viernes, mayo 13, 2005

LO REPUBLICANO

-LO REPUBLICANO. Lo republicano. Hum. Lo republicano. Hum. Hum. Lo republicano. No existe. Bueno. Denme una segunda oportunidad.

-LO REPUBLICANO. SEGUNDO INTENTO. El republicanismo en España es (¿era?) una tradición gansa. Las primeras vueltas a la idea aparecen en tiempos de Felipe II. El primer intento republicano autóctono, si exceptuamos una efímera República Catalana en el siglo XVII, coincide con la proclamación de la República en Francia. Un grupo de aristócratas pijos intenta proclamar una cosa que se llamaría República Iberina, una república ibérica, a pesar del nombre de restaurant de Ferràn Adrià. Vaya. Qué rollo. Pensarán que soy un freaky. Tercer intento.

-LO REPUBLICANO. TERCER INTENTO. El republicanismo en España va (iba) unido a la idea de modernidad. La formulación autóctona del concepto de modernidad fue formulando la vinculación republicana. La evolución intelectual de los liberalismos y los progresismos locales fue vertebrando una natural opción republicana. El republicanismo, en España, no fue sólo un litigio sobre la forma del Estado y no fue sólamente la opción democrática frente a una monarquía mangui. Desarrolló un rol parecido al del socialismo en Europa. Es decir, el republicanismo no sólo era entendido como una forma de Estado, era regeneración social, era un cambio radical en la vida colectiva y personal de tutti quanti. Lo que puede indicar el carácter amplio, rico, desperdigado y bestia de la tradición republicana local. El republicanismo, en ese sentido, es el nexo de una forma de emitir y recibir la cultura. El republicansimo era una idea de cultura beligerante, un proyecto cultural ambicioso, que captó a quién veía en la cultura algo ambicioso y a quién quería vertebrar algo ambicioso en la cultura. La cultura española de los dos últimos siglos es, si uno se fija, la historia de una cultura que evoluciona hacia el republicanismo y otra cultura cuya única evolución es en contra de la evolución de la otra. El republicanismo ofrece en la cultura española de los últimos 200 años la existencia intelectual de otra España, dibujada a través de la cultura. EL republicanismo se dibuja a sí mismo como esa otra España, en guerra cultural contra la otra España. La cultura española de los últimos 200 años es, de hecho, una guerra cultural dilatada, en la que surge el canon literario y los mayores descubrimientos y aportaciones culturales de los últimos 200 años. Entendido así, el republicanismo es la piedra angular de la cultura española de los últimos 200 etc. Su desaparición es la desaparición de todo un concepto de cultura. Lo cual en principio no es para tanto. Recuerden que todo cambia, todo pasa. Yo, por ejemplo tuve en una ocasión una novia que era miss venezolana. El caso de la cosa es que ningún país europeo ha visto cambiar su cultura tanto en tan poco tiempo –y, aquí, poco tiempo = 40 años-.

-EL REPUBLICANISMO. A LA CUARTA. Las formas del Estado no son determinantes para la felicidad de sus ciudadanos. Una república centro-americana chula no ofrece más libertad a sus usuarios que una monarquía escandinaba. Incluso ofrece mucha menos. Y muchas menos suecas. El republicanismo español, por otra parte, va unido al concepto de modernidad. Es lógico que cuando la modenidad se va al garete, desaparece, deja de ser una categoria universal para ser una categoría histórica y relativa, el republicanismo deje de ser un input chachi. Desde ese punto de vista, se podría decir que el republicanismo lo mató el post-modern. Y todos a su casa tan contentos. Lamentablemente, por aquí abajo, al republicanismo no lo mató el postmodern, sino el no-modern, el pre-modern, el anti-modern. Y, snif, lo mató literalmente. A menudo de alguna forma de traumatismo. Capitales históricas del republicanismo local, como Salamanca o Valladolid, dejaron de emitir cultura republicana –y no digamos política republicana- un día y en cuestión de horas. ¿Te das cuen?

-EL REPUBLICANISMO. PONIENDO LA QUINTA. Si uno lo piensa bien, los dos hechos más determinantes en la cultura española han sido la Guerra Civil y la Transi. Son los dos jalones de la reformulación de la cultura española que usted y yo disfrutamos. Es curioso que la cultura española no haya sabido formularse ambos dos jalones. O no haya podido. La desaparición de la opción cultural, llamémosle republicana, llamémosle opción cultural del conflicto –conflicto temático, estético, ideológico-, responde a un crimen. La CT, la cultura española que queda si uno le resta los dos grandes jalones culturales españoles que les aludía, quizás es, en ese sentido, una forma de evitar formular un crimen. Crímen cultural –figura jurídica relativa-, pero fundadementalmente, crímen político y colectivo.

-EL REPUBLICANISMO. (Y VI) Lo republicano. Humm. Lo republicano. Era un proyecto cultural y varias opciones ideológicas. Podría haber muerto por si solo. Pero la región más poderosa de la cultura española de la modernidad no murió por si sola. Su muerte ha sido posible por a) un crimen –bestia, de peli de Spielberg-, y posteriormente, b) un cambio en la concepción de la cultura y b) la aparición de una nueva ideología que alimenta y fija los márgenes de la política nativa y de la CT. Es una ideología que, si se fijan, sólo existe en España y, últimamente, en los USA. Se trata de –tachán-tachán-, la democracia como ideología. Suena muy bien. Pero es una pesadilla. Mañana.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

El trayecto por lo republicano con que nos ha obsequiado hoy es de lo más revelador, aunque no responde una pregunta que me vengo haciendo. La pregunta: "¿Por qué hasta la otra noche nadie había desplegado una tricolor delante de mis narices?". Hago un esfuerzo para recordar todos los actos susceptibles de desplegamiento de bandera a los que habré asistido en los últimos treinta años en Barcelona y alrededores. Mogollón. La bandera desplegada nunca fue la tricolor, sinó la senyera i , más tarde, la estelada. Y vuelvo a mi pregunta: ¿Quién me robó la bandera republicana? Tengo un sospechoso que añadir a la lista: el nacionalisme.
Y una última cosa. Falta una última etapa en su trayecto. La que explica esa bandera en esa cena y el himno de Riego en el móvil del vecino del tercero.

Anónimo dijo...

El trayecto por lo republicano con que nos ha obsequiado hoy es de lo más revelador, aunque no responde una pregunta que me vengo haciendo. La pregunta: "¿Por qué hasta la otra noche nadie había desplegado una tricolor delante de mis narices?". Hago un esfuerzo para recordar todos los actos susceptibles de desplegamiento de bandera a los que habré asistido en los últimos treinta años en Barcelona y alrededores. Mogollón. La bandera desplegada nunca fue la tricolor, sinó la senyera i , más tarde, la estelada. Y vuelvo a mi pregunta: ¿Quién me robó la bandera republicana? Tengo un sospechoso que añadir a la lista: el nacionalisme.
Y una última cosa. Falta una última etapa en su trayecto. La que explica esa bandera en esa cena y el himno de Riego en el móvil del vecino del tercero.

Anónimo dijo...

Pero bueno, ¿dónde está todo el mundo? Dama delicata, Cateto a bordo, Padrino, Anonimous various...¿Es que todos están de puente y sólo quedo yo para certificar que si hoy es viernes éste es el bog de Arcadi Espada?