. Me dio la impresión de que, si bien compartía mi visión sobre la CT que expuse brevemente en aquel artículo, no compartía su localismo. Es decir, que sea lo que sea que yo describo como CT, como patología cultural española, ella lo interpreta dentro de una dinámica mundial. Que supongo que es el capitalismo, no contestado desde hace varias décadas. Me parece que te he resumido bien mis impresiones –ahora hablo con Belén, vete a tomar algo, Echevarría-.En estas páginas, en efecto, se ha situado la CT como el acceso local a la masificación de la cultura, ese fenómeno internacional post-68. Que la cultura española entrara en una dinámica internacional era algo fatal. Podía haber entrado de diferentes maneras. Francia, por ejemplo, entró de una manera en la que, pongamos, Bordieu, vendía como polos sus libros. Mi impresión, empero, es que la cultura española selló en esa internacionalización de sus dinámicas una necesidad de estabilidad política. La cultura española ha sido y es un esfuerzo notorio para que –te vuelvo a manipular- no exista “posibilidad de que (los) hechos puedan resolverse de dos maneras”. Ese esfuerzo es mayor -y menos internacional, por tanto- que en otras culturas. En otras culturas, por ejemplo, no es posible leer el titular que leí en el diario local de mayor difusión aludiendo al nacimiento al que aludía.–“un día feliz para todos los demócratas”, es decir, te manipulo, que solo hay “una sola manera posible” de sentirse ante aquel nacimiento, y que esa manera no es la indiferencia-.

-LA PREGUNTA. La CT demostró ser un hecho local, y no internacional, el 11-M, cuando a petición de un Gobierno emitió –te manipulo otra vez; demándame a la SGAE- que “no existía posibilidad de que (los) hechos puedan resolverse de dos maneras”, durante varias días, sin ninguna contestación local por parte de ningún intelectual, y contrariamente a lo que emitían los medios internacionales, abandonados a una dinámica internacional parecida a la española, pero diferente a la española en muchos sentidos. Bueno. En fin. Te ruego y te invito a que participes en la partida de pin-pon que estamos jugando Echevarría y yo. Y te ruego y te invito, si no te importa, a que me contestes a lo siguiente: Según tu perspectiva no-CT, ¿la CT es un fenómeno local o es un fenómeno internacional? Ponte en contacto con Ignacio o conmigo, si te interesa, para saber como colgar tu texto. Te aconsejo que aceptes. Echevarría, as de las triquiñuelas legales, ya me ha levantado chorrocientas cenas.