viernes, julio 08, 2005

EJTAMOJ MUY TRIJTEJ

-ESTO SE ANIMA. Carlos, te notifico que, tras tu último post, me debes una cena. Razón: utilizaste signos de admiración –es decir, hablaste con la vena del cuello inflada-. Y, hacia el final, te pusiste calderoniano, ese tendencia tan exitosa en la cultura política nativa. Cena, detalles secundarios: llámame sentimental, pero te rogaría que fueras tú la persona que se ponga el trajecito de enfermera. Por lo demás, tu post era una perita en dulce. Lo que aquí sigue será, pues, un intento de tocarte la pera. Dulcemente.

-SOBRE “LA CONFUSIÓN DE MARRAS”. “[En Catalunya] se conculca el derecho de los castellanohablantes (¡que es, como mínimo, la mitad de la población!)”. Carlos: deja de ser calderoniano. Sal de la torre y mira Polonia. En lo que es un error de bulto en vuestros análisis, la mitad de la población catalana no es castellanoetc ni catalanoetc. Las dos lenguas viven, incluso, en la misma casa. Y en la misma cabeza. El catalán y el castellano no lo hablan pitbulls ni chow-chows, dos comunidades reconocibles a simple vista. Lo hablan personas de todo el estrato social que, al menos hasta la fecha, no ven que el castellano o el catalán tengan dueño. Esa mayoría civil, también hasta la fecha, ha impedido que hayan posicionamientos freakies castellanos o catalanes llamativos.
-Hablas de normalización. Y la sacas de madre. Te la explico. El concepto de inmersión lingüística es una dinámica inventada por la minoría sueca de Finlandia. No por Goebbels. La idea era que una comunidad pequeña, rodeada de otros hablantes, pudiera ficcionar una situación de normalización lingüística en la escuela, donde hasta el gato hablaría sueco. Cuando se adaptó la cosa, CiU estaba por crear dos escolarizaciones diferentes. Las izquierdas –los inmigrantes, pollo-, asumieron el catalán como valor civil y democrático y decidieron no dividirnos en comunidades. La normalización consiste, pues, en una asimetría que intensifica el uso de un idioma en determinados ámbitos. Las asimetrías no son perdurables en el tiempo. Los fondos de cohesión, por ejemplo, no fueron, snif, eternos. El proceso de normalización, tampoco lo será. Algún día habrá que tocarlo. Cuando llegue ese día, las políticas lingüísticas tendrán que abordar otra realidad: una sociedad en la que, como mínimo, se hablarán cuatro lenguas nativas. Dos, posiblemente, africanas. He hablado con líderes independentista sobre el tema. Lo tienen claro. ¿España, a su vez, tiene claro que nunca más será un país monolingüe? ¿Cuándo llegue el momento de discutir sobre la nueva realidad, ¿qué haréis los chicos de ideal lingüístico hegeliano con el castellano?
-Sartre, la burguesía, etc. Dejas ir, demagógicamente, que la política lingüística es fruto de la derecha. Negativo. Pase a la anterior casilla.
-“¿puedes señalarme algún derecho de los catalanohablantes que esté actualmente conculcado en Catalunya?” Ninguno. Y en ninguna lengua.
-Confundes, nuevamente, lengua con identidad y con nacionalismo. Lo cual te lleva a hablar de amenaza independentista. Una secuencia lógica dadá. Sudamérica, que se fue pitando de España, hablaba castellano. Afirmas que “y eso [independizarse], no es legítimo en democracia”. Por mi parte afirmo que independizarse o no es legítimo en democracia. No me tira la independencia, en tanto no me tiran los Estados nacionales –ojo: Rubert de Ventós está emitiendo un atractivo discurso independentista y no-nacionalista cachas; si el ultra-nacionalismo PP hubiera durado una mieja, ese discurso se hubiera hecho de oro-. Por eso estoy a favor de una reforma constitucional que apunte la plurinacionalidad del Estado y acabe con la concepción de Estado Nacional de España. El Estatut, que tratáis en vuestro manifiesto como símbolo, va, al parecer, en esa dirección. Vosotros, al parecer, vais en la dirección contraria: hacia el Estado Nación. Sois, snif, separatistas españoles.

-SOBRE “MÁS SOBRE LA CONFUSIÓN”. “Qué significa «las lenguas peninsulares minoritarias no son lenguas normales. Son lenguas sin Estado». ¿Qué entiendes por lengua normal; el quechua?” No. El quechua, hablada por millones de hablantes, no es una lengua reconocida en ningún Estado. No es una lengua “normal”. Es de segunda B. Sus hablantes no saben escribirla. No tiene prestigio. No está normalizada y le costará un huevo estarlo. En los países donde se habla no es, en fin, una lengua con los mismos registros, posibilidades y servicios que el castellano. No posibilita los mismos accesos ni promoción a sus hablantes. Si no sabes la diferencia entre una lengua sin Estado y una lengua de Estado, no sabes la diferencia entre un abuelito con pensión o sin pensión. ¿Las lenguas sin Estado deben acceder al Estado para normalizarse? Yo creo que no. Tu apuntas, tácitamente, lo contrario, es decir, que apuestas por la opción nacionalista.
-“No, Martínez, no, la Consti dice lo que tiene que decir una Consti en un país con más de una lengua: que el castellano es la lengua oficial de España, y cooficial en aquellos territorios que tengan otra. Y eso no es una definición territorial de lengua”. Este fragmento es una verbena:
a-Para cargarte lo de territorial utilizas el palabro territorio. Prueba no superada. Te argumenté el carácter territorial de la cosa en Europa y en España. Afirmas lo contrario, sin argumentación y con un par. Puedes afirmar lo que afirmas, como puedes defender que la Tierra es plana. Pero si haces un manifiesto sobre eso, se te caerá de las manos. Plof. O se te caerá hacia el, ejem, idealismo: opciones políticas que no necesitan la realidad. El futuro, quizás, va por ahí. Igual estás en el lado acertado.
b-Una Consti, ni tan siquiera la española, dice lo que tienen que decir. Una Consti no es la Torá. Es un compendio de opciones. Discutibles y reformables.
c-En un país con varias lenguas, por otra parte, una Consti puede decir más cosas. Y menos. La Constitución de los USA, por ejemplo, no dice nada. La lengua es considerada un derecho individual. No hay lengua oficial. Se habla, tácitamente, el inglés. Algunos Estados han empezado a hacer referéndums para oficializar el inglés. La razón: los hablantes hispanos no entienden que la lengua sea un derecho individual. Se niegan a hablar inglés y crean comunidades lingüísticas y asumen derechos colectivos por los que no optaron los irlandeses, los chicos yiddish, los alemanes, los italianos. Los Gobiernos españoles y la Casa Real han intervenido en ocasiones en esa polémica. Han reclamado para Puerto Rico medidas tendentes al monolingüismo hispano. Medidas que superan las opciones del catalán en Catalunya. El nacionalismo español, en fin, no entiende los derechos individuales.
-Las Oficines de Garanties Lingüísticas, que presentas como checas, y en lo que es una grave erosión a la honestidad de tu discurso, siguen sin existir. Ni siquiera en las chorrocientas mil líneas en las que las describes. No te voy a defender esas oficinas. Pero te voy a explicar lo que no son y lo que, si algún día son, me empujará a firmar un manifiesto más bestia que el tuyo. En Catalunya no es posible –repito, no es posible-, denunciar –ni tan siquiera con “confidencialitat garantida”- el uso privado de una lengua. Te lo diré de otra forma: nadie –repito, nadie-, puede denunciarte ni denunciarme, como has señalado en algún post anterior e intentas señalar en éste, por utilizar una lengua y no otra. Sí que se puede denunciar a cualquier cosa con aspecto de servicio público por no cumplir la ley. Ejemplo: no vender un producto / no atender a un ciudadano porque utiliza una lengua determinada de las dos posibles –algo, por otra parte, denunciable, ¿o no?-. Otro ejemplo de incumplimiento de la ley: rotular un local en, únicamente, lengua castellana. La ley catalana –con puntos freakies y gestionada por mucho pollo freaky-, es una simetría del castellano –una tradición, por otra parte, muy freaky en la gestión del idioma-. El Ministerio de Industria, en ese sentido, prohíbe rotular comercios en todo el territorio –territorio, du-dua, Carlos- carente de cooficialidad, en una sola lengua si esa sola lengua no es el castellano. Lo cual excluye el euskera, catalán, gallego, árabe, turco, inglés, alemán, serbocroata o quechua. Y está penalizado. Vamos, que pagas multa si te viene un inspector. La Agencia Catalana del Consumo es, por otra parte, lo que su nombre indica. Inspectores que van por ahí mirando si tienes el extintor y la rotulación del comercio al día. Mi papá me enseñó a esconderme cuando venían los inspectores de la luz. Y sigo esa tradición. Los inspectores no son la alegría de la huerta. Pero no son lo que intentas apuntar. No obligan al monolingüismo, ni a ciudadanos ni a empresas. Un comercio, vamos, no está obligado a rotularse únicamente en catalán. Confundes tus deseos con la realidad. Y, en ese sentido, me sorprenden tus deseos.
-“Es estrictamente una práctica fascista empujar desde la Administración a unos ciudadanos a la delación anónima de otros por el uso privado que hagan de su lengua”. Es estrictamente una práctica fascista crear información falsa para provocar el conflicto y la solución. Los Protocolos de Sión, Carlos, nunca existieron. Y mira lo que se lió. Cuidadín, por favor.
-“Que alguien como tú crea, finja creer o quiera hacer creer que eso «no existe» es un síntoma gravísimo de corrupción social y de desistimiento moral”. Toma, moreno.
Se cuenta de Albert Boadella, un crack del que soy usuario, la siguiente historia. Tenían que actuar en un pueblo de la Catalunya profunda. El primer día no se comieron un kiki. Al día siguiente hizo una rueda de prensa y denunció que una actriz de la compañía había sido violada por un cazurro del pueblo. El teatro se llenó en los días siguientes. Denunciar violaciones tiene su cosa espectacular. Es un llenapistas. Pero cuando las denuncias son falsas y encaminadas a hacer oro tipo de taquilla, se está practicando un deporte, de dilatada tradición, inquietante. Y que siempre acaba igual.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Dice Martínez: "La normalización consiste, pues, en una asimetría que intensifica el uso de un idioma en determinados ámbitos." Bonito, lo de "asimetría". Pero es por el bien del catalán, no?? O sea, por "nuestro" bien, ya que el catalán se asumió como "valor civil y democrático".Y durará cuánto, Martínez, la asimetría? Pues todo lo que haga falta. Y se acentuará la asimetría, si hace falta, ¿cuánto? Pues todo lo que haga falta. Sólo habrá que confiar en el buen criterio de esta "izquierda" protectora de los valores democráticos, no??