jueves, marzo 09, 2006

LA IZQUIERDA, MÁS CT QUE NUNCA

-FILOLOGÍA CT. Con motivo de los fastos del chorrocientos aniversario del 23-F, el Congreso aprobó un texto concluyente sobre la disciplina. La propuesta de texto inicial, en su tramo más llamativo, era la que aquí sigue:

"La ausencia de las adhesiones pretendidas o fabuladas por los protagonistas del intento de golpe de Estado, la carencia de cualquier atisbo de respaldo social y, sobre todo, la apelación del Rey a los españoles y su emplazamiento a los mandos de las Fuerzas Armadas para que se atuvieran al cumplimiento estricto de su obligación de garantizar la integridad del orden constitucional bastaron para disuadir y frustrar la intentona golpista".

En el texto final, aprobado por todo el mundo –incluso por ERC, partido que se negó a firmar la declaración anterior-, la cosa quedó así:

[el golpe se frustró debido] "a la carencia de cualquier atisbo de respaldo social, la actitud ejemplar de la ciudadanía, el comportamiento responsable de los partidos políticos y de los sindicatos, así como el de los medios de comunicación y, particularmente, el de las instituciones democráticas, tanto la encarnada por la Corona como por las instituciones gubernamentales, parlamentarias, autonómicas y municipales".

¿Qué significan estos cambios?

-LA INTENSIFICACIÓN DE LA CT. Los textos, a ojímetro, parecen muy parecidos. Es más, lo son. Si se fijan, los textos a) y b) se parecen en que:

a-Ambos intentan explicar la Historia desde un parlamento. Es decir, desde un poder político.
b-Es decir, ambos impiden que la historia la expliquen los historiadores. Ambos supeditan la historia a la política.
c-Es decir, ambos fijan que la historia reciente de España es un problema político.
e-Es decir, ambos dejan al Estado –en este caso, al Congreso, una institución del Estado-, la capacidad normativa de la historia.

Si hubiera algún partido que interiorizase la CT como fenómeno y que, además, estuviera abiertamente en contra de la CT como fenómeno, ese partido se hubiera negado a firmar la declaración, y hubiera dejado el 23-F a la libre interpretación de la ciudadanía. Incluso hubiera podido participar en la realidad a través de una interpretación determinada, explicada por la boca de la cara, pero no expuesta como documento oficial de Estado. No ha sido así. El partido más alejado de la CT –un partido inequívocamente republicano e independentista, dos palabros que le alejan, en principio, de lo CT-, ha participado en el texto intensificando la cosa CT. A saber. El texto a) es la vulgata CT sobre el 23-F –golpistas colgados, desvinculados de la realidad, puras setas en un país sin franquismo + un rey bueno que luchó por la democracia-. Es un mito elaborado desde la verticalidad CT, desde la seguridad que da disponer de una cultura oficial, de Estado, que impide otras vías de investigación –verbigracias: en un país con 40 años de dictadura facha, ¿no había fachas?; ¿el rey no participó y no tuvo conocimiento de nada? ¿Ni siquiera de la movida Armada?-. La opción del texto b) no sólo es la misma, sino que queda supone la intensificación de la anterior. El idealismo histórico se amplía a más sujetos –no sólo hubo un rey bueno, si no una ciudadanía buena, unos partidos buenos, unos sindicatos buenos, unos medios de comunicación buenos y unas instituciones democráticas monárquicas, centrales, periféricas y municipales buenas-. La opción del texto b) amplia la participación en unos sucesos con muy poca participación. Es más, unos sucesos en los que en ocasiones no está claro quién participó. Si la Transi, en su opción CT, es un proceso en el que todos participamos -¿participó todo el mundo en la Transi? ¿Unos más que otros? ¿Desaparecieron participaciones?-, el 23-F debe de ser, por tanto, lo mismo.

Las izquierdas no sólo no ven la CT, si no que no la consideran un peligro. Es posible que la intelectualicen como algo a defender. Lo que orienta en la idea de que los grandes ataques a la CT provienen, snif, de la derecha. La derecha –socorro-, es el único ente que está haciendo algo extraño con el lenguaje CT. Algo tan extraño y violento que invita a la izquierda a no hacerse la picha un lío y en recurrir a la CT para diferenciarse de la derecha. Mañana les hablo sobre el lenguaje de la derecha, últimas tendencias.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Ejemplo de utlización de palabras correctas. Catalunya, que sigue siendo oficialmente una nacionalidad, esa cosa que no ofende a la CT, tiene oficialmente símbolos nacionales, esa cosa que tampoco ofende a la CT catalana.