viernes, julio 01, 2005

KID FELIU VS KID MARTÍNEZ

Comienza la polémica. En Barcelona nos conocemos y saludamos todos. En ocasiones tengo la pesadilla de ser yo el primer pollo a quién BCN no saluda. En ese trance, me despierto sudando y llamando a mi mamá. Bueno. Aprovechando ese rasgo BCN, vamos a iniciar una polémica con Carlos Feliu, amigote, un gran tipo, con el que da gusto irse a liarla y con el que me he corrido alguna juerga espectacular, esa cosa tan poco barcelonesa. En nuestras veladas, siempre he creído haber coincidido con él en la región de la izquierda divertida. Por eso me sorprende un poco su ultimísimo posicionamiento. Y, por eso mismo, creo que merece la pena que establezcamos un diálogo sobre ese ultimísimo posicionamiento. Carlos, a su vez, se presenta tal que así:
“Me llamo Carlos Feliu Zubizarreta, tengo 45 años, mis oficios principales han sido la Lingüística y su docencia –soy profesor tutor en la UNED-, y las envilecedoras labores editoriales. Por gusto y afición, además de aquélla, me he interesado por la literatura -cada día menos-, la historia, y la teoría social y política. Inevitablemente, por ser catalán, llevo años enredado en los asuntos del patriotismo, y hasta en la elaboración de un libro sobre el asunto que sigue sin ver la luz. Soy impulsor y firmante del «Manifiesto por un nuevo partido político en Cataluña».”
Bueno. Polémica. Digo yo, Carlos, que la cosa podría ser así. Uno –en ese caso, empezaré yo-, emite una pregunta. El otro responde y, a su vez, emite otra. Las intervenciones no podrán ser muy tochas. Dos folios. Uno, si es posible. Se trata de una polémica no CT. Es decir, queda prohibido hablar con la vena del cuello inflada, así como utilizar los palabros calderonianos / acebianos “mezquino” o/y “deleznable”. Queda suprimida, también por ser como muy CT, la descalificación ganadera –es decir, ubicar el discurso del contrincante como procedente de una manada de reses mezquina y deleznable.- Se tratará de defender posicionamientos y perspectivas individuales. Si alguien decide proyectar en su discurso otro discurso cubierto por un partido, pagará prenda. En el caso de que seas tú, ruego que tu pago consista en un cenorrio con tu novia y su hermana, en el caso de que tenga una hermana clónica. En el caso de que alguien pronuncie la alocución CT “yo le he dejado hablar a usted, ya ahora debe dejarme hablar a mí”, quedará eliminado e irá a la casilla de la cárcel, directamente, sin pasar por la casilla de salida y sin cobrar las 20.000 púas. Además, deberá pagar otro cenorrio, al que desistirá asistir, no así su novia y su cuñada clónica que, además, irán vestidas de enfermeras.
A lo largo de la polémica -presento aquí mi propósito en esta polémica; te ruego que hagas tu lo mismo-, mi objetivo es defender –es decir, je, je, atacarte-, la siguiente secuencia lógica. El Manifiesto que habéis emitido para atacar un nacionalismo, no parte del no-nacionalismo, si no que es nacionalismo, a gogó y como para una boda. Pretendo, pues, defender, desde una óptica no-nacionalista exótica –es decir, que no existe mucho por aquí abajo; es perceptible en cierta intelectualidad BCN y en cierta cultura política ambiental BCN; últimamente lo percibo también en los textos de Juan Aranzadi, autor interesantísimo, que he descubierto gracias a mi amigote Pep, a quién saludo; hola Pep-, que vuestro manifiesto se relaciona con la última modulación del nacionalismo radical español. También denominado, snif, no-nacionalismo por Mayor Oreja, Nicolás Redondo Terreros y toda una corriente espiritual que ha acabado parcialmente en la oposición y en la FAES. O que, siendo más optimista, vuestro manifiesto y las actitudes que lo han acompañado, sólo puede atraer a ese público. Ese público proclive a esa atracción es, en fin, la extrema derecha española. Como sucedió con lo del Foro Babel. Cuidadín.

Bueno. Al tajo. Mi primera pregunta son estas tiras de preguntas, encaminadas a aclarar la génesis del caso de la cosa. A modo informativo y rapidillo. Ahí van: a) ¿A que dinámica de grupo -¿cenorrios? ¿tertulias? ¿qué tipo de encuentros?- se debe el manifiesto? ¿Qué variaciones, sobre el texto original, se hubo de asumir para acabar con el texto final? ¿Por qué desapareció del texto final el palabro “izquierda”? Me consta que uno de los all-stars más mediáticos del manifiesto, se enteró por la prensa de que el manifiesto reclamaba la fundación de un partido. Si eso es realmente así, ¿cuál era la idea inicial de los manifestados en el manifiesto? Y, la primera pregunta, ejem, puta, para ir entrando en calor: explícame tu percepción, traducida a hechos empíricos, de ese nacionalismo catalán agresivo e incívico, que yo no veo por ninguna parte a esa escala escandalosa. Y explícame también la falta de alusiones en vuestro manifiesto al nacionalismo español, uno de los dos más agresivos por aquí abajo.

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