-UNA UNIDAD SEXUAL EN LO UNIVERSAL. Visto lo visto, mi observación es esta. La política española es sexual. Tirando para pornográfica. Cosa sexual: el nacionalismo es el centro de los discursos. O cosa pornográfica: es el discurso. Molaría decir que eso ocurre únicamente en Galicia, Euskadi, Catalunya o Cuenca. Pero el caso de la cosa es que ocurre en todas partes. Incluso, mucho más, si uno se aleja de esas partes presumíblemente sexualmente problemáticas. Y se acerca hacia zonas uni-nacionales, uni-lingüísticas, uni-nacionales. La idea de que existe un combate entre nacionalismos allí donde chocan dos nacionalismos no es efectiva, entonces. Incluso es falsa. Es más, el biotopo que tal vez emite más y mejor nacionalismo, que vincula más y mejor política y nacionalismo, la zona con más y mayores banderas, el territorio que se ve, aparentemente, obligado a emitir un nacionalismo agresivo al estar acosado por nacionalismos excluyentes y yuyus es, glups, Madrid.
-EJEMPLO PRÁCTICO. Este verano le practiqué una entrevista a Esperanza Aguirre. Espeluznante. Era un entrevista de medio polvo, CT, nada conflictiva, de verano, buen rollito, etc. Lo llamativo del caso es que la entrevistada, desde un primer momento, directamente y sin pasar por la casilla de salida, adoptó el nacionalismo como cosmovisión y respuesta a todas las preguntas. Verbigracias: a) ante cualquier divergencia el entrevistador, la entrevistada argumentaba, y no es coña: “eso lo dice usted por que es catalán”, ADN que el entrevistador no exhibió en ningún momento. O, dicho de otra manera, la entrevistada podría haber apostado por “lo que pasa es que usted está desinformado”, “no se entera”, o por el siempre efectivo “usted es un mongo-lirondo”. Pero optó por el clásico “usted es catalán”. Es decir, “usted es esquimal”, “usted es negro”, “usted no es normal”. Esa argumentación, en otras culturas, hubiera supuesto un escándalo y un punto de penalización. En la nuestra, no. El posicionamiento de la entrevistado -”usted es etc”-, por aquí repercute sobre el pollo al que se califica. Has sido desenmascarado, te han pillado con el carrito del helado, eres, en fin, catalán, lo que te digan. Hay una tradición válida para desenmáscararte y para descartar tus opiniones a la que se te dice “usted es etc”. No hay ninguna para desenmascarar al emisor de este nacionalismo xenófovo. Es así, y no hay que darle más vueltas. Bueno. La perla de la sesión fue cuando le pregunté sobre los informativos que paga la C.A. De Madrid, en los que, dije, estaban presentes cosmovisiones de la ultraderecha. Respuesta -no se la pierdan-: “Eso lo dice usted porque es catalán. En Barcelona son unos excluyentes. No así en Madrid, una ciudad abierta, en la que nadie pregunta por los orígenes de nadie“ -nota: en su caso, no hace falta; te los dice; usted es etc”-. “Somos abiertos. Por eso no excluimos a nadie”. ¿Me está diciendo -dije-, que la extrema-derecha modula los informativos porque son una corriente de pensamiento más a respetar. Respuesta: “Claro. Yo soy liberal y respeto todas las opciones. No como usted, que es catalán”. Socorro.
-LA ULTRA-DERECHA ESPAÑOLA. Sinopsis. Lo que tengo de raro no es ningún trazo ideológico. Es un trazo racial. Soy catalán. Eso me impide ser democrático. Mi ausencia de cultura democrática, presente en mi ADN, me impide tolerar a la extrema-derecha. Como hacen los liberales. Si no fuera catalán, debería, por lo visto, comprenderlo. O, lo que es lo mismo, si usted comparte alguna arruga de mi cerebro, o mi escándalo ante las palabras de la Presi, es catalán. Aunque viva en Écija. Es decir, está en contra de un proyecto nacional. Y pertenece a otro, antidemocrático, catero, sectario y tan cerrado como para no admitir extrema-derecha como animal de compañía. El nacionalismo, el sexo, lo es todo. SI usted no lo vé, usted tiene un problema sexual.
-DEBERES PARA MAÑANA. El fascismo existe. Pero es minoritario, no tiene representación social ni, yupi, parlamentaria. La extrema derecha existe, pero, glups, goza de mejor salud. Se ha encontrado a sí misma al desprenderse de su lenguaje. En Francia, la extrema derecha ha descubierto la palabra República. Su lenguaje es absolutamente republicano. Esta mañana a primera hora, la extrema-derecha francesa es el partido con mayor vocabulario republicano. Dentro de poco, los franceses tendrán que inventarse nuevas palabras para hablar del republicanismo sin hablar desde la extrema-derecha. En España la extrema-derecha se ha hecho con dos conceptos bellos y espectaculares. No-nacionalismo y Ciudadanos. Que, personalmente, me están volviendo majara: los tengo que omitir de mi discurso para no hacerles el discurso. Lo que es de encaje de bolillos. Me es muy difícil hablar de no-nacionalismo y de valores ciudadanos sin, precisamente, esos palabros, que definitivamente se han ido al garete.¿Se les ocurre alguno nuevo?
lunes, noviembre 13, 2006
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2 comentarios:
¿consells al mestre? mmmmmm crec que la clau és parlar de la cultura.
La izquierda no debe renunciar a palabras tan hermosas como ciudadanía porque la derecha intente ocuparlas. Hacerlo supondría ofrecerles una victoria. En todo caso hay que reivindicarlas y poner de manifiesto la forma en que están siendo manipuladas.
La derecha suele ser muy hábil con la manipulación de conceptos y la demagogia. Esto me recuerda las reivindicaciones de los neonazis cada vez que les cerraban la librería "Europa" y ellos pedían "Libertad de expresión".
Pero puestos a buscar palabros de izquierdas que dificilmente la derecha intentará abducir: "colectivo", "solidaridad" o todo lo que llever "social" podrían servir.
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