-RESUMEN DE LO PUBLICADO. Hoy en día no se puede matar una vaca, etc. Y en otro orden de cosas, el Estatut, la mayor intelectualización colectiva de la Transi y el mayor intento de hacerle la pirula a la Transi habidos en la plaza, ha fracasado. Es decir, no ha cambiado la forma del Estado. Para ello ha bastado con sentimentalizar el Estatut, hacerlo un sentimiento incorrecto y, posteriormente, en el pacto ZP-Mas, darle un tute al sentimiento hasta hacerlo PC. EL golpe mágico de desarticulación del cacharro ha consistido en coger la propuesta de definición de Catalunya como nación –una definición política; asumirla suponía asumir la plurinacionalidad del Estado- y darle el cambiazo –convertirla en una definición sentimental-. La cosa ha quedado así: “Nación (catalana) es un sentimiento de los ciudadanos y ciudadanas de Cataluña”. Posteriormente, se traduce el concepto nación catalana como nacionalidad, un palabro que sólo existe en la Consti española. Es decir, un palabro como torpedor, fristor o jarl, sólo reconocible por los hablantes locales. Un palabro inconcreto que los hablantes locales utilizan, por tanto y en ausencia del correcto, para articular o desarticular significados. Bueno. Al tajo ¿Qué significa la definición de nación Más-ZP?
-LA TRADUCCIÓN DE LOS SENTIMIENTOS. De la definición se deducen varias cadenas lógicas CP, que ilustran el pitote que, por definición, es lo PC. Ejemplos de Pitote: tontería a) los catalanes sienten lo mismo, por ley; tontería b) los españoles no tienen por qué sentir lo mismo que los catalanes, por ley. Tontería c), los sentimientos son susceptibles de ser tabulados, por ley. Tontería d), un catalán, como aquí el menda, sin sentimientos catalanes o españoles, queda fuera de la ley allá donde vaya. Y más, snif, si se presenta con una de esas pájaras con las que suele ir. Pero si interpretamos la cosa en clave CT, la sentimentalización de la cosa consiste en la desarticulación de la cosa. Se proponía que Catalunya fuera el Estado Español en Catalunya. Y se ha conseguido que Catalunya sea el sentimiento en Catalunya. Socorro. ¿Qué significa eso, a su vez?
-SIN NOVEDAD EN LA PLAZA. Significa que el sentimiento es sensible de ser interpretado, como todos los sentimientos. Significa que el sentimiento será mayor o menor según les rente a los políticos catalanes. Dejando en ventaja a al partido que más experiencia tienen en la especulación del sentimiento de lo catalán. Significa que el sentimiento será mayor o menor según les de a los gobernantes españoles, dependiendo ello de tener mayoría absoluta o no. Cada cuatro años, un Presi español podrá hablar catalán en la intimidad o denunciar un plan catalán para dominar el mundo, según. En el caso de no tenerla, significa que el sentimiento podrá dar pie a trato privilegiado y a cierto mangoneo económico. En el caso de disponer de una sobrada mayoría absoluta –como pasó en la última legislatura PP-, significa que el gobierno central podrá ignorar el sentimiento y emitir políticas nacionalistas, unilaterales, crispadoras y avasalladoras. Significa, en fin, disponer de lo que disponíamos antes del Estatut. Significa, en fin, situar el sentimiento nacional –español / catalán- en el lugar en el que debería haber políticas.
-CRÓNICA SENTIMENTAL DEL ESTATUT EN CLAVE CT. El pacto ZP-Mas dibuja la agudeza de ZP-Mas. Son unos monstruos y tienen golpe de genio. Han demostrado ser los mejores políticos en su género. Siendo su género la CT. Pero también dibuja la escasa voluntad de la clase política local de abandonar no sólo el periodo histórico CT, sino incluso las reglas de juego de la CT. Algo que una gran parte del electorado catalán de izquierda no comprende. Bueno, tras la sentimentalización del Estatut, así han quedado para la galería las fuerzas que han participado en tal sentimentalización.
-ZP/PSOE: ZP se ha dibujado más. No es un político que custione la CT, a la que ha dado más años de vida. Su originalidad, que algunos pollos habíamos intuido como cierto desapego a la CT, posiblemente se reduce, tan solo, a ser un político que gobierna teniendo presente la última legislatura del PP, tan bestia. Quizás eso es el significado del palabro talante. Ni idea. Ya veremos. En todo caso ha demostrado al nacionalismo español –es decir, al PP, pero también a muchos usuarios del PSOE-, que no es un rehén de ERC, como rezan los slogans del nacionalismo españetc. Ha incumplido sus promesas –“aceptaré el Estatut que venga del Parlament”-, lo cual le sitúa en la rancia tradición del socialismo peninsular CT. Y en el target líder-carismático-al-que-se-le-disculpa-todo-y-más-si-uno-mira-a-su-derecha. A su vez, ha dejado sin discurso a la extrema derecha española. Es decir, al PP.
-PSC: está más contento que unas castañuelas. Por un momento creyeron que el pacto con ZP, la ctización del Estatut, lo tendrían que hacer ellos. La situación pinta bien para un pacto de gobierno futuro PSC-CiU, que es lo que le pide el cuerpo al aparato. El aparato PSC en ocasiones tiene una cultura política más cercana a CiU que a los dos partidos de izquierda catalanes. Las principales tensiones del aparato PSC, por cierto, no son con ERC. Son con ICV. Y tienen que ver con el cemento.
-CiU. Al partido, que veía amenazada su existencia si los nacionalismos dejaban de ser una especulación continua, le ha tocado la bono-loto. El partido que menos ha participado en la reforma, el partido en cuyo honor se hacía la raforma, ha acabado siendo el que más ha rentabilizado, hasta ahora, la reforma. Por otra parte, un Gobierno central le ha dicho, en voz alta y claramente, que prefiere las relaciones Gobierno Central / Pujol stylle, que las relaciones experimentales con Maragall y un tripartito, con el que mantiene una cosmovisión, por lo visto, más alejada.
-Maragall. Ha sido puenteado por ZP y tratado con deslealtad por un partido y un gobierno. Verbigracia: desde Moncloa en ocasiones se han filtrado informaciones a la prensa que afectaban a su capacidad mental o de liderazgo. Esas informaciones, no aparecidas en la prensa escrita, sí que han servido a tertulianos durante los últimos meses. El gran defensor en su partido –y, en ocasiones, contra su partido- de una reforma que no hacía nada de gracia a su partido, ha sido arrinconado y traicionado –el mismo sábado, día del pacto ZP-Mas, Maragall realizaba declaraciones condenadas al ridículo al día siguiente- por un partido y un líder que, por lo visto, se sienten calentitos en la CT, por lo que no quieren cosas raras. Me dice un pollo que lo ha visto que, esta mañana a primera hora, Maragall gastaba –saltando las distancias, muchas-, la cara de Acebes la última noche electoral.
-ICV. Consideraba innegociables los conceptos nación, financiación y el apartado Derechos y Deberes, al que también el pacto Más-ZP le ha dado para el pelo –cosas como eutanasia, aborto y temas de igualdad también, socorro, han sido sentimentalizados-. No obstante han afirmado que apoyarán el pacto y que discutirán flecos. Supongo que son los grandes perdedores, junto con Maragall, de la región no-nacionalista del Estatut. ¿Sabrán explicar su posición o practicarán la CT –la izquierda CT, en el 78, optó por omitir sus derrotas y presentarse como ganadora; la izquierda en el 78 no explico el proceso que condujo a una Consti que fue definida como la pera limonera-?
-ERC. En este momento está en contra del Estatut resultante. Lo que es curioso. EN el futuro referéndum del Estatut, ERC –ni ICV-, puede pedir al electorado lo mismo que el PP. El no. En todo caso, la marginación de ERC es algo preocupante. Nadie en España ha valorado la importancia de que un partido abiertamente en contra de la Consti participe en una ley tan importante del Estado como el Estaut. Y nadie ha valorado que ERC es un partido de voto joven, en proyección, que aspira –y puede aspirar- a ser el partido hegemónico de la izquierda local. Su negativa, su alejamiento del nuevo/viejo marco quizás dibujará un nuevo y rampante nacionalismo catalán. Democrático, por supuesto. Pero reivindicativo y tendencte cada vez más al esencialismo, al cabreo y a la frustración. De hecho, en este mismo momento muchos chicos ERC están cabreados y frustrados ante el hecho de que el Estado no haya querido aceptar algo situado varias casillas anteriores a su paisaje favorito: la independencia. Un dato: los chicos jóvenes de ERC, para explicar la realidad a un periodista, como aquí el meda, utilizan cada vez más el palabro patriotismo. EL futuro, gracias a nuestros lumbreras, igual va por ahí. Es decir, igual especulan, en forma de CT, como antaño CiU, pero más a la izquierda, con un nacionalismo insolucionable como única política.
-EL PP. Mañana se lo explico, si consigo explicármelo a mí mismo.
miércoles, enero 25, 2006
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8 comentarios:
ok
Hola:
Era falso que la progresía española no estuviera en el debate del Estatut.
El PP -y la parte más nacionalista del PSOE- no se ha opuesto al Estatut. Hablaban -en voz a grito- de cosas que no existían.
En cambio, ZP sí se ha opuesto, y con fuerza bien glosada por Martínez, a la reforma.
Un cordial saludo,
Pep.
Este final sorpresa de acciones paralelas estilo Coppola de los Padrinos podría pintar un Carod en el palco comiéndose felizmente los pastelitos envenenados, mientras Pujol mira con anteojos cómo finalmente cae envenenado...
Cuando lo de Perpiñán lo acribillaron en el peaje como a Sonny Corleone.
La tercera parte promete.
Hola:
Hace unos años, FM Álvaro hizo un libro-entrevista con Maragall. En él se tocaba el pitote con el partido por el que salió en globo de la alcaldía.
A cuenta de eso, Maragall glosaba la escandalosa degeneración moral sita en el interior de los partidos, si bien decía que también se podía entender que para comer tanta mierda esa gente debía estar haciendo algo muy importante. Para él, la verdad estaba en el punto medio de las dos visiones. Cito de memoria, si bien las palabras "degeneración" y "mierda" estaban en el texto.
Claro que hay pocos partidos como el suyo.
Un cordial saludo,
Pep.
¿pocos partidos como el suyo? ¿en qué sentido? ¿y a qué partido aludes, Pep? ¿PSC? ¿PSOE?
Al PSC,
pep
Sigo sin entender, ¿qué quieres decir con pocos-partidos-como-el suyo?
Hola:
Los socialistas son los que, partido mediante, han sacado a más gente de pobre desde la transición. No hay ningún partido -¿quizás convergencia?- que les haya igualado en esto.
Por ejemplo, si yo me quisiera forrar con la política, no me metería en IC -el cemento, los aparatos, etc-.
Un cordial saludo,
pep
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