lunes, diciembre 03, 2007

AUTOS DE FE

El día de autos me pilló por allá arriba. Allá arriba, lo del día de autos fue un breve. Que, se ponga uno como se ponga, es, posiblemente, lo que es. ¿Cómo ha ido por aquí abajo? ¿Se interrumpió la programación y la información para no informar nada, como todos los días de autos en la anterior legislatura? ¿O ha habido algún cambio escenográfico en los días de autos?

Por lo que he visto, había mucha hambre atrasada de día de autos. Es más, incluso en mi ciudad los chicos del Foro de Érmua han practicado el día-de-auting. Lo nunca visto. Algo me dice que, en un plis-plas, los días de autos igual son también un acto frecuente en mi ciudad, una ciudad, guau, sin mucho apego a la extroversión de sentimientos.

Los días de autos, en fin, se han convertido en 10 años en una necesidad absoluta para la ideologización de la derecha local. A través de los días de autos se comunican materiales sensibles y programáticos, que serían difíciles de emitir tan alegremente en un día sin autos. Quizás los días de autos son el mayor triunfo ideológico de la derecha local. De hecho, en los días de autos todo el mundo dice y gasta el mismo careto que se registró en la anterior legislatura. Los días de autos son una trade-mark de la anterior legislatura.

Los días de autos son, como el palabro auto-de-fé indica, un día en el que todo adquiere forma aparente de posicionamiento. Un día en el que es imposible gastar otro posicionamiento. U otra bandera. Esa cosa que se ha colado en los días de autos. Y que, tal vez, sea la razón de ser de los días de autos. Los días de autos son como una llamada de teléfono. Cuesta saber con quién hablas en realidad cuando te llaman por teléfono.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Vaya, Martínez, veo que, a estas alturas de la película, incluye usted un enlace al panfletillo ese de los 8.000 ejemplares, como mucho.
Qué lástima, haber perdido una ocasión así de disponer de un diario de izquierdas sacando ese lamentable producto terriblemente mal escrito.
Cuándo nos veremos en otra.

Anónimo dijo...

¿alturas de la película? ¿panfletillo ese? ¿lamentable producto terriblemente mal escrito? Anónimo: ¡arréglese usted esos pelos, hombre!