Hoy, día de la Consti, o de la Purísima –yo los confundo; igual porque son dos dogmas parecidos-, he tenido una epifanía al filo de lo escrito ayer. Epifanía: es cultura española todo aquel esfuerzo encaminado a la Cohesión. Lo que no ofrezca Cohesión, lo que se aleje del trade-mark Transi -esa forma de ver la política, la historia reciente y la literatura-, es heterodoxia.
Don Marcelino decía aquello de que la cultura española es catolicismo. Y todo lo que se aleje del catolicismo, el elemento cohesionador hispano hasta el siglo XIX, es heterodoxia. No estamos, pues, tan lejos de la cosmovisión española dominante hasta el siglo XIX. Quédense con la copla de Don Marcelino, sustituyan la alocución dogma-católico por la alocución dogma-político –el dogma democrático español se parece un huevo a lo que antaño fue el dogma católico: es una (la) forma de interpretar el pasado, el presente y el único futuro posible-, y seguiremos teniendo una sociedad COhesionada. Y gregaria. Y una definición cachas de la CT. Y una interpretación de su vigor y de su éxito. Su éxito, su vigor actuales, tienen algo que ver con el terror a estar sólo, el terror a ser diferente, el terror a no formar parte de la cohesión, el terror a ser desestabilizador y ser tratado, glups, como un desestabilizador.
Don Marcelino, empero, tenía cuatro volúmenes dedicados a los heterodoxos españoles. Pollos que, en algún momento o en todos sus momentos, se alejaban del dogma católico. En su hit-parade de heterodoxos aparecen los all-stars de la literatura española. Y los segunda fila, y los medio pelo. Lo que puede inducir a pensar que con el anterior pack de cohesión existía una mayor tensión cultural que ahora. Un indicativo, tal vez, de que la Inquisición del nuevo pack de cohesión tiene más juego de piernas. No sé. ¿Ustedes qué dicen?
martes, diciembre 06, 2005
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