jueves, marzo 03, 2005

GRAN FESTIVAL DE LA LEYENDA URBANA

Hola amiguitos. Si se fijan, esta mañana a primera hora el escenario en el que ustedes y yo vivimos ha recurrido a la Leyenda Urbana para practicar su ITV diaria. A lo bestia. Lo que puede confirmar la posibilidad, apuntada ayer, de que por aquí abajo la Leyenda Urbana sea una tradición muy vigorosa. Lo que es curioso, pues la Leyenda Urbana no acostumbra a tener vigor, debido a que carece también de rigor. En otras culturas se utiliza para colorear la realidad. Aquí, para explicar amplias porciones de realidad. De lo que se puede deducir que la Leyenda Urbana limpia, fija y da esplendor a la Cultura de la Transi, esa colección de mecanismos culturales que posibilitan que nuestra cultura sea más útil para ocultar la realidad que para leerla. Bueno. Leyendas Urbanas Frescas del Día. Tres. A saber: a), b) y su prima, que se llama c).

-HOLA. SOY LA LEYENDA URBANA A). Leyenda Urbana a): Letizia va y tiene anorexia. Fin de la Leyenda Urbana a). La noticia apareció en la prensa extranjera y, posteriormente, fue publicada en la española. Este modo patológico de informar sobre The Bourbounes informando de la prensa extranjera es muy común por aquí abajo. Fue utilizado con gran maestría y juego de piernas por los autores del muy recomendable Un rey golpe a golpe, que para evitar cualquier problema en los juzgados, recurrieron como fuente a la prensa internacional. Si alguien les demandaba, demandaba a la prensa internacional. Es decir, a la realidad contrastada allá donde es posible. Ese modo de informar, por otra parte, es un indicativo de que, para amplias zonas de nuestra realidad, la Cultura de la Transi es menos útil que los objetos que ofrecen otras culturas y que hablan de nosotros, snif. Bueno. Leyenda Urbana a). La Casa Real la ha desmentido. Lo que viene a significar que una Leyenda Urbana en nuestro biotopo tiene, al menos, estatus de información desmentible. Es decir, un estatus muy cachas.

-APARTENSE, QUE SOY LA LEYENDA URBANA B) Y VENGO CON MAL CAFÉ. Leyenda Urbana b). Ahí va. El Gobierno PP no mintió durante los días 11-M/13-M y, además, fue víctima de un contubernio judeo-marxista-masónico-culé. Fin de la Leyenda Urbana b). Ese es al menos el argumento intelectual implícito del PP cuando decide, como ha decidido, no adherirse al resultado de la Comisión del 11-M. El PP, con todo esto, hace una pirueta llamativa dentro de la Cultura de la Transi. Pirueta que es posible que incluso le aleje de la Cultura de la Transi -nota mental: dentro de unos días les tengo que hablar de las últimas escenografías espirituales del PP, que están rompiendo la Cultura de la Transi por su lado extremo-derecho-. Pirueta llamativa. No una, que son varias. Pirueta a): por primera vez desde los tiempos de Bonney-M la derecha española recurre a la Leyenda Urbana, ese patrimonio de la izquierda desorientada, que necesita razones para ver lo que pasa que no se pueden obtener leyendo lo que pasa. Pirueta b) por primera vez, una Leyenda Urbana –una mentira al fin-, adquiere axioma de realidad paralela, que debe de ser creída para participar de un colectivo –el colectivo de trabajadores del metal PP-. Las piruetas a) y b) dibujan una (extrema)derecha española progresivamente cargada de peligro. Del peligro que hace pupa, si me fuerzan.

-NO ES QUE SEA FLACUCHA, ES QUE SOY LA LEYENDA URBANA C). Leyenda Urbana c) ha aparecido un constructor que asegura que ha pagado un 20% de comisiones a Felip Puig, conseller de la Gene CiU en el ramo susceptible de hacerse de oro cobrando comisiones. Fin de la Leyenda c). La leyenda, en todo caso, implica a un primo de Puig. COmo sucede en la realidad siempre que esas cosas suceden en la realidad. El constructor asegura que tiene pruebas escritas, en todo caso. Que, también en todo caso, no aparecen publicadas en los periódicos. Comentarios a la Leyenda c). La Leyenda c) sigue ejerciendo su rol de explicar una realidad que no se explica mediante mecanismos reales. Implica a personajes verosímiles. Y, siguiendo aquel axioma que dice que una Leyenda Urbana esconde una diminuta gran verdad, se puede entender que el 20% al que alude la leyenda puede ser el 3% aquel que, por cierto, la sensación ambiental es que nadie anda buscando desesperadamente, no sea que aparezca.

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