sábado, febrero 12, 2005

LAS IZQUIERDAS

Barcelona. Carmelo. Mil habitantes desplazados. Lo cual da a la tragedia del Carmelo una entidad de tsunami en California. Es decir, de catástrofe en el primer mundo. Las catástrofes explican qué talla gastan los seres. Una señorita, un caballero, un gobierno, sólo se miden ante las catástrofes. Ante las catástrofes es cuando uno –señorita, caballero, gobierno- descubre si es un héroe o un chivato. Por otra parte el tsunami/tragedia Carmelo es la primera catástrofe local con Gobierno de izquierdas en el Estado en seis añitos –en Catalunya, el primer Gobierno de izquierdas en chorrocientos años-. La gestión de la crisis puede, por tanto, orientar un poco sobre qué es la izquierda. O, al menos, la izquierda en el trance de gobernar. Así, a lo bruto, la izquierda se ha dibujado a sí misma durante el tsunami como a) amable. En lo que es un detalle, la izquierda sacó a los vecinos de las casas antes de que se cayeran, les ha ubicado en hoteles y, parece ser, les va a dar pasta. En el anterior tsunami Barcelonés –Turó de la Peira; unos edificios con aluminosis se autodisolvieron-, el Presi Pujol dibujó a las derechas ante los tsunamis en la frase, dos puntos, “los ciudadanos deben de empezar a considerar que un piso no es para toda la vida”. Es decir, sálvese quién pueda. Es una izquierda que b) conoce las escenografías del poder. De hecho, el gobierno consistorial y el de la Gene –dos tripartitos-, han hecho piña durante la crisis, que es como resuelven las crisis los gobiernos planetarios con ganas de seguir siéndolo –la última crisis de un gobierno de derechas por aquí abajo, 11-M/13-M, se solventó desde el PP, y se sigue solventando, haciendo piña, negando la existencia de cualquier tsunami-. Es una izquierda que c) no dimite ni por casualidad. Algo normal en un país donde todos los políticos son de la escuela Obiang N’guema. No obstante, la izquierda ha ensayado un nuevo modelo de no-dimisión, consistente en prometer dimisiones para dentro de un futuro variable. Los posibles candidatos a ser dimitidos participan, pues, en una suerte de OT de la dimisión. Por último, es una izquierda con d) problemas con la comunicación, tal y como han demostrado las quejas de los vecinos del Carmelo, a los que no se les ha explicado nada, y del Col.legi de Periodistes de Barcelona, que ha formalizado las dificultades encontrada para explicar algo. Como la derecha, las izquierdas no se fían un pelo de los medios de comunicación. Eso sucede, socorro, en el país de Europa donde, por otra parte, los medios de comunicación son más amables con sus gobiernos –recuerden que, por aquí abajo, los tsunamis se pueden paralizar tres días llamando a un director de periódico-.

1 comentario:

Anónimo dijo...

ok