¿ES MARAGALL EL ELEGIDO?

Maragall està en el Parlament. El Govern ya ha dimitido. En efigie. En la efigie de unos pollos a los que, zas, dimitieron. Uno, si se fijan, tenía cara de Mortadelo. Lo que indica que su dimisión igual era un disfraz para salir del paso / no-me-pegue-jefe-brrrr. Bueno. El Govern da por zanjada la crisis. Los chicos de CiU le dan a la matraca. Y dale. Y así. En eso, el President se levanta y manda parar. Habla del cobro de comisiones en las obras públicas como una práctica habitual en el Govern anterior. La plaza del revés. Indignación generalizada. Se lía. Llegados a este punto, meditemos, hermanos.

Meditación a) Maragall, al hablar del cobro de comisiones, al sustituir el escenario que le estaban endiñando los chicos CiU por un tema más amplio que el del escenario, al ofrecer a la vista un tema ocultado por los escenarios, un tema que la Cultura de la Transi no puede gestionar, ¿violó la cultura de la Transi? ¿envió al garete la teoría del escenario?, b) ¿Maragall es entonces el primer político que arremete contra ese signo de identidad de la Cultura de la Transi denominado Teoría de Escenario? No se vayan, amigos.

-EL ESCENARIO ERA ÉL. En Catalunya ese mañana a primera hora, no había escenario. Para haber un escenario se necesita, como ya saben, un político que delimite el escenario frente a una alcachofa y unos medios de comunicación que den la barrila con el escenario hasta que lo conviertan en la única imagen posible de la realidad. En Catalunya, esa mañana a primera hora, diversos políticos habían lanzado escenarios contra varias alcachofas. Trailer. Los chicos PSC defendían que el escenario era que “dimitirían justos por pecadores”. Es decir, que como su nombre indica, no dimitirían ellos, sino técnicos que habían abalado los informes del Govern anterior. Los chicos CiU dibujaban un escenario en el que se intensificaba la incompetencia del Tripartit en la gestión de la crisis. Fundamentalmente en su política informativa. Los chicos PP, que no eran responsables de informes técnicos anteriores, ni de ninguna política informativa –en general, los chicos PP, en Catalunya, al no comerse un kiki electoral, no son responsables de nada y pueden aparcar en doble fila donde quieran-, empezaban a gestionar un curioso escenario en el que el PP, por primera vez en la historia planetaria, era el legítimo depositario de la honestidad republicana. De lo que se deduce que, durante esta crisis, la honestidad republicana ha sido un terreno, snif, sin ocupar. Piqué, incluso, iba modulando por segundos una cara de romano cabreado en cuando le ponían un alcachofa frente a la cara. Por su parte, IC y ERC se situaban, a toda castaña, fuera de cualquier posible escenario, con la esperanza de que todo esto acabara rápido y a otra cosa, mariposa. Pero, en todo caso, ninguno de entre todos estos emisores de escenarios aludidos, poseía medios de comunicación que hicieran a esas declaraciones, y a todo este escenario-sutra, lo que la primavera a los almendros. Es decir, carecía de la posibilidad de fabricar un escenario como el carajo de una vela, por decir una medida telúrica peninsular.

-EL OASIS ES EL ESCENARIO. Catalunya carece de Brunete Mediática. Y jamás ha podido elaborar un Urdacy System cachas. Los medios de información públicos catalanes quizás son los únicos en la Península que, con motivo de un cambio de gobierno, no han tenido que cambiar sus staffs informativos. TV3, Catalunya Ràdio son una suerte de BBC peninsular. O al menos, lo más parecido a un BBC por aquí abajo. Antoni Bassas, periodista, conductor de un magazine matinal en Catalunya Ràdio, líder de la franja de radio matinal en Catalunya, me comentaba ese hecho hace unas semanas. Yo, por el mismo precio, le cuestionaba ese hecho citando las políticas informativas de los medios públicos durante el Forum 2004, un fracaso que nunca jamás fue tratado como tal. “Los medios públicos catalanes” –me decía-, no son medios políticos. Son medios institucionales. En el Forum participaban dos instituciones, por lo que tuvieron que hacerse eco del Forum”. Los medios privados, por otra parte, tampoco tienen estructura Brunete. En el Forum algunos medios del sector privado también perdieron el decoro. La explicación puede ser la que dio Antonio Franco –director de El Periódico; un tipo valiente y cabal; fue el primer dire de periódico peninsular en publicar un artículo explicando a sus lectores por qué, tras una llamada de Aznar el 11-M, cambió el titular de su periódico-, la semana en la que el Forum iba a repartir publicidad en los medios. “La semana próxima ningún diario criticará al Forum”. Bueno. El Carmelo, el pollo del Carmelo, es todo lo que uno quiera salvo a) un acto institucional, como el Forum, y b), algo susceptible de pagar publicidad a los medios, como el Forum. El Govern y el Ayuntamiento, que pudieron disfrutar de algunos de los beneficios de un Urdacy System Pequeñito durante el Forum, no podían contar con ellos en la crisis del Carmelo. Por lo que no podían dibujar ningún escenario. Los grupos de la oposición catalana, tampoco pueden fabricar escenarios. Maragall, por todo eso, no se defendió de un escenario y no atacó a la Cultura de la Transi. No destrozó los escenarios para ofrecer al público evidencias de la realidad que la Cultura de la Transi, y esa es su función, evita plantear. Posiblemente, utilizó la vía catalana a la teoría de los escenarios. Utilizó la opción catalana utilizada tradicionalmente para evitar que la Brunete no te tire un escenario encima y para elaborar escenarios canijos, que es a lo que se puede aspirar sin una estructura de medios como la española. Utilizó la declaración.

-LA DECLARACIÓN, O ESA VOZ ES UNA MINA. Los políticos catalanes son los reyes de las declaraciones. El maestro quizás fue Tarradellas. Sinopsis de un caso ejemplar / fundacional. El día en el que Tarradellas traicionó a los partidos democráticos y se presentó en Madrid a negociar lo que fuera con Suárez, estuvo discutiendo con el proto-Duque durante unas horas. La reunión fue un desastre. Al salir de ella, se le preguntó que como estaba el patio. Tarradellas dijo a las alcachofas que de película, que la reuni había sido fantástica, que habían estado de acuerdo en todo y que los resultados se verían rápidito. Suárez, inquirido después, dijo que sí a todo, con un par y evitando evidenciar las chiribitas. Tarradellas, en un plis-plas, fundó la teoría de la declaración. Teoría que consiste en a) hablar antes que el político que tiene medios de comunicación bestias, b) plantear un escenario falso que contrarreste el escenario que pueda situar el político cachas, y todo ello, c), con cierto dominio del espectáculo, de manera que la grandeza de la frase contrarreste, con su brutalidad cachonda, la brutalidad de la teoría del escenario. Pujol era un ficha en el género. Maragall –“Catalunya ja és independent”-, es un gran renovador. Pero Catalunya està llena de grandes declaradores. Uno o más por partido, que a estas horas están trabajando a destajo. Yo, en ese sentido, veo el futuro del género en Puigcercós, un hombre que encauzó la crisis Carod con bravas frases bravas. Y un hombre que a esta crisis ya le ha pegado un tute de frases que, como mínimo, ha impedido que la cosa sea peor.

-EL CALENTÓN. Bueno. No creo que Maragall enviara al garete el escenario que le estaban tirando encima los chicos CiU. No era un escenario. Simplemente, Maragall se cruzó. Y recurrió a la opción catalana de la teoría del escenario –recurrió a la Cultura de la Transi-, para tirar millas. La frase por la que optó era buena. Un llenapistas. Generalmente, nadie puede contenerse cuando se sabe poseedor de una frase buena. Jorge Drexler, por ejemplo, no pudo contenerse y soltó 22 segundos de frases buenas en la entrega de los Óscar. Generalmente el recurso funciona, aquí paz y después gloria y tal día como hoy hará un año. Lamentablemente, Maragall, en pleno calentón, ignoró o no valoró lo suficiente que las consecuencias de su frase no podían gestionar desde la Cultura de la Transi.

-LA CULTURA DE LA TRANSI COMO ALGO INCAPAZ DE HABLAR EN SERIO DE COMISIONES. Las comisiones son una práctica habitual en España. No se pueden calificar de corrupción, me dice un constructor, si a) no superan el 3%, y b) van a donde tienen que ir –que no son particulares, que son partidos; las comisiones son una /la fuente de financiación de partidos-. Son una práctica absolutamente habitual, me afirman, en el ámbito municipal. La prueba orientativa es que en los municipios con grúas hay leches para ser el concejal de urbanismo, papelote que, generalmente, desarrolla el mismo alcalde. Para no ver –como no se ve, al menos por escrito- todo eso, hace falta una cultura especializada en no ver, en crear estabilidad, en confundir el no ver con estabilidad, como es la Cultura de la Transi. La frase de Maragall es una invitación a ver. A ver el cobro de comisiones por parte de CiU. Y a ver el cobro de comisiones hasta por parte del gato. Por ejemplo –jua, jua-, en el Forum. La frase cuestiona, por tanto, las reglas del juego –Pujol: “Maragall ha trencat la convivencia a Catalunya”-. Pero Maragall no puede rentabilizar ese hecho ni esa frase, no puede hacer de su frase programa o actitud política, pues ese no era su objetivo, ni su objetivo puede ser denunciar ni eliminar unas prácticas al parecer muy comunes entre los partidos. Y eso se puede desprender del cierto nerviosismo emitido desde el Ajuntament de Barcelona desde el frase day.
Maragall sólo quería echar millas en un pleno incómodo. Para ello recurrió a un mecanismo de la Cultura de la Transi. Simplemente no evaluó las consecuencias. Un poco –a lo bestia y en el otro extremo- como Aznar, que el 11-M tampocó se salió de la Cultura de la Transi. Simplemente, quizás, aplicó la dinámica de la costumbre, más pasada de vueltos que en otras ocasiones, y sin evaluar las consecuencias.