Estimado anónimo, ayer mismo me partía el pecho leyendo su Mío Cid. Muy bueno lo de “et las majó a palos”. ¿De esa frase viene el concepto “majismo”? Anyway. Ignoro si el 68 fue una revolución. Esta mañana me ha llegado propaganda de Hacienda. De lo que deduzco que la revolución esa no se ha producido. En todo caso, estas líneas –y los pots anteriores-, no hablan de la revolución del 68. Hablan de su consecuencia / lo que vino a continuación. Lo que vino a continuación fue la perversión del lenguaje. Es decir: el poder y la sociedad utilizando, por primera vez, un mismo lenguaje.
Esta mañana a primera hora, el poder y la sociedad tienen una misma cultura. Quién no tiene esa cultura, despierta sospechas. Para bien. Y para mal –y, aquí, les podría endiñar mi biografía-. La decodificación del lenguaje y de las convenciones, ya no sucede en la literatura. Sino, posiblemente, en algo muy parecido a lo que se ha convertido la literatura: la publicidad.
Humm. El 68 iba a darle para el pelo al Estado. Pero, snif, acabó haciéndole la ITV.
viernes, mayo 09, 2008
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1 comentario:
Los anónimos somos tantos que es imposible no confundirse, pero debo aclararle que el Mío Cid no es mío. Podría decir algo sobre majadas y majismos, pero me abstendré - la filología me vuelve majareta y tampoco es plan.
Por lo demás, aunque sigo sin estar de acuerdo con su trazado del hipotético itinerario desde los hechos del 68 - fueran lo que fueran - a la ley antitabaco y lo demás, creo que en el fondo estamos de acuerdo.
Una pregunta perversa, más que nada para tirarle de la lengua:
Si alguien como Jiménez Losantos, por mencionar solo una persona fácilmente reconocible y clasificable, por aquel entonces defendía las ideas del 68, ¿la perversión está en las ideas o en este personajillo? ¿ O acaso en ambos?
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