martes, enero 08, 2008

DOS LÍNEAS DE MARKETING Y UN ADN

Hola. EL otro día apareció Salinger en esta su pantalla amiga, etc. Todos los niños y niñas saben que después de –elijan entre a) y b)- a) escribir una obra maestra llamada El guardián en el centeno, y b) montarse en el dólar, se retiró del mundanal ruido. No ha concedido entrevistas, ha combatido intentos de biografiarle, y no consta que haya dado un palo al agua desde entonces. Entonces = mediados de la década de los 50’s. Esta mañana a primera hora es posible que esté vivo. En ese caso tiene 89 años. O 90, que no he mirado la Wikipedia. Si quieren saberlo, ya tienen algo que hacer hoy. Bueno. Lo de Salinger, en todo caso, tiene su miga. Para el tema que nos ocupa. El marketing.

Su retiro, ¿es una apuesta vital o es un ejercicio de creación marca? Es, en todo caso, opinable. Para mí no hay duda. Es una opción personal. Que se entiende más en su contexto –su contexto es, glups, nuestra época-, si nos fijamos en las opciones personales de otro Salinger. Su hijo.
Su hijo es actor. El oficio de actor, en el siglo XXI, es una metáfora del resto de los oficios. A saber: a) se ejerce con todo el cuerpo, b) consiste en actuar, c) en un porcentaje muy alto se relaciona con el marketing. Sobre c): hay, en fin, tantos actores en el mundo mundial, que es imposible organizarlos sobre el criterio de calidad. Para elegir a un Captain America –peli protagonizada, glups, por Matt Salinger-, es muy posible que la calidad del actor no sea un tema importante. Es más, es muy posible que el concepto calidad no sea importante en todo el tramo de producción de toda la peli. O, de glups, de muchas/casi todas las pelis.

Aún ignorando más sobre la biografía del hijo de Salinger que de Salinger, cabe suponer que se dedica a todo lo contrario que su padre. Es decir, a lo contrario del silencio. Lo contrario del silencio no son las palabras. Es el ruido. Por ejemplo, el ruido que produce el Capitán América. Eso no excluye que sus apuestas también hayan sido opciones vitales. Como las de su papá. No obstante, es curioso que la actitud de Salinger senior sea, periódicamente, valorada como una impostura, como un posicionamiento de marketing. Mientras que la de su hijo / Capitán América, sea valorada como la de un un actor al uso. Periódicamente, vamos, se ve en Salinger padre un pionero del marketing, mientras que a su hijo no se le considera un actor. Uno más. Periódicamente, en fin, se somete a sospecha a un Salinger, pero no al otro.

Hummm. Quizás ello explique que, en efecto, el marketing sea algo tan usual en algunas series culturales –cada vez, mayor número-, que no se le ve. También explique que nuestra época tiene dificultades para identificar los posicionamientos personales. Pero pocas para observar los posicionamientos de mercado.

1 comentario:

Anónimo dijo...

¿Aden? ¿significa adiós en catalan?