POÉTICA DE LA ALCACHOFA

La alcachofada, género informativo-dramático puramente español, como el perrito piloto, puede ser útil para observar otras españoladas. Ahí van, amiguitos.

-LA ALCACHOFADA COMO MEDIDA. La NASA define alcachofada en su libro de estilo como la acción consistente en endiñarle a la boca de un político una alcachofa, sobre la que profiere Declaraciones. Las declaraciones, debidamente tratadas, aparecen al día siguiente en los medios como una parte importante de la información. Las reflexiones, valoraciones, infravaloraciones, loanzas y chascarrillos frente a esas declaraciones vertebran la opinión. Lo que significa que una alacahofada debe de disponer, para tener cierto nivel, alguien que vele por ella. Lo que puede ilustrar que los medios españoles están tan bipolarizados como los emisores de alcachofadas. En dos partidos, si nos ponemos bestias. Si bien en ocasiones uno puede apreciar que ni siquiera son dos partidos. Seguidamente les invito a ver un improvisado mapa de la recepción de la alcachofada. Se trata de ver como han sido recibidas en el mapa de la comunicación peninsular tres alcachofadas aparecidas en los medios entre ayer y hoy. Son distintas, pero no distantes en su valor chorras, si bien han obtenido valoraciones dispares. No se vayan que pago yo.

-ALCACHOFADAS FRESCAS DEL DÍA. La primera –y en la frente-, es de Bono, que fue y dijo que las victimas del 11-M “habían caído por España”. Con esa frase, Bono bebe de una tradición -llevada al extremo durante la legislatura anterior, pero de origen, sin duda, más antiguo- de apropiación de cadáveres muy nativa. En España, cuando hay un crimen terrorista, el cadáver se suele envolver en bandera. Los objetos envueltos acostumbran a ser objetos de regalo. De lo que se desprende que un muerto inocente aquí es un regalo de los dioses para fabricar política. España es así el único país del mundo en el que, si te asesina un cafre, tu muerte tiene algún sentido. Seguramente, patriótico. Y, luego, los que se hagan caber en el input patriótico, palabro históricamente muy elástico. Las declaraciones de Bono tuvieron eco en los medios, Brunetes y no Brunetes. Sin pitote ni cachondeo. De lo que se deduce que esas declaraciones no fueron estridentes para los recolectores de alcachofismos. Tal vez, incluso, fueron edificantes. O invisibles. Como algo que, de tanto verlo, ya no lo ves. Me sucedió una vez que estuve en Venezuela. Al tiempo de estar allá, te cruzabas con una miss venezolana y ni siquiera la veías.

-RAJOY COMO ALGO MÁS QUE UN CLUB. La siguiente alcachofada han sido las declaraciones de Rajoy, que ha calificado el texto final de la Comisión 11-M de “fraudulento”, que pretende “liquidar la investigación y parcelar las conclusiones como mejor le convenga al partido del Gobierno”. Se trata de una alcachofada que no se sustenta en la realidad. La razón es que igual no la necesita, y que el PP está fabricando una realidad paralela, en la que la realidad no es necesaria. Es una realidad paralela percibida como realidad palpable por parte de los usuarios de una de las dos cosmovisiones mayoritarias disponibles por aquí abajo. Los medios Brunete, al menos, están dando a esas declaraciones argumentaciones, sentido y reflexión. Es decir, carácter real.

-MARAGALL NO TIENE QUIÉN LE ESCRIBA. Frente a las dos chorradas anteriores, están las chorradas / declaraciones /alcachofadas de Maragall. Quizás tienen el mismo valor que las dos anteriores, pero no son tratadas con el mismo valor por los medios que las dos anteriores. De lo que se desprende, snif, que el centro de datos del alcachofismo, la selección de las Declaraciones y su incorporación o no a Escenarios, se realiza en España desde Madrid, no desde la periferia, esa cosa que no puede crear escenarios. Como máximo, puede montar pitote con Declaraciones. Por eso, tal vez, un día que viajaba por Cádiz me quedé sorprendido por la pobreza de Cádiz. Es decir, que Cádiz –periferia-, y la pobreza –un problema-, tienen serias dificultades para entrar en un Escenario. Incluso como figurante. La madrileñización de la realidad a través de la información es, quizás, superior incluso al centralismo real. Hasta mañana.