martes, junio 14, 2005

LA DESLOCALIZACIÓN DE MANIFESTACIONES

EL victimismo era, hasta cuatro días Factor Vic Naranja –es decir, un color compuesto en el que, si uno se fija, está presente el color rojo-. Ahora, a través del Factor Vic Cristal –Vic naranja escribe endeble / Vic cristal bestial / dos factores a elegir-, es el gran descubrimiento de la CB. La CB, cada fin de semana, juega con su nuevo juguete. En la calle. Con sus amiguitos. A través de las pasadas manis –de víctimas desesperadas, furiosas, hartas de siglos y siglos de persecución- contra el diálogo con ETA y contra la devolución de los papeles de Salamanca. Y a través de las próximas. A saber: contra los new-matrimonios, contra los que están en contra del PHN y –novedad inquietante- contra las leyes de inmigración. Estas manis, por cierto, se llenan de pancartas a favor de la unidad nacional. Y a favor del paredoning, método tradicional con el que por aquí abajo se ha conseguido, en tiempos difíciles para la unidad nacional, la unidad nacional y todo el pack que se cuela bajo epígrafe unidad-nacional. Esas pancartas que, aparentemente, no se relacionan con el tema de la mani explican el verdadero slogan de las manis, en lo que es, ahora que lo pienso, una característica de la CB: crear un vocabulario democrático o, al menos, correcto, con el que en realidad se habla de algo con patina no-democrática e incorrecta. El Manifiesto de Barcelona –ahora que lo pienso, indeed- es, en ese sentido, una mani CB. Slogan que alude más o menos a una posible problemática civil preexistente, y pancartas CB bestias. Tendría que hablar de ello más detenidamente. Quizás esa semana. Bueno. Al tajo. ¿Cómo la CB se ha apropiado, le ha dado un tute y ha reconvertido el Factor Vic en un atributo propio? ¿Cómo ha sido posible que la CB deslocalizara el Factor Vic de su lugar de origen? Hipótesis: con una deslocalización previa, una apropiación que realizó mientras estaba en el poder. La democracia, mamá. No se vayan, amiguitos.

-LA DESLOCALIZACIÓN. PRIMERA ENTREGA. La llegada al poder del PP –“la vuelta al poder”, como lo llamó, sabiamente, Cascos, ese ideólogo- supuso, objetivamente, la mayor y más amplia meditación realizada por aquí abajo ante la CT. El PP, en tanto que poder, tenía en sus manos una herramienta que se llamaba CT. Y la utilizó conscientemente no para solucionar problemas coyunturales, no para aplazar formulaciones o definir polémicas, sino para formular ideología de una forma directa. En tanto que gestor de la CT, utilizó el verticalismo cultural de la CT para reformular su proyecto. Su proyecto: el post-franquismo. El éxito fue rotundo. A saber: disponía de muchos medios y plataformas para la difusión de sus mensajes –los medios Brunete y los medios del Estado-, y disponía también de la garantía de que los medios CT, por definición, nunca utilizarían armas de destrucción masiva contra un Gobierno. Como se vio durante los idus de marzo. Sabedor de su hegemonía cultural, la utilizó. E hizo de ello una sabia gestión. Sabia gestión: a) en lo que es un atributo CB, democratizo conceptos no democráticos y recauchutó ideas predemocráticas a través de un vocabulario democrático. Su do de pecho, en ese sentido, fue ampliar el concepto terrorismo a todas las fuerzas políticas españolas, y reducir el concepto democrático a su sólo partido, en forma de apropiación de la Consti. Algo aberrante pero que –la CT no tiene manera de desautorizar un mensaje que viene de arriba- coló. O coló más de la cuenta. EL otro hallazgo consistió en b) atar con la CT a la oposición y a los discursos antigubernamentales: el PP, como gobierno, para elaborar políticas agresivas, desintegradotas, crispantes, beligerantes, de descohesión territorial, utilizaba las mismas herramientas y la misma poética que la mayoría absoluta que el PSOE, que no podía emitir críticas sin criticarse, sin criticar la CT que PP y PSOE compartían. El poder es el master de los partidos. El PP, en ese sentido, aprovechó su master. Adaptó el postfranquismo a la Transi –ese concepto que uno suponía ya adaptado definitivamente y suficientemente a la Transi a través de la Consti-. Aprendió el funcionamiento de la Demo española y de sus reglas culturales, se las apropió y creó una máquina estupenda. Que falló puntualmente durante tres días. En el caso de que vuelva al poder, no creo que vuelva a fallar por falta de cintura ante un atentado cometido por un emisor no previsto.

-LA DESLOCALIZACIÓN DE LA CALLE. USTED SE ENCUENTRA AQUÍ. El PP descubrió en su etapa gubernamental la posibilidad de emitir ideología a través de la CT, esa cosa inventada para no transmitir ideología. Si no hubiera abandonado el poder, hoy, a la CB, se le podría seguir llamando CT, la cultura (de Estado) por aquí abajo. Bueno. Al abandonar el poder está haciendo algo puntero, algo nuevo, algo que no hizo el PSOE en la oposición. Está reformulando la oposición, tal y como reformuló el ejercicio del poder anteriormente. SU reformulación de la oposición se parece mucho a su reformulación del poder. Está deslocalizando dinámicas CT que, hasta ahora, eran patrimonio estilístico de la izquierda. La principal novedad formulada hasta la fecha, en ese sentido, es el Factor Vic Cristal. Ponerse llorica, perseguido, copado por el orgullo ciudadano y salir a la calle a movilizarse contra el ejercicio de poder abusivo. Ahí, en la calle, en lo que es el espíritu Factor Vic naranja, pero deslocalizado, no sólo se manifiesta contra una hipotética guerra, sino también contra un Gobierno. Y contra ago más amplio que un Gobierno: las manifestaciones, a tenor de sus pancartas y de las declaraciones de sus usuarios, utilizan la estética CT para manifestarse por unos inputs propios de la extrema derecha europea. Auguro un gran futuro al nuevo gran descubrimiento del PP y a la nueva incorporación a la CB, como le auguré un gran futuro a ambas cosas cuando el PP cortaba el bacalao. Es posible que la pirueta que ahora propone el PP sea muy bestia –también lo eran las anteriores-, y es posible que, como pasó en la etapa PP gubernamental, el PP oposición también se estrelle. Pero si pasa eso será, como en la anterior ocasión, por algo en lo que tengan que participar y opinar culturas extranjeras. La CT no tiene posibilidades de explicar, ahora tampoco, lo que pasa. Verbigracia: la CT no puede denominar al PP extrema-derecha, esa cosa que no existe en España desde la Transi, tal y como afirma la CT all-day-long. Humm. Mañana les hablaré de esa curiosidad.

1 comentario:

Anónimo dijo...

¡Hola!

Seamos un poco optimistas: quizás se pueda mostrar que la CB tiene límites, los impuestos por la CT. Para ello propongo interpretar la actitud del PSOE desde dos puntos de vista diferentes:
OPCION 1 ("el compadreo"): si el PSOE se alía con partidos nacionalistas (ERC, Chunta Aragonesista, PNV, Bloque Nacionalista Galego) es sólo para pillar cacho;
OPCION 2 ("Maquiavelo"): el PSOE empieza a superar uno de los límites de la Transición al flirtear con un estado federal. Demuestra más flexibilidad al aliarse con las izquierdas nacionalistas (ERC, ChAr, BNG) o no ilegalizarlas (PCTV). No olvidemos que éstas se desarrollan en el vacío creado por la incapacidad de la izquierda "nacional" (PSOE, IU) para salir del "consenso"/CT.
En ambos casos, el conflicto con el PP está servido. En la opción 1 porque ambos compiten por pillar cacho. Pero en la opción 2 porque se empieza a vislumbrar un costurón en la CT, en forma de cuestionamiento de la forma de Estado vigente hasta ahora. En este caso, el PP estaría preso de la CT, y su uso de la CB sería suicida: sus postulados neofranquistas lo alejan de una mayoría social acostumbrada por la CT a huir de todo lo que huela a conflicto o problemas. Y es que en la CT se duerme tan bien ... Entonces, el recurso a la CB es imitar la táctica Woityla (o como se escriba): formas aparentemente modernas (victimismo, manis, sonrisas en vez de skins, etc.) pero discurso rancio. Y esto disgrega la base social de ambos.
La radicalidad y la crispación marcan el límite que la CT ha enseñado a todo españolito a no atravesar jamás (fijaos en la presencia/ausencia de la Guerra Civil). Traspasarlo significa batacazo seguro (fijaos en el PP y las dos últimas elecciones vascas). Perseverar en la línea CB es contraproducente porque significa impulsar la mentalidad/secta: 1) fanatizo el núcleo, pero 2) espanto a la periferia.
Aquí llego al último punto, que Guillem ha señalado con mucho acierto en otros mensajes, y que también marca un límite para la CB:
1) la CB usa técnicas modernas y mentiras para crear un mundo virtual, alejado por tanto de la realidad, pero
2) el PP no es un ente espiritual, sino una criatura de este mundo y esto, en política=pillar cacho=llegar al poder. Y llegar al poder exige conocer palmo a palmo la realidad, sobre todo cuando, como todo aparato partidista que se precie, come del poder. ¿Están las alegres huestes del PP por ser "fieles a los principios (¿del Movimiento?)" o por pillar cacho? Un fracaso en Galicia nos mostrará la solución al enigma. Y quizás la CB sea arrinconada en favor de la CT y de su gran descubrimiento/mito político: la lucha por el Centro.
En este lodazal, el cambio sólo puede llegar desde fuera, aunque adaptado/descafeinado a la cultura/gustos "de aquí" (¡hablo como Arzallus!). Los esfuerzos de ZP por presentar el NO franco-holandés como si fuera aprovechable por su SI es de antología (casposa, pero muy CT).

Un abrazo a todos,
JC